Publicado en Vanguardia Liberal en octubre 20 de 2010
El Invima prohibió la semana pasada la Sibutramina, otro remedio que resultó peor que la enfermedad. Este “medicamento” es recetado para supuestamente bajar de peso; y efectivamente muchos pacientes bajaron… pero a la tumba. Una prohibición tardía –como la mayoría- ya que sus efectos nocivos son conocidos desde hace rato.
En mi libro Venenos en el Hogar (página 58) cito referencias del año 2002 en las que se advierte que la Sibutramina ( Meridia, Reductil, otros) ha sido relacionada con problemas cardiacos y aumento de la presión arterial. Precisamente los problemas citados por el Invima. Me disculpan los lectores por las auto-citaciones pero lo que trato de demostrar es que son problemas conocidos desde hace rato. Numerosas muertes se hubiesen evitado con una oportuna intervención de las autoridades. De ahí la importancia de nombrar funcionarios competentes e independientes en entidades como el Invima, encargada de vigilar las drogas y los alimentos.
La fuente de mi libro es la organización Public Citizen (http://www.citizen.org/publications/print_release.cfm?ID=7160) quien solicitó (año 2002) a la agencia de control de drogas y alimentos de los Estados Unidos (FDA) prohibir el uso de la Sibutramina; pues había sido asociada con 397 efectos secundarios y 29 muertes. Advertían también sobre casos en otros países. Las alarmas sobre las pastillitas para adelgazar vienen de los años 80, en mi libro se puede leer que en Alemania se recomendó en 1989 a los médicos que “se abstengan de recetar productos para adelgazar” y aplicar “métodos más racionales de reducción de peso”. Es decir: comida sana, ejercicios y demás.
El Invima actuó luego de decisiones tomadas por la FDA (y otras agencias) en 2009 y 2010. Es posible que estas decisiones tengan algo que ver con los cambios que introdujo el presidente Obama en la FDA (y la EPA); tradicionalmente manejada por ex ejecutivos de las multinacionales y hoy con funcionarios de mayor bagaje académico e independencia. Que tampoco han estado exentos de críticas, por casos como el de Avandia para la diabetes.
Por lo mismo en Colombia ha generado inquietud el “desnombramiento” de la académica Claudia Patricia Vacca en el Invima y el nombramiento en la Superintendencia de Salud del hermano del presidente de Afidro, el gremio de las multinacionales farmacéuticas. NOTA: Felicitaciones a la periodista ambientalista Narda Cristina Roa por su merecido premio Simón Bolívar
El Invima prohibió la semana pasada la Sibutramina, otro remedio que resultó peor que la enfermedad. Este “medicamento” es recetado para supuestamente bajar de peso; y efectivamente muchos pacientes bajaron… pero a la tumba. Una prohibición tardía –como la mayoría- ya que sus efectos nocivos son conocidos desde hace rato.
En mi libro Venenos en el Hogar (página 58) cito referencias del año 2002 en las que se advierte que la Sibutramina ( Meridia, Reductil, otros) ha sido relacionada con problemas cardiacos y aumento de la presión arterial. Precisamente los problemas citados por el Invima. Me disculpan los lectores por las auto-citaciones pero lo que trato de demostrar es que son problemas conocidos desde hace rato. Numerosas muertes se hubiesen evitado con una oportuna intervención de las autoridades. De ahí la importancia de nombrar funcionarios competentes e independientes en entidades como el Invima, encargada de vigilar las drogas y los alimentos.
La fuente de mi libro es la organización Public Citizen (http://www.citizen.org/publications/print_release.cfm?ID=7160) quien solicitó (año 2002) a la agencia de control de drogas y alimentos de los Estados Unidos (FDA) prohibir el uso de la Sibutramina; pues había sido asociada con 397 efectos secundarios y 29 muertes. Advertían también sobre casos en otros países. Las alarmas sobre las pastillitas para adelgazar vienen de los años 80, en mi libro se puede leer que en Alemania se recomendó en 1989 a los médicos que “se abstengan de recetar productos para adelgazar” y aplicar “métodos más racionales de reducción de peso”. Es decir: comida sana, ejercicios y demás.
El Invima actuó luego de decisiones tomadas por la FDA (y otras agencias) en 2009 y 2010. Es posible que estas decisiones tengan algo que ver con los cambios que introdujo el presidente Obama en la FDA (y la EPA); tradicionalmente manejada por ex ejecutivos de las multinacionales y hoy con funcionarios de mayor bagaje académico e independencia. Que tampoco han estado exentos de críticas, por casos como el de Avandia para la diabetes.
Por lo mismo en Colombia ha generado inquietud el “desnombramiento” de la académica Claudia Patricia Vacca en el Invima y el nombramiento en la Superintendencia de Salud del hermano del presidente de Afidro, el gremio de las multinacionales farmacéuticas. NOTA: Felicitaciones a la periodista ambientalista Narda Cristina Roa por su merecido premio Simón Bolívar
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