lunes, julio 29, 2013

La paz y el antimodelo de desarrollo

Publicado en Vanguardia Liberal en julio 24 de 2013 

El sábado pasado el presidente Santos afirmó: “Vamos con paso firme hacia la terminación del conflicto”. Esperemos que así sea pues hoy solo defienden  el camino de la guerra los desocupados que rodean  al expresidente que se distrae colgando sus alaridos en Twitter. Pero, como es evidente, el fin de las hostilidades no puede confundirse con la paz; caso -entre otros- de países de Centroamérica que hace décadas suscribieron acuerdos con grupos armados ilegales pero hoy enfrentan otras formas de violencia más complejas y destructivas.

Por lo mismo, hay que apoyar al gobierno en la firma de acuerdos con las FARC, el ELN y otras anacrónicas organizaciones que aún no han entendido que la lucha armada perdió su vigencia en Colombia  hace rato. Pero -al mismo tiempo- hay que exigirle al gobierno que rectifique las fallas estructurales que tiene el antimodelo de desarrollo que ha convertido este país en una bomba social a punto de explotar; la ola de paros y el aumento de la inseguridad son inquietantes síntomas.

Sobre el tema Santos sostuvo: “no hemos pensado negociar el modelo político y económico del país”. No se trata de “negociar” el “modelo” con la guerrilla pero sí escuchar  propuestas que surgen de las organizaciones sociales, académicas y productivas. Caso de las zonas de reservas campesinas.

La situación tiende a complicarse; cifras oficiales confirman el dramático deterioro de la producción agrícola e industrial. Ahora, la caída de la producción nacional tiene otros efectos perversos. Por ejemplo, una de las quejas de los agricultores es el altísimo costo de los insumos, muchos importados. Pero que podrían ser fabricados en las regiones, si existiese una política de apoyo a la producción nacional; que solo hasta ahora propone el gobierno. Claro que para innovar hay que investigar, otra actividad menospreciada por el gobierno.

La tragedia de la producción nacional empezó en el gobierno de Gaviria con su famosa apertura  y continuó con los TLC; a los que afortunadamente este gobierno decidió parar (más vale tarde que nunca). http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/7-2013-gobierno-cerrar%C3%A1-ciclos-de-los-tlc.html

Locas aperturas neoliberales que solo han traído más desempleo, pobreza e inseguridad. Y el desastre social causado no se corregirá con pañitos de agua tibia o más represión.


Capa de ozono: ¿Pasamos de un déficit a un exceso de ozono?

Publicado en Vanguardia Liberal en julio 17 de 2013

Un reciente estudio concluye que cerca de 470.000 personas mueren cada año por exposiciones al ozono troposférico (presente en el aire que respiramos), que ocasiona trastornos pulmonares y respiratorios (Environmental Research Letters, 2013). El estudio estima igualmente  que más de dos millones fallecen por exposiciones a partículas  llamadas PM 2.5. Estas partículas muy pequeñas penetran profundamente  en los pulmones y están asociadas a accidentes cardiovasculares y cáncer de pulmón.

Este tipo de enfermedades ocasionan serios estragos en todo el mundo (aunque la contaminación del aire no es la única causa de las mismas). En el Estudio Mundial sobre Carga de la Enfermedad (OMS) se informa que “las enfermedades cardiovasculares, los accidentes cerebrovasculares, la enfermedad pulmonar obstructiva,  las infecciones respiratorias” (entre otras)  “se cuentan entre los enemigos número uno de la salud de los colombianos”.

El problema se complica pues la calidad del aire tiende a deteriorarse; sobre todo en países como Colombia donde los alcaldes todavía piensan que estos  problemas de alta complejidad se arreglaran con un día sin carro. En el ámbito mundial las cosas podrían agravarse por un paradójico fenómeno. En los años 80 se generó una alarma mundial pues la capa de ozono estaba siendo destruida por los clorofluorocarbonos; las imágenes mostraban la existencia de un hueco sobre la Antártida y un peligroso  aumento de las radiaciones ultravioleta. Por lo mismo estas sustancias fueron prohibidas por el Protocolo de Montreal (1989) y después la ozonosfera empezó a recuperarse.

Pero recientes estudios advierten que la recuperación de la capa de ozono  podría traernos un inquietante e inesperado efecto secundario. Al aumentar la concentración de ozono en la estratosfera, efectivamente las radiaciones ultravioleta están regresando a niveles aceptables.  Pero, al mismo tiempo, como resultado del calentamiento global parte del ozono estratosférico (que a gran altura  es benéfico) podría trasladarse a bajas alturas (troposfera) y ahí agravar los problemas sanitarios que ya causa el ozono en el aire de las ciudades (Science & Vie, junio 2013).

La conclusión es que toca redoblar los esfuerzos para controlar los gases de invernadero (metano, bióxido de carbono, otros), sin descuidar  los que agotan el ozono (clorofluorocarbonos).





Hay que apoyar el reciclaje… y la reducción de la basura

Publicado en julio 10 de 2013

En columna de enero 9 de este año, anotaba que el mundo avanza hacia una prohibición mundial de las bolsas de plástico desechables; pues estas se han convertido en un dolor de cabeza por sus incontables efectos ambientales y sociales. Reproduje algunos ejemplos de las motivaciones que generaron las prohibiciones o restricciones internacionales; como taponamiento de sistemas de alcantarillado y efectos sobre la fauna y flora, entre otros. 

Pues bien, el proceso avanza rápidamente en otras importantes ciudades. Una nota de Los Ángeles Times   (Junio 18, 2013) informa que en la ciudad de Los Ángeles  (Estados Unidos) se prohibió el uso de bolsas  de plástico en supermercados y  tiendas. Se advierte  que en esta ciudad, de casi cuatro millones de habitantes,  cerca de 228.000 bolsas son distribuidas cada hora; y que su recolección y disposición posterior le cuesta al erario dos millones de dólares. La ciudad entregará “un millón de bolsas reutilizables en las áreas de bajos ingresos”.

El miércoles pasado (julio 3) se celebró el Día Internacional sin Bolsas de Plástico; sus promotores (http://plasticbagfreeday.org/en/index/) recuerdan que los plásticos que desechamos terminan en los océanos donde han formado “horrorosas (y enormes) islas  que se expanden sin parar”.

 Se trata de una iniciativa global que persigue eliminar o reducir radicalmente el uso de estas bolsas  en el mundo. En la página mencionada, el reconocido actor inglés Jeremy Irons advierte que “las personas todavía no son conscientes de la gravedad del problema del consumo de bolsas de plástico individuales” e invita a ver el impresionante documental “Trashed” que cuenta con su participación   ( http://www.trashedfilm.com/)

Según esta organización, por lo menos 40 países en el mundo han tomado acciones para prohibir o reducir radicalmente el uso de las cuestionadas  bolsas;  en un número creciente de sus ciudades. Me parece que es un tema interesante a considerar en la ciudad y el país, en momentos en que las autoridades del Área Metropolitana de Bucaramanga  han iniciado campañas masivas para reducir los desechos que llegan al sitio de disposición final.


Productos peligrosos y consumo responsable

Publicado en julio 3 de 2013 

En la columna de la semana pasada anotaba que  autoridades ambientales y sanitarias  de Estados Unidos (FDA y EPA) reevaluaban el expediente del cuestionado antibacteriano Triclosan; motivados por la publicación de nuevos estudios que alertaban sobre sus efectos nocivos sobre la salud y el ambiente. Un lector comentó que   estaba “hasta la coronilla de que todo ahora es malo”. Como otros lectores y amigos han expresado comentarios similares sobre columnas anteriores,   vale la pena hacer algunas precisiones. 

Lo primero es que no se trata de mi opinión personal; la columna pasada reproduce una decisión tomada por autoridades estadounidenses con base en estudios académicos, como los citados. No son los únicos. Si escribimos en Google “Triclosan efectos negativos” en ingles, aparecen más de 70.000 publicaciones, casi 10.000 de origen académico. Por lo mismo ya existen restricciones para el Triclosan en varios países e incluso algunas empresas lo han retirado voluntariamente de sus productos.  En marzo pasado  el senador John Marty, que apoya una campaña para prohibir el Triclosan en Minnesota, advirtió  que las empresas siempre aseguran que sus productos son seguros;  pero que muchos de esos  hoy se encuentran en la extensa lista de los prohibidos. 

Por ejemplo,  en 1958 se encontró que el pesticida DBCP producía atrofia de testículos y esterilidad en animales. Pero solo fue prohibido en 1979 en Estados Unidos cuando se demostró que producía esterilidad también en hombres. En Colombia en 1982. Esta demora en la prohibición ocasionó la esterilidad de muchos trabajadores bananeros centroamericanos que denunciaron a las empresas y muchos ganaron sus demandas.

 Por este y otros motivos, casi todos los países adoptaron el “Principio de Precaución (Ley 99 de 1993). Como resultado de este proceso, se ha consolidado en el mundo la producción de productos fabricados bajo los principios de la “Química Verde”. En muchos países estos productos tienen un “sello verde” que orienta a los consumidores. Frente al éxito económico de estos productos (sin sustancias peligrosas), preferidos por el consumidor responsable, algunos economistas  pronostican que hacia el futuro todos serán “Bio” o “Verdes”.

 Ahora, la base del consumo responsable es la información al consumidor; una vez informado es su decisión si decide o no seguir consumiendo  productos que pueden afectar su salud. Si prefiere prevenir que lamentarse más tarde.  


Mexsana: ¿una costumbre sana?

Publicado en junio 26 de 2013

La Agencia de Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de Estados Unidos anunció, a fines del año pasado, que actualizará la ficha técnica del producto antibacteriano Triclosan; pues recientes  estudios científicos tienden a confirmar sus efectos nocivos sobre la salud humana y el medio natural.

Este producto se utiliza en muchos países como ingrediente para prevenir la contaminación  bacteriana en ropas, juguetes, cremas dentales, jabones antibacterianos, desodorantes (como Yodora) y talcos, como el famoso Mexsana. Uno de estos estudios fue realizado por el profesor Isaac Pessah (UCDavis University, 2012), quien encontró que ratones sometidos a dosis similares a las recibidas por el ser humano en su vida cotidiana presentan un efecto depresor “realmente espectacular” sobre sus funciones cardiacas.

 El grupo de investigación se declaró sorprendido por la “alteración de la actividad muscular de diversos órganos, entre ellos, el musculo cardiaco” (http://news.ucdavis.edu/search/news_detail.lasso?id=10301). Así que no lo recomiendan para humanos con problemas de esta naturaleza. Los resultados con  ratones no son necesariamente extrapolables a humanos, pero sí alertan sobre posibles riesgos. La FDA pone en una balanza –como es lo habitual-  los riesgos y los potenciales beneficios. Sin embargo: “A mí me parece que los riesgos son mayores que cualquier beneficio asociado a estos productos, en este momento", dijo Allison Aiello, profesora  de la Escuela de Salud Pública de la Universidad  de  Michigan.

El Triclosan ha sido cuestionado -desde años atrás- por su posible relación con cáncer, problemas hormonales, alergias y desarrollo de resistencia a antibióticos, entre otros. En mi libro Venenos en el Hogar, publicado en el 2006 (página 340), se reproducen  publicaciones que -ya en esos años- alertaban sobre los riesgos asociados al  producto.

Ahora, los problemas del Triclosan no se limitan  a la salud humana ya que todos estos productos -que usamos en las casas (algunos clasificados como residuos peligrosos)- terminan en los rellenos sanitarios o en el alcantarillado. Y este descarga en los ríos, donde estos productos afectan a los peces y otros organismos acuáticos. Por lo mismo, preocupa que el estudio del profesor Pessah  concluya que los peces sometidos al Triclosan experimentan “una reducción sensible de su capacidad de nadar”.




Gas de esquisto: ¿pesadilla ecológica o recurso milagroso?

Publicado en junio 19 de 2013

Recientes informes confirman que la producción agrícola e industrial en Colombia experimenta (desde hace rato) un dramático retroceso; hecho que se  traduce en más desempleo y problemas sociales, que no se solucionarán con medidas asistencialistas o represivas.  Una de las causas tiene que ver con los TLC, que los últimos gobiernos se empeñaron en firmar. Frente a la pérdida de empleos el gobierno apostó casi todas sus fichas a la locomotora minero-energética, que ha generado síntomas de la enfermedad holandesa con sus nefastos efectos sobre la producción nacional y el empleo.  

Ahora, el aumento de la producción de gas de esquisto (Shale gas) en Estados Unidos ha llevada a ese país a alcanzar casi su autosuficiencia energética; por ello ha bajado su consumo de carbón y por consiguiente su precio.  Lo que a su vez ha reducido los recursos del gobierno colombiano, que había cifrado sus esperanzas en la venta de carbón y petróleo en bruto, no en la producción agrícola e industrial nacional. No hemos avanzado mucho desde la época de la colonia.

El gas de esquisto es similar al gas natural, formado de la descomposición de materia orgánica atrapada bajo el suelo hace millones de años. El gas natural lo extraemos de depósitos que se formaron “cerca” a la superficie; el gas de esquisto no subió a estos depósitos “superficiales”  y permanece atrapado en los poros de la roca madre, a kilómetros de profundidad. Por ello su extracción es más complicada y costosa desde el punto de vista económico y ambiental; su desarrollo ha desatado graves protestas en Estados Unidos y está  prohibido en algunos países europeos.

En el proceso, hay que perforar pozos profundos,  inyectar agua y aditivos químicos de alta toxicidad para fracturar la roca madre y así extraer el gas. El problema es que gran parte del gas (metano) se pierde en la atmosfera; este es un poderoso gas de invernadero. También se sabe que el proceso está asociado a sismos y existen graves riesgos de contaminación de aguas subterráneas. Todo lo anterior, porque el gobierno colombiano anuncio el inicio de proyectos de exploración de gas y petróleo de esquisto.
   


¿Más contaminación en el “Día sin Carro”?

Publicado en junio 12 de 2013

Los primeros días sin carro se realizaron en los años 70, en algunas ciudades del mundo, a raíz de la crisis petrolera de esos años. En 1999, se organizó en Europa el primer Día Internacional sin Carro, que se convierte más tarde en la Semana Europea de la Movilidad (http://www.mobilityweek.eu/home/). Paralelamente se consolida en el mundo -en el año 2000- la celebración del Día Mundial sin Carro, el 22 de septiembre, fecha que coincide con la Semana Europea.

El  propósito de estos eventos no es tener solo un día sin carros particulares; sino promover cambios permanentes en las ciudades, para mejorar el transporte colectivo y crear condiciones adecuadas para la circulación de peatones y ciclistas. También para estimular el diseño de ciudades con amplias zonas verdes y diseñadas “para la gente, no para los carros” (http://www.worldcarfree.net/). Todo lo anterior relacionado con las propuestas del llamado Nuevo Urbanismo.

A partir de estos eventos sin carro (donde es voluntaria la participación, no obligatoria) y otros similares muchas ciudades de países avanzados han introducido importantes cambios en la planificación urbana; que han mejorado  la movilidad y reducido la contaminación. Tal vez por ello, las ciudades más contaminadas se encuentran hoy en países atrasados, como Colombia (o  China, que es un caso especial), cuyas autoridades se han inventado cortinas de humo, como el Día sin Carro (en junio, no en septiembre) o el pico y placa, para disimular su incapacidad de planificar de forma inteligente sus ciudades.

En este contexto, no sorprenden los bochornosos resultados de los días sin carro en Bucaramanga. Según la CDMB, en la jornada sin carro de la semana pasada  la contaminación del aire no bajó, sino que subió en algunos sitios de la ciudad.

Sobre el Día sin Carro 2012, señalaba en columna pasada que ese día fui trotando hasta mi oficina y en el camino observé “muchos carros (y motos) en el día sin carro” y muy pocos peatones y ciclistas. Y que todo  esto se explica porque la estrecha vía que une Bucaramanga con Floridablanca no tiene –en muchos tramos- andenes para los peatones y menos ciclovías. De la otra vergüenza llamada   Metrolínea ni hablemos.