sábado, enero 24, 2009

¿Mas agua contaminada = menos espermatozoides?

Columna publicada en Vanguardia Liberal en enero 21 de 2009

El lunes se conoció un nuevo estudio que relaciona la exposición a determinadas sustancias químicas y la perdida de fertilidad en hombres, fenómeno que ya había sido detectado en países industrializados. En esos países, ya que son los que han realizado investigaciones sistemáticas sobre el tema. Lo más probable es que el mismo problema se presente en los países del sur, pero en estos –como se sabe- poco se investiga.

El nuevo informe, preparado por científicos ingleses, concluye que “la contaminación de las aguas podría ser responsable de los crecientes problemas de esterilidad humana”, informo la BBC. Los británicos establecieron que existen en los ríos de este país, diferentes sustancias químicas “que bloquean la testosterona, la hormona sexual masculina, que contribuye –entre otras- a la producción de espermatozoides”.

Estas sustancias pueden estar en medicamentos, productos veterinarios, píldoras anticonceptivas, pesticidas y plásticos, entre otros, que terminan en las aguas corrientes. Los científicos piensan que todos llevamos en la sangre este tipo de sustancias, que llegan al cuerpo a través del aire, el agua o los alimentos. Investigaciones anteriores habían encontrado una inquietante feminización de peces en ríos británicos. Un fenómeno similar (al que hice referencia en otros escritos) fue detectado en el río Potomac, en Estados Unidos.

Estas sustancias no son eliminadas por las plantas de tratamiento de aguas residuales (sobre todo las de aquí, que no funcionan) ni por los sistemas de potabilización. Por ello, en algunas aguas “potables” están presentes mezclas de sustancias químicas que afectan las hormonas o producen cáncer o malformaciones. Preocupa que, mientras en otros países aumentan los controles para el agua potable, en Colombia -este gobierno- redujo dramáticamente los parámetros a medir en el líquido (Resolución 2115).

En este sentido, la semana pasada, el Parlamento Europeo aprobó una drástica reglamentación que pretende mejorar los controles para el uso y la comercialización de pesticidas químicos. Se prohibió “el empleo de sustancias químicas muy tóxicas en la fabricación de estos productos” y se hace obligatorio reemplazar estas “sustancias por otras menos dañinas para la salud”. Se prohibieron 22 principios activos que han sido relacionados con el cáncer, las mutaciones y con alteraciones hormonales.

También se prohibió fumigar cerca de parques, escuelas, hospitales, ríos y lagos. Así mismo, la fumigación aérea, recordemos que Colombia es uno de los pocos países que la practica. Aquí -este gobierno- ha fumigado con glifosato (un perturbador endocrino) hasta los parques nacionales.

sábado, enero 17, 2009

¿El agua "potable" de Barrancabermeja parece agua de panela?

Columna publicada en Vanguardia Liberal en enero 14 de 2009

Hace 25 años, la reconocida periodista y escritora santandereana Silvia Galvis, escribió un informe en Vanguardia Liberal sobre la pésima calidad del agua “potable” que se distribuía en Barrancabermeja. Agua turbia, maloliente y “aceitosa” eran las características del líquido. Este problema ocasiono varios paros cívicos en el puerto petrolero. Pues bien, ha pasado un cuarto de siglo y varios amigos de Barranca me informan que –una vez más- esta saliendo agua turbia en las viviendas.

Heyner Mancera –Especialista en Química Ambiental de la UIS- describe muy bien el problema en un mensaje por Internet. “Luego de desayunar me dispuse a lavar los platos cuando de repente por la pluma comenzó a salir lo que, por un instante, pensé era Agua de Panela. Recordé el pasaje bíblico del maná. Agua de panela en estos tiempos de carestía de alimentos y hambre es una verdadera bendición porque hasta campeones de ciclismo la bebieron, por su alto poder proteínico y energético. Sin embargo el olor a arcilla y las manchas en los platos me devolvieron a la realidad”

Heyner ilustra su historia con fotos de la amarillenta agua “potable” y continua: “De nuevo el agua en Barranca ha salido mala. A diferencia de años anteriores, esta vez se ha vuelto más repetitivo el asunto y las explicaciones pueden ser desde los más excéntricos tecnicismos: que la fuente, la bocatoma, los aireadores, la alcalinidad, las sustancias químicas, la red, etc., hasta un sabotaje. Lo cierto es que en casi 2 meses de un servicio deficiente, hemos tenido que desperdiciar cientos de litros diarios de agua para purgar o limpiar las tuberías y los tanques y desmanchar baños, platos y ollas. En fin, toda esta agua que se bota es facturada como potable o tratada”.

“El actual gerente de la empresa Aguas de Barrancabermeja debería disminuir un porcentaje en las facturas de Enero y Febrero, como compensación por el agua que necesariamente -y por salud- hemos tenido que botar a la alcantarilla. Así mitigaría un poco el descontento general de la población”. Heyner informa que el agua mejoro en los últimos días, pero la comunidad espera que el agua turbia no regrese.

martes, enero 13, 2009

¿Todos los que no son uribistas son terroristas?

Publicado en Vanguardia Liberal en enero 7 de 2009

En plena navidad la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó al Estado colombiano por el asesinato del abogado Jesús María Valle Jaramillo, ocurrido en 1998. La CIDH considero que las autoridades no le prestaron la protección que requería el entonces Presidente del Comité de Derechos Humanos de Antioquia. Valle había denunciado las alianzas que existían entre miembros de la fuerza pública y los paramilitares, para –entre otras barbaridades- ejecutar masacres como las ocurridas en Ituango, Antioquia. Me referí al tema en columna titulada Uribe y la masacre de El Aro.

La sanción implica –entre otras cosas- que la Nación deberá realizar un acto público de reconocimiento de la responsabilidad oficial. Supongo que el acto estará encabezado por el Presidente Álvaro Uribe, quien era el gobernador de Antioquia cuando Valle fue acribillado. Antes, el abogado había alertado a Uribe sobre las masacres y los riesgos que corría su vida.

Sin embargo, lo único que hicieron Uribe, sus funcionarios y altos mandos militares fue cuestionar a Valle y demandarlo por calumnia. El abogado fue baleado después de declarar en la fiscalia que el percibía “como un acuerdo tácito, como un ostensible comportamiento omisivo” entre las fuerzas militares y policiales, funcionarios de la gobernación y paramilitares.

Infortunadamente el caso de Valle no es aislado. Muchos han caído antes y después del jurista. Ahí tenemos la muerte sospechosa en diciembre de Edwin Legarda, esposo de la valerosa líder indígena Aída Quilcue, en un reten militar. O la insólita investigación abierta contra Patricia Ariza, reconocida artista y defensora también de los derechos humanos.

En el país de la Seguridad Democrática es muy peligroso ser defensor de los derechos humanos, periodista independiente, izquierdista, sindicalista, líder popular o indígena. Mejor dicho, todos los que no son uribistas son terroristas.

Los defensores de los derechos humanos no tienen problemas en países democráticos. Sí los tienen en regimenes totalitarios o democracias anémicas de “izquierda” o “derecha”. No es casual que –por ejemplo- Human Rights Watch haya sido cuestionada por los gobiernos de Venezuela y Colombia, a raíz de informes negativos sobre ambos países. Ambos gobernados por caudillos que acumulan poder para perpetuarse en la presidencia.

Los países que han logrado progresos sociales y económicos lo han logrado fortaleciendo las instituciones y preservando la división de poderes. No incubando presuntos Mesías, algunos -por cierto- con largos rabos de paja.

sábado, enero 03, 2009

Cartagena y los desplazados por el "progreso"

Publicado en Vanguardia Liberal en diciembre 31 de 2008

Cuando visito Cartagena (mi ciudad natal) termino con la impresión de que la calidad de vida de los cartageneros tiende a degradarse.

Durante mi niñez viví con mis padres en el barrio El Bosque, que en esa época era realmente un bosque, localizado en las cercanías de la Bahía de Cartagena. Por ello, en el patio de nuestra casa, anidaban armadillos, los cangrejos se paseaban y muchos pajaritos revoloteaban en los árboles de mango, mamón, níspero y caimito. Esta última una fruta exótica que prácticamente ha desaparecido de Cartagena.

Hoy, El Bosque es un desierto invivible colonizado por bodegas, empresas y camiones. La cercana Isla del Diablo, que visitábamos en canoa, ha desaparecido. Fue anexada al continente a través de descomunales rellenos y hoy sirve de puerto y bodega.

Éstas y otras barbaridades ambientales explican por qué las playas estan sucias y por que los peces han desaparecido de la Bahía y de la Ciénaga de la Virgen. El pargo y la sierra (antes platos típicos) en diciembre solo se consiguen en los grandes restaurantes. Muchos de los vecinos de El Bosque (incluida mi familia) huyeron despavoridos hace años, desplazados por el presunto progreso.

El Bosque no es un caso aislado, pues es generalizado el deterioro que han experimentado los barrios de Cartagena. Incluso la península de Bocagrande, antes poblada de bellas casas, hoy esta demencialmente saturada de moles de vidrio, metal y concreto.

En los barrios populares es peor. En la zona suroriental sobreviven en condiciones infrahumanas cientos de miles de personas, asediadas por el hambre, las enfermedades y la inseguridad. Muchas de estas familias han sido desplazadas de los antiguos barrios de Cartagena, por diferentes motivos.

Hacia el norte, el antiguo pueblo de pescadores de La Boquilla, prácticamente desapareció, desplazados sus habitantes por los nuevos hoteles.

Es una realidad que no perciben los turistas, sobre todo que las autoridades desplazan a los vendedores ambulantes y habitantes de la calle, mientras dura la temporada turística. Los visitantes solo perciben la belleza del sector amurallado y su artificial seguridad, lograda cerrando calles que son cuidadas por muchos policías.

Allí, en el Centro, también han sido desplazados cartageneros por gentes de otros lares que compran las pintorescas viviendas y las remodelan. Algunos llaman progreso a todo este desastre. Pero (para muchos cartageneros) lo único que “progresa” en la Ciudad Heroica es la miseria, la contaminación y la inseguridad.