viernes, diciembre 29, 2006

¿Aumenta el nivel del mar en Cartagena?

Columna publicada en Vanguardia Liberal en diciembre 27 de 2006

El pasado mes de noviembre, Cartagena sufrió los embates de un poderoso mar de leva que ocasionó inundaciones en la ciudad. Fue un fenómeno atípico, por su intensidad y por la época en que se registró. La marejada azotó la costa durante varios días, después, las aguas volvieron –aparentemente- a la normalidad. Sin embargo, en estos días, los visitantes de la ciudad pueden comprobar que el nivel del mar se mantiene anormalmente elevado.

En el sector de Crespo y Marbella, después del Centro Recreacional Comfenalco, las playas prácticamente han desaparecido bajo las aguas. Incluso, en algunos sitios, el nivel del mar supera la altura de los espolones, estos muros de rocas construidos para proteger las playas. En mis recuerdos, nunca había visto un nivel tan alto en estos lugares. El incremento del nivel marino no es nuevo, desde hace varios años se puede observar en Bocachica, al sur de la isla de TierraBomba, sitio que conozco desde niño.

Por supuesto que estas percepciones visuales y puntuales no tienen ninguna confiabilidad, no les prestaría ninguna atención sino fuese por que los científicos han efectivamente comprobado (con mediciones de satélites y otros medios) que el nivel del mar aumentó globalmente unos 3 centímetros por década (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático), por razones relacionadas con el calentamiento de la tierra.

Los polos se derriten y kilómetros cúbicos de agua se liberan; además, los océanos se expanden al aumentar la temperatura. Se ha pronosticado la desaparición de muchas islas, la inundación de zonas costeras y el desplazamiento de millones de personas, en todo el mundo. Este tipo de inundaciones ya ocurrieron en Cartagena en el pasado, hace unos 2500 años AP se estima que el nivel del mar era de 2 a 3 metros más elevado. Esto explica la presencia de fósiles marinos, en las partes altas de la ciudad, como el cerro de La Popa.

En las conocidas playas de Bocagrande también se percibe el avance del mar, por estos días los turistas se ven arrinconados a las estrechas franjas de playa que quedan. Por lo mismo, resulta difícil entender el auge que experimenta la construcción de edificios en el inestable y vulnerable banco de arena que es Bocagrande. Me comentan que allí se construye el edificio más alto de Colombia, hoy se puede apreciar una altísima y estrecha torre metálica, localizada (creo) en el lote que ocupaba la antigua discoteca La Escollera. Definitivamente, en nuestro país nadie se toma en serio la aplicación del principio universal de precaución.

Ecuador, un vecino importante

Columna publicada en Vanguardia Liberal en diciembre 20 de 2006

Una de las estrategias utilizadas por los integrantes de la secta neoliberal tiene que ver con la aplicación del viejo truco: divide y vencerás. Se trata de mantener divididos a los pueblos, polarizados en conflictos internos y externos. Es en medio de estos conflictos (que pueden convertirse en guerras) que las trasnacionales de los negocios hacen sus mejores negocios. Basta con mirar las monumentales ganancias de multinacionales como Hallyburton en la guerra de Irak. Por lo demás, estas situaciones debilitan las instituciones y la democracia, lo que les permite a estos grupos actuar con mayor libertad. Siguiendo al pie de la letra este libreto, el presente gobierno se ha dedicado a polarizar a los colombianos y a cazar pleitos con nuestros vecinos más cercanos. Empezó con Venezuela, hasta que los vecinos tomaron medidas que afectaron el comercio entre los dos países, y el gobierno se vio obligado a aceptar que por ahí no era la cosa.

Sin embargo, desde hace meses anda cazando pleitos con Ecuador, otro importante socio comercial en la región y un país receptor de muchos desplazados de Colombia. Pero, además, tradicionalmente este país era uno de los pocos que nos recibía muy bien a los colombianos, éramos bienvenidos. Lo que no ocurre en otros países, es notoria la desconfianza con que se mira el pasaporte colombiano en casi todos los aeropuertos, incluyendo los de América Latina. En Ecuador no… hasta hace poco, pues con todas estos absurdos rifirrafes se ha desarrollado también un sentimiento negativo contra los nacionales.

Una visión desprevenida sobre la actual crisis en las relaciones, generada por la reanudación de las fumigaciones en la frontera, solo nos lleva a concluir que nuestros vecinos tienen toda la razón en protestar. Es que si ya existía un acuerdo para parar las fumigaciones mientras se adelantada una evaluación bajo unos términos de referencia acordados entre las partes, no es serio que nuestro gobierno viole unilateralmente lo pactado.

Ahora, si estas fumigaciones sirvieran para erradicar el narcotráfico del país, creo que seria el primero en apoyarlas. Pero los hechos, las cifras, la realidad nos muestra que todo este programa de “erradicación” ha sido un rotundo fracaso, el negocio esta más boyante que nunca. En el mismo sentido, el gobierno insiste en que el glifosato es inocuo, lo que no coincide con estudios realizados por científicos de la Universidad de Caen de Francia (entre otras) que clasifican al glifosato como un disruptor endocrino, estos son un grupo de contaminantes emergentes que son objeto de preocupación mundial.

jueves, diciembre 14, 2006

Pinochet y la CIA: ¿Relaciones peligrosas?

Pubicado en Vanguardia Liberal en diciembre 13 de 2006

La seudohistoria que se ofrece para el consumo masivo de la ciudadanía inerme, generalmente le atribuye a algunos déspotas atributos de los que carecían en la realidad. Sobre todo si esos tiranos que se han plegado a los intereses de poderosos grupos económicos, infiltrados en la política y los gobiernos (Es que lo de aquí no se lo inventaron los narcoparacos). Un caso típico de esta orquestada deformación histórica es Adolf Hitler, sobre el que se ha resaltado su supuesta capacidad para influir en el pueblo alemán, e inducirlo a la segunda guerra mundial. Lo que se busca es inflar el personaje para minimizar así la participaron decisiva de grupos empresariales, en la llegada al poder de los extravagantes sujetos.

Así, muy pocos se ocupan de recordar el esencial apoyo que recibió Hitler de grupos económicos, europeos y gringos, antes y después de su llegada al poder. Para algunos, el líder del Partido Nazi no hubiese llegado a donde llegó sin el apoyo de consorcios industriales como IG Farben.

En el caso del difunto Pinochet, algunos lo califican de héroe y otros de asesino y ladrón, pero tal vez sólo sea un modesto peón del ajedrez neoliberal. Por lo mismo, se hace muy poco énfasis sobre la influencia del gobierno de Estados Unidos -a través de la CIA- en la conspiración que condujo a la caída del presidente Salvador Allende.

En su libro “Pinochet”, el estadounidense Peter Kornbluh, confirma la participación de los gringos en la “capacitación” de los militares chilenos y en el complot. En una entrevista, Kornbluh anota: “Kissinger le dijo a Nixon que Allende representaba un modelo de la izquierda democrática y que ese modelo y fenómeno podría ser reproducido en otros países, incluyendo Europa. Y que era muy difícil responder a eso por que Allende era el producto de una elección democrática. Entonces, no se podía permitir que ese gobierno tuviera éxito”.

Fidel Castro llegó al poder por la vía armada, en ese sentido era mucho más fácil justificar las intervenciones terroristas de Estados Unidos; por eso, para la derecha de ese país es más peligrosa la izquierda democrática pacifista. Kornbluh hace parte de The National Security Archive (NSA), entidad privada vinculada a la George Washington University de Estados Unidos, que logró la desclasificación de 24000 documentos secretos de las CIA y otras dependencias.
(http://www.gwu.edu/~nsarchiv)

viernes, diciembre 08, 2006

¿Puede mejorar la vida de los pobres mientras aumenta el desempleo?

Columna publicada en Vanguardia Liberal en diciembre 6 de 2006

El martes de la semana pasada, El Tiempo –medio que ha declarado su uribismo en varios editoriales- tituló en la primera página: “La vida les mejoró a 28% de pobres de un censo al otro”. Según el censo del DANE del 2005, la población con necesidades básicas insatisfechas se redujo con relación a 1993. Pero el sábado, en una nota relegada a la página 25, El Tiempo informa que –según el mismo DANE- el desempleo siguió aumentando dramáticamente. ¿Noticias medio positivas para el gobierno en primera página y negativas en la última?

En todo caso, parece pertinente preguntarse ¿Cómo es posible que la vida mejore para los pobres, mientras continúa creciendo el desempleo? Y, según las declaraciones de la congresista estadounidense Linda Sánchez, crecerá aun más con el TLC uribista. “El TLC no es malo sino malísimo”, ha dicho.

Sea como fuese, es esencial debatir sobre la calidad de la información y la forma como se le presenta a los colombianos. Los problemas empiezan con la baja credibilidad que tiene el DANE. No se trata de infamias de la oposición, ya que las críticas más duras provienen de funcionarios del gobierno. Recordemos que hace poco el Ministro de Agricultura cuestionó ácidamente los últimos resultados publicados por el DANE, sobre los pésimos resultados en el campo. Claro que este gobierno sólo cree en las cifras que lo favorecen.

La Federación Colombiana de Municipios, por su parte, ha señalado: “los alcaldes y gobernadores del país criticaron las cifras (del DANE) y algunos de ellos sostuvieron que van a realizar sus propios empadronamientos. Algunos mandatarios calificaron el (último) censo de mentiroso”.

Más allá de los cuestionamientos al DANE, el caso es que la pobreza no puede ser analizada sólo con base en las necesidades básicas (viviendas, servicios, educación niños, otros), pues esta metodología no considera la complejidad del problema. Cualquier persona que visite los barrios populares en Colombia puede constatar que la pobreza de hoy es mucho más dura que la de antes.

Los campesinos y pescadores de hace 30 años eran pobres pero disponían de comida, agua y espacio en las zonas rurales y no pagaban arriendos, servicios y transporte. En la actualidad, millones viven hacinados en zonas urbanas donde no hay empleo digno, ni comida, ni salud, pero sí una tremenda inseguridad asociada a la degradación social extrema. Muchos habitan en microviviendas conectadas a sistemas eléctricos y de acueducto y alcantarillado, pero eso no implica que su situación tienda a mejorar con el tiempo, todo lo contrario.