sábado, octubre 30, 2010

Defender los animales no es un delito

Publicado en Vanguardia Liberal en julio 7 de 2010

En Colombia –país en el que todos los actores del conflicto violan los derechos humanos- paradójicamente los defensores de estos derechos son mirados con desconfianza por un sector de la sociedad e incluso por algunas “autoridades”, que los tildan de aliados del terrorismo. Lo tragicómico es que se ha comprobado que algunas de esas “autoridades” sí han hecho alianzas con terroristas, como quedó demostrado en el siniestro escándalo del DAS. Los ambientalistas tampoco escapan a los señalamientos. Recordemos que el primer ministro del Interior y Justicia de Álvaro Uribe -Fernando Londoño- sindicó a los miembros de los partidos verdes (en ese momento el Partido Verde Oxígeno) de hacer parte de un “complot comunista”.

Los defensores de los animales, por su parte, deben soportar las arremetidas de empresarios que consideran lesionados sus intereses económicos por las acciones educativas que adelantan estas asociaciones. Campañas que han logrado avances significativos en algunos campos. Cuando la ley 84 de 1989 (Estatuto de protección animal) fue publicada recuerdo -por ejemplo- que en muchos colegios y universidades se sacrificaban inútilmente miles de animalitos en las “prácticas de biología”. Fueron los llamados de atención de estos defensores los que frenaron el “animalicidio”.

También han contribuido en sensibilizar a las personas sobre la necesidad de parar la barbarie taurina y las peleas de gallos o perros. A pesar de que Colombia es uno de los pocos países que aun permite estos espectáculos medievales, lo cierto es que la inmensa mayoría no los aprueba.

Estas campañas también han reducido el número de personas que asisten a los circos con animales (hay otras opciones, tipo circo del sol), de ahí la inquina de los empresarios contra los “animalistas”. Los empresarios aseguran que ellos no maltratan a los animales. Puede ser, sobre todo después de que los defensores de animales publicaron imágenes en las que denunciaron las torturas a que eran sometidos muchos animales de circo. El maltrato no son sólo los golpes, sino el hecho mismo de mantener encadenado o enjaulado a un animal silvestre.

Todo lo anterior, para trasmitir la inquietud que existe en el gremio de los ambientalistas y defensores de animales por la judicialización de que ha sido objeto el incansable defensor de los animales y el ambiente, Orlando Beltrán Quezada, por parte de un circo. Estaremos atentos al desarrollo de este proceso.

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