jueves, julio 27, 2006

El Ministerio de la Destrucción Ambiental

Columna publicada en Vanguardia Liberal en julio 26 de 2006

Tal vez podríamos llamar así al Ministerio de Medio Ambiente, Vivienda y demás arandelas después de sus cuestionadas actuaciones durante la administración del presidente Uribe. En nota publicada en El Tiempo, el ex ministro Ernesto Guhl Nannetti, recuerda que el desbarajuste empezó con la fusión del Ministerio de Ambiente con Desarrollo, a este engendro se le asignó el tema Vivienda. “El resultado es que no se ha hecho ni suficiente vivienda ni se ha logrado mantener ni mejorar el ambiente. En el juego de la perinola esto equivale a: todos pierden”, señala Guhl.

Además, añade, “se han tomado medidas regresivas sobre el medio ambiente y la salud pública, tal vez con el ánimo de atraer la inversión extranjera, como si esto se justificara a cualquier costo”. Así mismo, se han “reducido las exigencias para otorgar licencias ambientales”, se “han hecho más laxas las normas sobre contaminación del aire”, se “aprobó una Ley de Bosques que pone en peligro nuestro patrimonio forestal” y se está perfilando una “Ley del Agua, impulsada por el Banco Mundial, como agente de las empresas que conforman el cartel de las multinacionales del agua”.

Para completar, la exministra Sandra Suárez derogó el pasado 10 de mayo la resolución 189, que prohibía la importación de residuos peligrosos. La insólita decisión motivó una avalancha de protestas; en opinión del ex ministro Manuel Rodríguez Becerra: “Colombia pasó de contar con un régimen de prohibición total de importación de desechos peligrosos a un régimen abierto, en el cual se abre la posibilidad de introducir dichos desechos al país”.

El fin de semana El Espectador revelo que –después de desaparecer la incomoda resolución 189- la exministra Suárez le otorgo una licencia ambiental a la empresa Baterías MAC, que pertenece a la familia del ex ministro de Minas y conocido empresario, Luís Ernesto Mejía. Este, declaro el lunes que: “con la nueva medida sobre tóxicos (una resolución expedida a las carreras por el nuevo ministro), todo queda claro”.

El detalle es que la resolución 1402 de julio 17 no aclara nada. Para el ex ministro Manuel Rodríguez: “seguimos en lo mismo”. Cierto, pues la 1402 simplemente reitera la prohibición Constitucional, que sólo se refiere a los residuos tóxicos y radioactivos, es decir, a 2 de los 9 considerados como peligrosos por la legislación (Sobre el tema, escribí una nota para Cátedra Libre de la UIS, en la edición que se distribuirá con Vanguardia Liberal el 6 de agosto).

Por su parte, el senador Jorge Enrique Robledo señala: “Cuánto me temo que éste sea otro de los desastres del TLC con Estados Unidos, acuerdo que, como se sabe, exige adecuar las normas internas a lo pactado”. Supongo que los colombianos que votaron por mister Uribe están de acuerdo con estos atentados contra la calidad y disponibilidad del agua, el aire y la comida. Y con el gancho al hígado que propinara el TLC al ambiente y… a la producción nacional ¿O no?



viernes, julio 21, 2006

La monita que sabía demasiado

Columna publicada en Vanguardia Liberal en julio 19 de 2006

La mujer que sabía demasiado es la última obra de Silvia Galvis, la notable periodista y escritora santandereana. Esta es una de esas novelas que el lector no desea terminar, para prolongar el placer de la buena lectura; pero –al mismo tiempo- no puede desprenderse de la trama, así que uno acaba leyéndola en un par de sentadas. La historia –completamente ficticia- es la siguiente: el presidente de una presunta democracia llega al poder con el apoyo económico de narcotraficantes, que temen ser extraditados. Más tarde el pastel se destapa, el tesorero de la campaña y el ministro de defensa confiesan, y ambos terminan en la guandoca, con un grupo de parlamentarios.

Sin embargo, el principal beneficiario de los aportes resulta exonerado por sus jueces; claro que los jueces no eran jueces sino congresistas que también recibieron platica de los narcos o puestos y contratos del presidente. Este, también fue apoyado por una rubia teñida (asociada a narcotraficantes) que se tomaba fotos con el mandatario y era invitada a actos oficiales. Pero la monita decide contarle todo a la fiscalía y termina acribillada por sicarios. El monicidio es investigado por el fiscal Bruno Nolano, quien establece una relación entre: círculo presidencial, narcoempresarios y sicarios.

No voy a revelar la apasionante trama ni el final pues me arriesgo a que Silvia me mande al Escorpión, uno de sus personajes. Pero sí vale la pena recordar que –como señala la autora- la realidad puede resultar más increíble que la ficción. Fíjense lo que pasó con el expresidente Samper, nombrado en la embajada de Francia por su antiguo socio en el autodenominado Poder Popular: el presidente Uribe. Considerando la cercanía entre ambos y sus antecedentes no fue ninguna sorpresa su nombramiento, lo raro es que no lo haya nombrado antes.

Se ha dicho que su gestión favorecería el intercambio humanitario impulsado por Francia. Lo que resulta dudoso pues Ingrid Betancourt, la supuesta beneficiaria, deja mal parado a Samper en un libro muy leído en Francia: La rabia en el corazón. En éste se recuerda que la campaña liberal recibió dinero del narcotráfico. Que Samper tenía una estrecha relación con Elizabeth Montoya, la monita retrechera, quien lo trataba de Ernestico, todos vimos la famosa foto. Que la monita fue asesinada después de contactar al fiscal, así como el chofer de Serpa, antes de declarar. Se sabe, además, que varios congresistas acabaron en el pote.

No le faltaron, entonces, motivos para renunciar a mister Pastrana, otro viejo socio del presidente Uribe. Lástima que Andresito no se escandalice por otros cuestionados episodios, como los relacionados –por ejemplo- con el apoyo de la Gata o Santofimio a la campaña de Uribe o los tejemanejes que se urdieron en torno a los bancos Andino y Pacifico; que involucran a personajes muy cercanos al Pastrano-uribismo, como Carolina Barco, Luís Alberto Moreno y Fernando Londoño, entre otros. Al respecto, recomiendo el libro Los Farsantes, del reconocido investigador Alberto Donadío.

miércoles, julio 12, 2006

Ojo con los cerros de Bucaramanga

Columna publicada en Vanguardia Liberal en julio 12 de 2006

Continúa en Bogotá la controversia por la decisión de las autoridades de derribar varias viviendas construidas en una zona de reserva de los cerros orientales de la capital. En los últimos años la proliferación de construcciones en estas zonas, es un hecho que ha afectado los recursos hídricos y seguramente la calidad del aire y el microclima de la ciudad. Esta experiencia negativa debe servirnos en Bucaramanga para evitar repetir los mismos errores.

De ahí que me parece pertinente la denuncia que ha presentado a la CDMB el arquitecto Claudio Beltrán (sobre los cerros de Bucaramanga) y que ya circula entre los ambientalistas de la ciudad. En los cerros orientales de Bucaramanga existe una importante vegetación “con árboles centenarios, es el sitio de nacimiento de varias quebradas y rincón de vida para numerosas especies animales como zorros grises, ardillas, osos hormigueros, armadillos e iguanas”.

Señala Beltrán en su oficio al director de la CDMB: “Hace aproximadamente cuatro meses, la firma URBANAS S.A. inició el proceso de venta al señor Guillermo Bohorquez de un terreno de 5,4 hectáreas, localizado en lo que se conoce como Hacienda Puyana, que está dentro del Distrito de Manejo Integrado, DMI, como Zona de Recuperación para la Conservación. El señor ha manifestado su intención de construir allí una vivienda y explotar el terreno con varios cultivos. Me he dirigido en varias oportunidades a la CDMB (carta del abril 4 al Ingeniero Hernando Guevara y a la Ingeniera Gloria Séfora Lozano), siendo infructuosa mi iniciativa”.

“El pasado 1º de julio el señor Bohórquez inició la roza y adecuación del terreno, comenzando la destrucción del sotobosque y alterando la configuración del paisaje, lo cual va a llevar con toda seguridad a que allí continúen estableciéndose otras personas, gracias a la ligereza de una firma urbanizadora que vende estos lotes a sabiendas de que allí no se puede construir ningún tipo de edificación ni transformar el medio natural existente”.
“El 1º de julio pedí la intervención de la Policía Ambiental, la que le advirtió al señor Bohórquez que no podía continuar con la macaneada del terreno. No obstante, este reinició los trabajos, habiendo destruido ya más de una hectárea de cobertura vegetal, sin que la CDMB se hubiera hecho presente a pesar de que notifiqué telefónicamente a la Ingeniera Gloria Séfora sobre este particular. Le solicito en forma respetuosa se me informe la razón por la cual la CDMB no se hizo presente para frenar esta agresión ambiental y que la Corporación, como autoridad máxima ambiental, proceda a apersonarse en forma INMEDIATA del caso, impidiendo la continuidad de la intervención por parte del señor Bohórquez, así como tomando las medidas determinadas en la Ley 99 de 1993 (entre otras)”.

Tengo entendido que los hechos han ocasionado roces entre los vecinos, por lo que resulta urgente la intervención de los funcionarios para evitar que la situación se complique. La CDMB y la Alcaldía tienen la palabra.

Contaminación en edificio El Doral

Columna publicada en Vanguardia Liberal en julio 5 de 2006

En términos generales, las autoridades enfocan el control de la calidad del aire a focos de contaminación en espacios abiertos, como es el caso de las industrias o los vehículos. Y eso está bien, son evidentes los desastrosos efectos de estas descargas sobre el medio natural y humano. Sin embargo, los estudiosos han descubierto que los problemas existentes en espacios cerrados pueden ser más graves que los registrados al aire libre. De ahí que se adelantan estudios en diferentes países para establecer la calidad del aire en los hogares. En Colombia poco o nada se ha hecho en este campo.

Los contaminantes del aire interno provienen de fuentes diversas como: procesos de combustión (estufas, calentadores, vehículos), productos de uso doméstico (limpiadores, pesticidas y demás) y materiales de construcción (asbesto), entre otros. Este es uno de los temas tratados en un libro de mi autoría, próximo a ser publicado: Venenos en el Hogar (Disculpen la auto-cuña).

Algunas de estas sustancias pueden matar lentamente: es el caso del benceno (en la gasolina) o el asbesto, contaminantes relacionados con el cáncer. Otros compuestos pueden matar muy rápido, como el monóxido de carbono, resultado de la combustión incompleta. Millones de personas están expuestas a estas sustancias sin percatarse de su peligrosidad, de ahí la importancia de insistir en las campañas educativas.

Lo anterior a manera de introducción a la denuncia que presentaron ante la CDMB algunos residentes del edificio El Doral (calle 44, carrera 28) de Bucaramanga. Según los vecinos, el edificio “fue construido burlando normas ambientales y de sentido común”. Ya que “no se planificaron ni se construyeron ductos adecuados para la salida de los gases que expiden los 48 vehículos que se guardan en el sótano”. El resultado es que los gases extraídos de los garajes son descargados en los patios de los apartamentos 101 y 102 y “por razón de ubicación y vientos van directamente a la habitaciones”.

Grave pues estos gases y vapores pueden ocasionar graves perjuicios a la salud. La denuncia resalta que una señora, con problemas en las vías respiratorias, “deberá ser operada el mes entrante”. Los afectados se han dirigido a la CDMB, que seguramente analizará la situación y tomará las medidas correspondientes. Este caso permite llamar la atención sobre la importancia de considerar estos aspectos en el momento de diseñar y construir nuevas edificaciones.

Sobre todo que en los últimos años existe la tendencia a construir viviendas cada vez más pequeñas, en las que la calidad del aire es cada vez peor. Y no sólo en los barrios populares, donde este gobierno cometió la barbaridad de aprobar viviendas de sólo 35 metros cuadrados. También en casos como El Doral (estrato 6) o el de muchas viviendas de estratos 3 y 4 en las que el garaje está localizado al lado del comedor. Diseños que no se deberían permitir, recordemos que los vehículos despiden contaminantes durante el estacionamiento e incluso después de apagar el motor.