Publicada en Vanguardia Liberal en enero 8 de 2014
Vanguardia
Liberal informó el 3 de enero que la Contraloría General de la
República encontró presuntas irregularidades en la Corporación
Autónoma Regional de Santander (CAS); relacionadas con adquisición
de predios en zonas protegidas y contratos de reforestación. Los
hallazgos totalizan 7832 millones de pesos.
La actual directora de la CAS respondió que estos problemas
corresponden a la administración anterior. (A propósito, hace poco
se informó que la candidatura al Congreso del anterior director de
la CAS tambaleaba por una sanción de la Procuraduría).
La
auditoría a la CAS se derivó de una auditoría anterior realizada a
la CDMB, que detectó igualmente presuntas irregularidades en la
adquisición de predios.
La
Contraloría plantea –entonces- que los predios fueron comprados
con escandalosos sobrecostos. Además de lo anterior habría que
preguntarle a la Contraloría si las Corporaciones (caso CDMB) pueden
vender estos predios a proyectos de “turismo religioso y
contemplativo”. Es lo que ocurrió con el Santísimo negocio. La
ley 99 establece que pueden comprarlos para protegerlos, no
entregarlos a proyectos que pueden afectar terrenos vulnerables.
Estas
noticias reactivan el debate sobre la necesidad de reformar las
Corporaciones (CAR). Sin embargo, en declaraciones a El Espectador
(Diciembre 31), la actual Ministra de Ambiente señaló que no se va
a desgastar en el tema y se va a “concentrar en otras prioridades”.
Pues a las corporaciones “debemos verlas como unas aliadas”.
Aliadas que han cuestionado los organismos de control. ¿No se ha
percatado la ministra santandereana de lo que pasa con estas
presuntas autoridades ambientales?
El proyecto de reforma a las CAR
se encuentra en el proceso de consulta a las comunidades pero
–mientras se adelanta su trámite- la ministra podría (como
miembro del Consejo Directivo de las CAR) aplicar la meritocracia en
la selección de los directores de las corporaciones. Lo que no puede
hacer es cruzarse de brazos.
Las CAR también intervienen en las
tasas ambientales que todos pagamos en la factura de agua. ¿Sabe la
ministra en qué se están invirtiendo estos recursos que deben
destinarse a la recuperación y preservación del recurso hídrico?
Interesante saberlo pues la situación de ríos y ciénagas en
Santander no mejora, todo lo contrario.
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