En
columna de julio 25 de 2012 (La bomba social colombiana) señalaba
que hay que reconocer que el presidente Santos tomó distancia de los
belicistas y de “la gallada de la narcoparapolítica” que rodeó
al expresidente Uribe. O, más
bien,
que todavía lo rodea pues uno de los precandidatos del
autodenominado Centro Democrático fue enviado a la guandoca la
semana pasada; acusado -como muchos otros ultra uribistas- de
parapolítica. También señalaba que, aparte de lo anterior, Santos
“sigue la misma cartilla neoliberal que alimenta la bomba social
que podría explotarnos en la cara”.
Disculpas
por la auto citación pero se trata simplemente de reiterar que, para
cualquier persona medianamente informada, era absolutamente
previsible este estallido de masivas protestas de gente desesperada e
indignada. Y es que desde los años del expresidente Gaviria,
diferentes analistas independientes han advertido sobre los
desastrosos efectos del anti modelo de “desarrollo” aplicado por
los últimos gobiernos. Sobre todo el anterior. De ahí que no deja
de sorprender el oportunismo de la pandilla ultra uribista, al apoyar
un paro motivado por una crisis que ellos mismos ayudaron a
profundizar.
Frente
a esta tremenda crisis social y económica el presidente Santos ha
advertido que “el modelo de desarrollo ni la política comercial o
industrial van a sufrir modificaciones”. Sin embargo, vale la pena
recordar que la ley 99
de 1993 establece que “El proceso de desarrollo económico y social
del país se orientará según los principios del desarrollo
sostenible contenidos en la Declaración de Río de Janeiro”.
Considerando que el actual “modelo” es todo lo opuesto a lo que
señala la ley 99, el gobierno debería considerar la posibilidad de
acatar las leyes e introducir los lineamientos previstos en la
Declaración de Rio. Una de sus recomendaciones es “fomentar la
agricultura y el desarrollo rural sostenible”.
Acatar
no solo las leyes, sino seguir sus propios procedimientos. Por
ejemplo, leo en la página del Ministerio de Agricultura que el
primer paso para la formulación del Plan Estratégico Ambiental para
el sector agropecuario es el diagnóstico. Sin embargo, en Colombia
-como se ha comentado por estos días- hace 40 años que no se
actualiza el Censo Nacional Agropecuario. ¿Cómo carajos formular
una política con una información completamente anacrónica?
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