Publicado en Vanguardia Liberal en diciembre 18 de 2013
Unos
amigos comentaban que mi participación en la lista que inscribió el
partido Alianza Verde para las elecciones a la Cámara de
Representantes del 2014, podría ser interpretada como un intento de
aprovechar mi visibilidad en el debate desarrollado -en los últimos
años- en torno a la mega minería en Santurban.
Mi participación
en política no es nueva, se remonta a mis lejanas épocas de
izquierdoso estudiante universitario. Ya que un aliado involuntario
de la politiquería y la corrupción es precisamente la no
participación en política; como candidatos, militantes o electores.
Una alta abstención electoral hace que sea más fácil y económico,
para los traficantes de votos, llegar al poder. Cuando el voto de
opinión se expresa, les resulta más difícil ganar.
Como
candidato a la Gobernación de Santander, participé en el año 2000,
avalado por el Partido Verde Oxígeno creado por Ingrid Betancourt.
En el 2002, como candidato a la Cámara de Representantes. El
secuestro de Ingrid, por los desadaptados de las Farc, enredó el
desarrollo del partido que perdió su personería jurídica.
Más
tarde se crea el actual Partido Verde que este año logra formalizar
una integración con el movimiento Progresistas y otros y se conforma
así la Alianza Verde. Este partido verde hace parte de Global
Greens, integrada por 109 partidos verdes de todo el mundo
http://www.globalgreens.org/.
Los
principios
de
los
Verdes Globales son: sabiduria ecologica, justicia social,
democracia participativa, no violencia, sostenibilidad, igualdad de
género
y respeto por la diversidad.
La
mega minería en páramos no es el único problema ambiental que
tiene Santander y el país. En 1991 escribí -con un grupo de
investigadores- el libro “La crisis del agua en Santander”; ya
hace más de 20 años la situación de nuestros ríos y ciénagas era
dramática, en términos de calidad y cantidad. Esos problemas no se
han solucionado, todo lo contrario. También tenemos graves problemas
con el aire, los alimentos, los cosméticos, los fármacos y hasta
con las radiaciones ultravioleta (Ver mi libro Venenos en el Hogar).
Como lo entendieron los ambientalistas europeos en 1973, cuando
crearon el primer partido verde europeo, el escenario político es el
más adecuado para adelantar estos trascendentales debates.
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