Publicado en Vanguardia Liberal en diciembre 14 de 2011
El pasado mes de octubre, Tabatha McCourt, una joven escocesa (17 años) empezó a gritar y a tirarse los cabellos; vomitaba y sus ojos giraban sin control, cuentan sus amigos. Poco después la chica estaba muerta; 20 minutos antes del deceso se había aplicado un producto para teñirse el cabello. Uno de sus ingredientes es la para-fenilendiamina (PPD), sustancia hace rato cuestionada pues también se la relaciona con el cáncer (Ver mi libro Venenos en el Hogar, 2006).
Unos días antes, Mariade Kelly (29 años, Reino Unido) se aplicó un tinte de cabellos. Más tarde observó que salía pus de su cuero cabelludo y el rostro se le inflamó, hasta tal punto, que no lograba abrir los ojos ni respirar. Los médicos que la atendieron de urgencia señalaron que la reacción alérgica pudo ser ocasionada por la misma sustancia que en el caso anterior, PPD. Un producto que ya ha sido prohibido en varios países europeos.
En noviembre, Julie McCabe, madre de dos hijos, se tiñó el cabello con un producto de marca L´Oreal Preference (Fuente: BBC News). Casi enseguida tuvo graves trastornos, su esposo la llevó de urgencia al hospital pero ella entró en coma por falta de oxígeno en el cerebro. Los médicos informaron que, si sobrevive, Julie tendría un daño cerebral permanente.
En 2007, un artículo publicado en el British Medical Journal por el Instituto de Dermatología de Londres advirtió que el PPD podría desencadenar graves reacciones alérgicas. El pasado 28 de noviembre una columnista del periódico The Guardian, al comentar la noticia, anotó que ella misma estuvo a punto de morir después de aplicarse un tinte a base de PDD.
Frente a las demandas de las afectadas, las autoridades tratan de establecer si existe una relación entre estos casos y el uso de PPD en los tintes mencionados. Mientras los especialistas se pronuncian, hay que aplicar el principio de precaución. Si el tinte usado contiene esta sustancia, lo mejor es explorar productos alternativos.
Amigas peli-teñidas me informan que existen cosméticos “Bio” o “Ecológicos”; que no contienen esta u otras sustancias peligrosas. Parece que la efectividad de los productos “naturales” para teñir es menor que la de los sintéticos, pero, frente a semejantes riesgos mortales no existe ninguna duda que es mejor prevenir que lamentarse, si es que se sobrevive a la experiencia.
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