Publicado en Vanguardia Liberal en diciembre 21 de 2011
En su columna de El Espectador Alejandro Gaviria advierte que el presidente Santos “ha sido el más mediático de los presidentes colombianos”. El estudio citado concluye que la figuración de Santos supera incluso a la de Álvaro Uribe. Algunos pensábamos que Uribe, que apareció hasta en realities televisivos, era el rey de la pantalla.
Esta astucia explica porque muchas personas todavía piensan que el culebrero paisa fue un buen gobernante; a pesar de que nada hizo para aliviar los graves problemas estructurales que agobian a los colombianos. Lo que sí hizo su gobierno fue alcahuetear incontables escándalos de corrupción. El viejo truco de circo y poco pan, para distraer a la opinión publica de problemas esenciales, le funcionó a Uribe. Y Santos resultó un buen aprendiz del marrullero mayor.
Superar al ex rey de la pantalla en la presidencia no es una buena referencia. Pues son presidentes que soportan su popularidad, no con base en soluciones concretas para su gente, sino en posiciones demagógicas en los medios. Sobre todo frente a un pueblo que está muy lejos de superar sus problemas de desigualdad, pobreza, corrupción, educación, salud y deterioro ambiental.
A Santos hay que agradecerle que tomó distancia de la chusma delincuencial que rodeó a Uribe. En lo demás, las similitudes son inquietantes. Por ejemplo, el fin de semana Santos se quejó -en los medios nacionales- de la falta de compromisos de los países industrializados en la reciente cumbre sobre cambio climático de Durban, a la que asistió el Minambiente. “Lamento que los países que están emitiendo carbono, que hace que la temperatura suba, no fueran capaces de asumir un compromiso concreto”.
Lo primero: el carbono es un elemento químico sólido que se encuentra en las minas que este y el anterior gobierno le regalan a las multinacionales. El propósito fallido de la cumbre climática era el control de los gases (no solidos) de invernadero. Sobre todo que algunos gases invernadero no tienen carbono en su composición. Lo otro es que Colombia es un país que tiene descomunales problemas ambientales; muchos de ellos asociados al calentamiento global y al desastre invernal.
Entonces, el presidente Santos, en lugar de “pantallear” en los medios debería más bien organizar el desordenado sistema nacional ambiental, empezando por nombrar al frente del Minambiente a alguien que -por lo menos- distinga los gases de los sólidos.
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