Publicado en Vanguardia Liberal en enero 4 de 2012
En los países serios las autoridades investigan cuales son las causas originales de las enfermedades y muertes de sus ciudadanos. En Colombia no; aquí la gente se muere y nadie tiene la menor idea de las raíces del mal. Se diagnostica que alguien se murió –por ejemplo- de cáncer; pero no sabemos si ese cáncer se originó en ambientes laborales o familiares donde la persona estuvo expuesta a sustancias relacionadas con esta enfermedad. Igual pasa para las enfermedades cardiacas o pulmonares; asociadas en múltiples casos a gases o partículas presentes en el aire que respiramos en la calle, el trabajo o las casas.
Existen también sustancias químicas tóxicas que no afectan a la persona expuesta sino a su descendencia, de ahí que solo juiciosas investigaciones pueden rastrear el origen del problema.
Para las causas asociadas a factores microbiológicos la situación es igualmente complicada, sobre todo en estos periodos de vacaciones en los que las familias salen masivamente a disfrutar de baños en el mar, ríos o piscinas públicas. En los países donde se estudian los problemas sanitarios, han comprobado que muchos de estos sitios son fuentes de las llamadas enfermedades de aguas recreacionales (Recreational Water Illness).
Muchas playas marinas y ríos registran niveles extraordinarios de contaminación fecal; ya que reciben descargas masivas de aguas residuales. Bañarse o tragar agua en estos sitios es arriesgarse a contraer graves enfermedades: gastrointestinales pero también de la piel, los ojos o los oídos. Particularmente arriesgado es el consumo de pescado crudo o mal cocinado, extraído de sitios contaminados, ya que puede albergar parásitos que se incuban en el intestino humano.
Los riesgos existen incluso en piscinas artificiales. Por supuesto que la cosa es más grave si la piscina no cuenta con un adecuado sistema de filtración y desinfección, pero incluso en piscinas con tratamiento convencional se han detectado problemas. En la página del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos se lee: “contrario a la creencia popular, el cloro (utilizado para desinfectar piscinas) no mata todos los gérmenes instantáneamente”. Algunos tardan en morir incluso varios días, caso Cryptosporidium.
En septiembre pasado se reportaron tres muertes en Estados Unidos atribuidas a una infección causada por Naegleria fowleri; un parásito que penetra por la nariz de nadadores y llega al cerebro, donde puede ocasionar una forma fatal de meningitis.
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