lunes, julio 29, 2013

¿Más contaminación en el “Día sin Carro”?

Publicado en junio 12 de 2013

Los primeros días sin carro se realizaron en los años 70, en algunas ciudades del mundo, a raíz de la crisis petrolera de esos años. En 1999, se organizó en Europa el primer Día Internacional sin Carro, que se convierte más tarde en la Semana Europea de la Movilidad (http://www.mobilityweek.eu/home/). Paralelamente se consolida en el mundo -en el año 2000- la celebración del Día Mundial sin Carro, el 22 de septiembre, fecha que coincide con la Semana Europea.

El  propósito de estos eventos no es tener solo un día sin carros particulares; sino promover cambios permanentes en las ciudades, para mejorar el transporte colectivo y crear condiciones adecuadas para la circulación de peatones y ciclistas. También para estimular el diseño de ciudades con amplias zonas verdes y diseñadas “para la gente, no para los carros” (http://www.worldcarfree.net/). Todo lo anterior relacionado con las propuestas del llamado Nuevo Urbanismo.

A partir de estos eventos sin carro (donde es voluntaria la participación, no obligatoria) y otros similares muchas ciudades de países avanzados han introducido importantes cambios en la planificación urbana; que han mejorado  la movilidad y reducido la contaminación. Tal vez por ello, las ciudades más contaminadas se encuentran hoy en países atrasados, como Colombia (o  China, que es un caso especial), cuyas autoridades se han inventado cortinas de humo, como el Día sin Carro (en junio, no en septiembre) o el pico y placa, para disimular su incapacidad de planificar de forma inteligente sus ciudades.

En este contexto, no sorprenden los bochornosos resultados de los días sin carro en Bucaramanga. Según la CDMB, en la jornada sin carro de la semana pasada  la contaminación del aire no bajó, sino que subió en algunos sitios de la ciudad.

Sobre el Día sin Carro 2012, señalaba en columna pasada que ese día fui trotando hasta mi oficina y en el camino observé “muchos carros (y motos) en el día sin carro” y muy pocos peatones y ciclistas. Y que todo  esto se explica porque la estrecha vía que une Bucaramanga con Floridablanca no tiene –en muchos tramos- andenes para los peatones y menos ciclovías. De la otra vergüenza llamada   Metrolínea ni hablemos.

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