Publicado en junio 26 de 2013
La
Agencia de Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de Estados Unidos anunció,
a fines del año pasado, que actualizará la ficha técnica del producto antibacteriano
Triclosan; pues recientes estudios
científicos tienden a confirmar sus efectos nocivos sobre la salud humana y el medio
natural.
Este
producto se utiliza en muchos países como ingrediente para prevenir la
contaminación bacteriana en ropas,
juguetes, cremas dentales, jabones antibacterianos, desodorantes (como Yodora)
y talcos, como el famoso Mexsana. Uno de estos estudios fue realizado por el
profesor Isaac Pessah (UCDavis University, 2012),
quien encontró que ratones sometidos a dosis similares a las recibidas por el
ser humano en su vida cotidiana presentan un efecto depresor “realmente
espectacular” sobre sus funciones cardiacas.
El grupo de investigación se declaró
sorprendido por la “alteración de la actividad muscular de diversos órganos,
entre ellos, el musculo cardiaco” (http://news.ucdavis.edu/search/news_detail.lasso?id=10301).
Así que no lo recomiendan para humanos con problemas de esta naturaleza. Los
resultados con ratones no son necesariamente extrapolables a humanos, pero
sí alertan sobre posibles riesgos. La FDA pone en una balanza –como es lo
habitual- los riesgos y los potenciales
beneficios. Sin embargo: “A mí me parece que los
riesgos son mayores que cualquier
beneficio asociado a estos productos,
en este momento", dijo Allison
Aiello, profesora de la Escuela de Salud
Pública de la Universidad de Michigan.
El
Triclosan ha sido cuestionado -desde años atrás- por su posible relación con
cáncer, problemas hormonales, alergias y desarrollo de resistencia a
antibióticos, entre otros. En mi libro Venenos en el Hogar, publicado en el
2006 (página 340), se reproducen publicaciones que -ya en esos años- alertaban
sobre los riesgos asociados al producto.
Ahora,
los problemas del Triclosan no se limitan
a la salud humana ya que todos estos productos -que usamos en las casas
(algunos clasificados como residuos peligrosos)- terminan en los rellenos
sanitarios o en el alcantarillado. Y este descarga en los ríos, donde estos
productos afectan a los peces y otros organismos acuáticos. Por lo mismo,
preocupa que el estudio del profesor Pessah
concluya que los peces sometidos al Triclosan experimentan “una
reducción sensible de su capacidad de nadar”.
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