lunes, enero 14, 2013

Basuras de Bogotá: del dicho al hecho hay mucho trecho

Publicado en Vanguardia Liberal en enero 2 de 2013

Gustavo Petro realizó una juiciosa labor como congresista; el reconocimiento de la ciudadanía a su notable desempeño influyó en su elección como alcalde de Bogotá. Sin embargo, las competencias requeridas para las alcaldías son diferentes a las necesarias en la rama legislativa. De ahí que la falla de Petro es tal vez la de no rodearse de personas con experiencia y transparencia en estas lides.


Por lo mismo no sorprende la crisis que surgió al interior del gabinete distrital la semana pasada cuando su Secretario de Salud -Guillermo Alfonso Jaramillo, un hombre serio-  le pidió públicamente la renuncia al gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado, Diego Bravo, encargado por el alcalde del nuevo esquema de recolección de residuos sólidos.
 

Es que los errores cometidos son de marca mayor, es el caso del uso de volquetas en la recolección de basura. Actividad no permitida por la legislación ya que el decreto 1713 de 2002 especifica claramente las características de este tipo de transportes. Deben estar debidamente señalizados, cerrados, contar con compactadores y sistemas de control de lixiviados y con especificaciones técnicas para proteger la salud de “conductores y operarios”, entre otros. Condiciones que las volquetas no cumplen pues fueron diseñadas para otras labores.   


Muchos colombianos compartimos los propósitos del alcalde Petro en el tema residuos sólidos. Coincidimos en que los servicios públicos deben ser prestados pensando en el interés colectivo no en  beneficios económicos para los privados; ya que esa es la raíz de muchos de los problemas que tenemos aquí en Santander. Otra cosa es que algunos componentes del Plan de Gestión Integral de Residuos Sólidos sean manejados por particulares.


Las ciudades que recientemente han regresado al manejo público de los servicios han derivado beneficios para los usuarios, caso de disminución de tarifas en la empresa encargada del agua potable en Paris (Francia). Además ¿Quién (aparte de los privados que cobran por tonelada llevada al basurero) se opone a aumentar el reciclaje? ¿O a incorporar los recicladores al sistema?
 

Los propósitos del alcalde  son interesantes pero él debe revisar sus estrategias y metodología. Pensar –por ejemplo- que la separación  en la fuente y reciclaje  se realizarán a través de simples decretos es ignorar características elementales de un proceso de alta complejidad.   

 

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