Publicado en noviembre 27 de 2012
La
semana pasada, los alcaldes del área metropolitana de Bucaramanga anunciaron la
selección de un “modelo tecnológico” que
será aplicado para el aprovechamiento industrial de los residuos sólidos. Aunque
no se conocen detalles del proceso seleccionado, la tendencia mundial va en ese
sentido. Se busca reducir a su mínima expresión los llamados “rellenos
sanitarios” (que en nuestro medio poco tienen de “sanitarios”) a través de
procesos de valorización y mercadeo de los residuos. En el tema del
reciclaje las cifras de Bucaramanga son vergonzosas; insignificantes si se
comparan con otras ciudades colombianas, para no comparar con ciudades de
países avanzados.
En el ámbito internacional, la idea es
producir cada vez menos residuos, no generar cada vez más basura, como ocurre
aquí, para beneplácito de las empresas privadas que cobran por tonelada de
residuos llevada al botadero. Por lo mismo, desde hace años muchos supermercados
europeos no utilizan bolsas de plástico para empacar sus productos. El
comprador debe llevar su propia bolsa reutilizable o comprarla. Decisión
importante pues nuestros basureros están repletos de estas bolsas.
En
Colombia algunos supermercados empezaron tímidamente con estas campañas; por lo
menos hoy no obligan a los clientes a empacar en bolsas de plástico y aceptan
que el comprador lleve su bolsa reutilizable. Habría que dar el siguiente paso: suprimir las
bolsas e incluso las botellas de plástico, como ya han hecho otras ciudades en
el mundo. En el caso del papel también se pueden lograr significativas
reducciones en oficinas e instituciones educativas, donde muchos trámites o
exámenes se pueden realizar por medios virtuales.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario