Publicado en Vanguardia Liberal en septiembre 9 de 2009
Este año más de 600 incendios devastaron áreas forestales en inmediaciones de Cali, la hospitalaria capital del Valle del Cauca. Incendios -sin precedentes- precedidos de temperaturas cercanas a los 38 grados centígrados. Estos fenómenos catastróficos –asociados al calentamiento global y al irresponsable manejo de las cuencas- sólo pueden agravar los racionamientos de agua que ya padece Cali.
Claro que el fenómeno no se limita a esta ciudad, Medellín también fue abrasada por incendios en los últimos días. En Bucaramanga, he observado insólitas temperaturas de 34 y 35 grados centígrados en los termómetros que tengo a la sombra, en mi casa. Temperaturas más elevadas que las reportadas por el IDEAM para esta ciudad ¿Podemos afirmar que las temperaturas tomadas por el IDEAM en el aeropuerto Palonegro (localizado en un cerro) pueden equipararse con las que se padecen en la meseta de Bucaramanga?
Incendios catastróficos se vienen registrando en diferentes países como Estados Unidos, Grecia y Australia en los últimos años. Más incendios implican una mayor emisión de gases invernadero que calientan más la tierra y tienden a agravar el problema. Según los científicos lo peor está por venir. El riesgo de que nuestras zonas urbanas enfrenten megaincendios cercanos y racionamientos de agua es muy real. Incluso Bucaramanga no está lejos de este árido escenario. Así como otras ciudades costeras -como Cartagena- están amenazadas por el incremento del nivel del mar.
Lo inquietante es que frente a estos descomunales problemas la respuesta de los gobiernos locales y el nacional (muy atareado éste en la tramoya reeleccionista) es prácticamente nula. Las precarias propuestas oficiales ignoran la complejidad y magnitud de los problemas.
Así como para mitigar las inundaciones del Río de Oro se propuso construir una inútil muralla china, de la misma manera para asegurar el agua de Bucaramanga se propone construir una represa. Pero poco o nada se hace para ordenar las cuencas y las actividades, educar a la gente, ahorrar agua y proteger los páramos. Por ejemplo, al tiempo que se autoriza la represa se fomenta la minería a cielo abierto en zona de páramos, donde nace precisamente el agua de Bucaramanga.
A propósito: ¿Qué opina Ingeominas de la construcción de una represa cerca a las fallas de Bucaramanga y Suratá? ¿Qué estudios se han hecho aquí sobre sismicidad inducida por represas y minería?
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