Cartagena es un reflejo de las profundas contradicciones que existen en Colombia, un país que no resuelve sus problemas, sino que los oculta debajo de una impecable alfombra. Desde hace varios años, Cartagena es sede de eventos internacionales de indudable importancia. En enero se realizó el Primer Festival Internacional de Música Clásica, miles de personas asistieron a los conciertos programados, muchos gratuitos. En diciembre pasado, asistí a uno de los conciertos preparatorios y quede impresionado por las destrezas de niños y jóvenes, intérpretes de música clásica, provenientes de estratos medios y populares, que fueron aplaudidos por el público que colmó el histórico Teatro Heredia.
A principios de marzo se llevó a cabo el Festival Internacional de Cine y esta semana se inauguró el IV Congreso Mundial de la Lengua Española, con la presencia de mil personalidades, que le rindieron un merecido homenaje a Gabriel García Márquez. Estos procesos culturales, en Cartagena y otras ciudades, nos confirman que la gente responde si se la motiva adecuadamente. De ahí que no se pretende aquí cuestionar esos eventos.
Sin embargo, también es importante recordar que existe en la Ciudad Heroica una profunda problemática social y ambiental, que las autoridades nos buscan solucionar sino disimular. Por ejemplo, para el evento de esta semana limpiaron la ciudad y “desaparecieron” a los vendedores ambulantes y mendigos. De tal manera que los visitantes observan una ciudad luminosa, en el sector amurallado y áreas aledañas, pero no se percatan de la dramática realidad que debe soportar la inmensa mayoría de los cartageneros.
La miseria, el hambre y la promiscuidad han creado un caldo de cultivo para la multiplicación de hechos de violencia, que no eran frecuentes en la ciudad. Hace unas semanas, los colombianos fuimos horrorizados por el asesinato de una pareja de italianos, pero los atracos, incluso en sectores turísticos (como es el sitio donde mataron a los italianos), son el amargo pan de cada día en Cartagena.
En medio de la euforia generada por unas cifras económicas divulgadas la semana pasada, la prensa también informó que varios niños murieron de hambre en Colombia. Con seguridad, en Cartagena - en la zona suroriental, en las laderas de La Popa o en los incontables cinturones de miseria - muchos aguantaban hambre mientras el rey de España declaraba abierto el Congreso de la Lengua.
A principios de marzo se llevó a cabo el Festival Internacional de Cine y esta semana se inauguró el IV Congreso Mundial de la Lengua Española, con la presencia de mil personalidades, que le rindieron un merecido homenaje a Gabriel García Márquez. Estos procesos culturales, en Cartagena y otras ciudades, nos confirman que la gente responde si se la motiva adecuadamente. De ahí que no se pretende aquí cuestionar esos eventos.
Sin embargo, también es importante recordar que existe en la Ciudad Heroica una profunda problemática social y ambiental, que las autoridades nos buscan solucionar sino disimular. Por ejemplo, para el evento de esta semana limpiaron la ciudad y “desaparecieron” a los vendedores ambulantes y mendigos. De tal manera que los visitantes observan una ciudad luminosa, en el sector amurallado y áreas aledañas, pero no se percatan de la dramática realidad que debe soportar la inmensa mayoría de los cartageneros.
La miseria, el hambre y la promiscuidad han creado un caldo de cultivo para la multiplicación de hechos de violencia, que no eran frecuentes en la ciudad. Hace unas semanas, los colombianos fuimos horrorizados por el asesinato de una pareja de italianos, pero los atracos, incluso en sectores turísticos (como es el sitio donde mataron a los italianos), son el amargo pan de cada día en Cartagena.
En medio de la euforia generada por unas cifras económicas divulgadas la semana pasada, la prensa también informó que varios niños murieron de hambre en Colombia. Con seguridad, en Cartagena - en la zona suroriental, en las laderas de La Popa o en los incontables cinturones de miseria - muchos aguantaban hambre mientras el rey de España declaraba abierto el Congreso de la Lengua.
1 comentario:
Jairo... ¿Por qué nunca veo comentarios en tu blog? ¿Has hecho algo para que más gente lo lea?
Esas contradicciones de las que hablas en el caso de Cartagena, son las que vemos a diario, pero nada pasa, nadie se moviliza ¿por qué?
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