jueves, abril 05, 2007

La crisis del agua en Santander

Publicado en Universia, marzo 22 de 2007

En 1993, con la financiación del desaparecido Inderena, se publicó el libro La crisis del agua en Santander. En este documento, un grupo de investigadores del Inderena, la UIS y otras universidades, advertía lo siguiente: “De no tomarse medidas inmediatas y eficaces, el departamento enfrentara en los próximos años un déficit en el suministro de agua a las poblaciones”. Así mismo, se pronosticaron “crecientes racionamientos de agua y pérdidas de cosechas” y disminución de las capturas pesqueras, si las tendencias no sufrían modificaciones. Con base en análisis de laboratorio se recalcó –además- que Santander registraba “problemas (muy graves) en la calidad del líquido que fluye por los cauces y también en el que es consumido por la población” (1).

Han pasado 14 años desde que se preparó esta publicación e infortunadamente la situación no tiende a mejorar en el departamento sino a deteriorarse, como se deduce de estudios realizados por la Universidad Industrial de Santander, varias dependencias oficiales e informes de prensa.

Oferta y demanda de agua

En el documento Estrategia Nacional del Agua (1996) se señala: “La escasez que se presenta en la cuenca hidrográfica del caribe y la zona andina, tiene como factor determinante las formas de ocupación del territorio y los sistemas de producción”. En efecto, la oferta neta de agua en Colombia supera ampliamente a la demanda. Sin embargo, la relación demanda/oferta no es igual en todo el país (2). De tal manera que el índice de presión sobre el recurso es mínimo y bajo en el sur, suroriente y vertiente del pacifico (en estos sitios hay mucha agua y baja densidad poblacional); mientras que es alto y muy alto en la zona andina y el caribe (donde la densidad es elevada y las precipitaciones son menores). En esta última zona –caracterizada por una alta presión sobre el recurso- se encuentra Santander.

Por lo demás, en Santander (y otros departamentos) también se presenta una alta concentración de la población en la capital. Más del 60% de la población del departamento habita en el Área Metropolitana de Bucaramanga y Barrancabermeja. En estos sitios se registra un alto consumo del líquido que podría conducir a futuros racionamientos, pues la demanda crece y las fuentes de agua tienden a disminuir sus caudales en periodos secos, situación que se ve agravada por el fenómeno del Niño y el calentamiento global. Para prevenir un cercano racionamiento, el Acueducto de Bucaramanga adelanta un proyecto de ampliación de sus instalaciones.

Ahora, la amenaza de próximos racionamientos no se limita a sectores urbanos altamente poblados, que de alguna manera cuentan con mejores condiciones para superar la cercana crisis de agua. El hecho es que los racionamientos llegaron desde hace varios años a otros municipios, menos poblados pero muy importantes, como Málaga o el Socorro. E incluso afecta a pequeños pueblos y veredas, como se ha constatado en estudios de campo realizados en la UIS. (3, 4).

Y es que la disminución de los caudales en ríos y ciénagas se registra en todo el departamento, una situación especialmente crítica es la del río Magdalena, que presenta una dramática reducción de su caudal durante los periodos secos. En Barrancabermeja, las aguas se retiran varios cientos de metros del antiguo muelle, en periodos secos. Algunas ciénagas del magdalena medio tienden a desaparecer durante las sequías y la temperatura del agua puede alcanzar los 40 grados centígrados.

Efectos sobre cosechas

La escasez de agua afecta las cosechas desde hace varios años. Según la Comercializadora (de fríjol) Nueva Villanueva en el 2005: “las áreas cultivadas han pasado de 5.000 hectáreas en toda la provincia Guanentina a 800; y en el caso de Villanueva, se pasó de 3.000 hectáreas a tan sólo 500. Dos factores fueron los que acabaron con el fríjol: La falta de lluvias y los malos precios”. Según el directivo, en la región, de acuerdo con Corpoica, tan solo caen 110 milímetros de lluvia, cuando se necesitan cuatro veces más para poder tener una buena cosecha (5).

A pesar de las advertencias presentadas hace varios años, la tala y quema de bosques continua, incluso en áreas protegidas como es el Parque Nacional Natural Yariguies, como se observa en las siguientes fotografías suministradas por investigadores de la Asociación de Municipios Agropecuarios de Yariguies. La pérdida de regularización de los caudales esta asociada a mayores problemas de sequías, pero también a inundaciones catastróficas, como la registrada en Girón en el 2005.


Deterioro generalizado de la calidad del agua

La elevada concentración poblacional en el Área Metropolitana de Bucaramanga, además de generar una alta demanda del líquido, también produce un gran caudal de aguas residuales, que es descargado a las corrientes que circulan por estos núcleos urbanos. Por ello, no sorprende que estos sistemas acuáticos presenten niveles muy elevados de contaminación fecal, como se deduce de análisis estadísticos realizados en la UIS (6). Los coliformes fecales en estas corrientes alcanzan, en algunas estaciones de muestreo, valores medios que se miden en millones, mientras que la norma del decreto 1594 para recreación por contacto primario es de solo 200 NMP/100 ml.

El problema no se limita al Área Metropolitana sino que se extiende por todo el departamento, debido a que existen muy pocas plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR). Mas grave aun: en donde han sido construidas, la gran mayoría no funciona apropiadamente. Un estudio realizado por la UIS y la gobernación concluyo que de 337 vertimientos a los ríos en Santander menos del 12 % reciben algún tipo de tratamiento. Ver en figura siguiente la situación en la cuenca del magdalena santandereano (7).

Tampoco funcionan adecuadamente las plantas de agua potable construidas fuera del Área Metropolitana, de ahí que las autoridades sanitarias advierten que son pocos los municipios que reciben agua realmente potable (7a).

Estas evaluaciones coinciden con las realizadas a nivel nacional, que concluyen que solo un porcentaje muy pequeño de estas instalaciones reciben una operación y mantenimiento apropiados. ¿Por qué no funcionan las plantas de aguas residuales y de agua potable? En muchos casos, las instalaciones han sido mal diseñadas pues se contratan empresas no calificadas, en otros casos, se nombran a personas inexpertas para la operación y el mantenimiento, que además no cuentan con reactivos ni equipos de laboratorio. El resultado es que el departamento (y el país) sigue botando la plata –literalmente- al alcantarillado, al construir plantas que no cumplen su cometido de depurar las aguas residuales.

Efectos sobre el recurso pesquero

Además de afectar la salud de los consumidores y la agricultura, el deterioro del recurso hídrico tiene un efecto directo sobre la actividad pesquera. Las cifras registran una dramática disminución de las capturas en las últimas décadas. De acuerdo con registros del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder) de las 356 toneladas de peces que ingresaron en canoas al puerto petrolero en el 2004 se disminuyó a 316 toneladas en el 2005, lo que significó una reducción de casi 40 toneladas en ese año (8). Las cifras presentadas en el libro La crisis del agua se remontan a 1977 y la tendencia registrada conducirá –si no se toman medidas- a un agotamiento de recurso.

Un factor adicional tiene que ver con la calidad de estos pescados. El profesor Jesús Olivero de la Universidad de Cartagena ha detectado la presencia de peligrosos parásitos en peces recolectados en diferentes regiones de Colombia (9). Este es un tema poco estudiado en el país, como muchos otros, es el caso de la presencia en las aguas y alimentos de contaminantes emergentes, originados en actividades agrícolas y urbanas, como son los llamados perturbadores endocrinos, relacionados con nacimientos prematuros, perdida de fertilidad humana y malformaciones.

¿Que hacer?

La crisis del agua en Santander y Colombia no se solucionara expidiendo más leyes y decretos reglamentarios. Aunque es necesario actualizar algunos temas reglamentarios, existe desde los años 70 un marco legal que permitiría solucionar muchos de los problemas reseñados. También existe un ministerio, corporaciones autónomas, institutos de investigación y demás entes que hacen parte del Sistema Nacional Ambiental que creo la ley 99 de 1993. Esta misma ley establece que el desarrollo del país debe regirse por los lineamientos del desarrollo sostenible y establece la aplicación del principio internacional de precaución.

De ahí que las leyes y las instituciones están ahí, pero ¿Por qué no logramos buenos resultados? Las razones son múltiples pero, un informe de la ONU del año pasado (10), concluye que la mala gestión y la corrupción son factores principales en el agravamiento de la crisis. Al analizar la situación en Colombia es inevitable confirmar que existen problemas relacionados con deficiencias administrativas, corrupción, politiquería e incompetencias. Pero también pobreza derivada de la desigualdad, ausencia de planificación en el uso de suelos y en la distribución de la población. E igualmente graves carencias en investigación y educación

Se trata de problemas estructurales, muy complejos, que solo se solucionaran a través de un enfoque sistémico, que implique un trabajo transdiciplinario que involucre la participación de los municipios y la comunidad. El reto es enorme pero no insuperable, siempre y cuando se cuente con lo más importante: voluntad política para poner el conocimiento y la ética al servicio de las mayorías.

1. Puente Jairo et al (17 investigadores), La crisis del agua en Santander, Inderena, Bucaramanga, 1993, pagina 8

2. Estudio Nacional del Agua, www.ideam.gov.co.

3. Torres Diana P, Diagnostico de la calidad del agua de la quebrada Sancotea, Socorro, Especialización en Química Ambiental, UIS, 2007

4. Yaneth Liliana Duque, Evaluación de la quebrada Cuchicute, Especialización en Química Ambiental, UIS, 2006

5. Vanguardia Liberal, enero 12/2005.

6. Contreras Alix, Evolución y estado del recurso hídrico superficialen el Área Metropolitana de Bucaramanga, Especialización en Química Ambiental, UIS, 2006

7. Muskus A., Calvo J., Evaluación de plantas de tratamiento de aguas en Departamento de Santander, Especialización en Química Ambiental, UIS, 2006

8. El TIEMPO, marzo 3/2005.

9. Olivero Jesús, www.reactivos.com

10. IV Foro Mundial del Agua, México, marzo 2006

Publicado en http://www.universia.net.co/noticias/noticiadeldia/recursovital3.html

No hay comentarios.: