Leo en un despacho de la AFP de la semana pasada, que Catherine Holmes –una estadounidense de 46 años- demandó a la industria láctea (Yoplait) por publicidad engañosa. La mujer afirmó que fue embaucada pues ganó tres kilos de peso, después de gastar 200 dólares en la compra de productos lácteos que supuestamente la ayudarían a rebajar. No es un caso aislado, los cuestionamientos contra transnacionales fabricantes de alimentos y fármacos se multiplican en ese país, por parte de ciudadanos que se sienten estafados por las empresas. Que prometen el cielo en la publicidad, pero que -en la realidad- han convertido la vida de millones de personas en un verdadero infierno.
Este es el caso –entre otros- de los adictos a la comida chatarra o basura que padecen los problemas asociados a la obesidad y el sobrepeso, como son la diabetes (causa de muchas amputaciones) y las enfermedades cardiovasculares, que ocasionan millones de muertes anuales. Las asociaciones de consumidores han recalcado que el principal objetivo de las corporaciones son los niños, que resultan más vulnerables a los mensajes publicitarios.
La comida chatarra se suele acompañar de bebidas chatarra, también relacionadas con la obesidad y sus secuelas. Las gaseosas dietéticas, por su parte, endulzadas con edulcorantes artificiales -según los fabricantes- ayudan a evitar estos problemas. Sin embargo, diferentes estudios concluyen que productos como el aspartame no sólo no ayudan a perder peso, sino que -en ocasiones- es todo lo contrario. Después de un seguimiento a los consumidores, un estudio comprobó que algunos habían ganado más peso que los no consumidores.
Pero la cosa es más grave, un estudio del año pasado sugiere que el aspartame podría producir cáncer. El científico italiano Morando Soffritti concluyó que su consumo “estaba asociado a índices inusualmente altos de linfomas, leucemias y otros tipos de cáncer en ratas” alimentadas con el producto. El estudio fue realizado por la Fundación Ramazzini de Oncología y Ciencias Ambientales de Europa.
Este edulcorante se distribuye con los nombres de Nutrasweet o Equal. Se ha utilizado en gaseosas dietéticas como Diet Coke, Diet Pesi, Diet Snapple y Kool Aid; y en alimentos “light”, gomas de mascar, yogures y productos que remplazan el azúcar, entre otros. Las inquietudes sobre el aspartame (y otros edulcorantes, como la sacarina y el ciclamato) vienen desde años atrás cuando algunos estudios concluyeron que el producto es nocivo, pero la duda persistía pues otras investigaciones llegaron a conclusiones opuestas. Claro que los estudios favorables al producto fueron financiados por los fabricantes.
Una evaluación realizada por el doctor Ralph G. Walton (Ohio University College of Medicine) sobre 164 estudios, encontró que 72 fueron pagados por los fabricantes y 90 con fondos independientes. De los 90 estudios independientes, 83 (92%) identificaron uno o más problemas con el aspartame. Ninguno de los 74 estudios realizados por la industria concluyó que existiera algún problema. No sorprende que algunos aseguren que estas empresas, no sólo manipulan la publicidad, sino también los estudios.
3 comentarios:
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