Columna de opinión publicada en Vanguardia Liberal en abril 19 de 2006
Sobre los escándalos de los últimos días, señalaba la semana pasada que lo que está en juego en las próximas elecciones es la consolidación o no en Colombia de un “estado mafioso”, como han advertido varios analistas. Pero también se juega la posibilidad de convertir el país en punta de lanza de los intereses bélico-comerciales de la derecha estadounidense, en América Latina. Una derecha que se entiende muy bien con la criolla y que no desecha acuerdos con el crimen organizado o las dictaduras (remember Noriega, Irangate y demás). “No importa que sean unos HP, siempre y cuando sean nuestros HP”, es lo que dicen. Esto explicaría la benevolencia (en la extradición) con autores de masacres y envío de toneladas de droga a Estados Unidos y la dureza con los pequeños traficantes.
Otro hecho interesante: los estudios confirman que las estrategias para acabar el narcotráfico han fracasado. Si realmente se buscara erradicarlo: ¿no habría que cambiar lo que se viene haciendo? Si no es así, habría que preguntar: ¿Existe un interés real en acabar con el negocio? Recordemos que las mayores ganancias del narcotráfico quedan en Estados Unidos. Hay que analizar la incidencia de los gringos en el asunto, por que aquí no se mueve un alfiler sin el visto bueno de mister Bush.
No se puede perder de vista el contexto, pues algunos pretenden reducir esta crisis a un rifirrafe entre el exdirector del DAS, Jorge Noguera, y varios exdirectivos, como Rafael García y Enrique Benítez. Aparte de que se confirmen o no las denuncias de los exfuncionarios, el asunto es más de fondo. La investigadora Claudia López advierte que preocupa el mal tino del presidente “para nombrar funcionarios en entidades muy atractivas para el paramilitarismo: inteligencia, seguridad y tierras”.
Efectivamente Noguera y su subdirector salieron del DAS el año pasado por otro escándalo, también relacionado con paramilitares. Y todo lo ocurrido en la Dirección de Estupefacientes, la Superintendencia de Vigilancia (la Gata), el Incoder, Finagro, algunas gobernaciones y alcaldías, sugiere que la corrupción y la influencia narcoparamilitar no se limita al Congreso ¿Cogobiernan los narcoparamilitares en Colombia?
Se dice que la crisis obedece a los afanes electorales, pero esto no se sostiene ya que las denuncias provienen de la prensa y exfuncionarios uribistas. Ahora, es apenas lógico que los candidatos se pronuncien después de las tremendas acusaciones sobre asesinatos y otros tejemanejes. Sobre todo que muchos fueron -en verdad- asesinados.
Otro motivo de inquietud: las denuncias de fraude electoral, que no son nuevas así las autoridades y los uribistas se hagan los locos. Las investigaciones de Claudia López indican que se presentaron votaciones atípicas en el pasado. Amenazas de los armados, niveles anormales de participación, candidatos que sacaron miles de votos de la nada y candidatos únicos, son noticias de dominio público. Estas, solo ratifican la intervención paramilitar en las elecciones del 2002, hechos denunciados hace 4 años ¿Refrendaremos el presunto fraude, como hicieron los gringos con Bush?
Sobre los escándalos de los últimos días, señalaba la semana pasada que lo que está en juego en las próximas elecciones es la consolidación o no en Colombia de un “estado mafioso”, como han advertido varios analistas. Pero también se juega la posibilidad de convertir el país en punta de lanza de los intereses bélico-comerciales de la derecha estadounidense, en América Latina. Una derecha que se entiende muy bien con la criolla y que no desecha acuerdos con el crimen organizado o las dictaduras (remember Noriega, Irangate y demás). “No importa que sean unos HP, siempre y cuando sean nuestros HP”, es lo que dicen. Esto explicaría la benevolencia (en la extradición) con autores de masacres y envío de toneladas de droga a Estados Unidos y la dureza con los pequeños traficantes.
Otro hecho interesante: los estudios confirman que las estrategias para acabar el narcotráfico han fracasado. Si realmente se buscara erradicarlo: ¿no habría que cambiar lo que se viene haciendo? Si no es así, habría que preguntar: ¿Existe un interés real en acabar con el negocio? Recordemos que las mayores ganancias del narcotráfico quedan en Estados Unidos. Hay que analizar la incidencia de los gringos en el asunto, por que aquí no se mueve un alfiler sin el visto bueno de mister Bush.
No se puede perder de vista el contexto, pues algunos pretenden reducir esta crisis a un rifirrafe entre el exdirector del DAS, Jorge Noguera, y varios exdirectivos, como Rafael García y Enrique Benítez. Aparte de que se confirmen o no las denuncias de los exfuncionarios, el asunto es más de fondo. La investigadora Claudia López advierte que preocupa el mal tino del presidente “para nombrar funcionarios en entidades muy atractivas para el paramilitarismo: inteligencia, seguridad y tierras”.
Efectivamente Noguera y su subdirector salieron del DAS el año pasado por otro escándalo, también relacionado con paramilitares. Y todo lo ocurrido en la Dirección de Estupefacientes, la Superintendencia de Vigilancia (la Gata), el Incoder, Finagro, algunas gobernaciones y alcaldías, sugiere que la corrupción y la influencia narcoparamilitar no se limita al Congreso ¿Cogobiernan los narcoparamilitares en Colombia?
Se dice que la crisis obedece a los afanes electorales, pero esto no se sostiene ya que las denuncias provienen de la prensa y exfuncionarios uribistas. Ahora, es apenas lógico que los candidatos se pronuncien después de las tremendas acusaciones sobre asesinatos y otros tejemanejes. Sobre todo que muchos fueron -en verdad- asesinados.
Otro motivo de inquietud: las denuncias de fraude electoral, que no son nuevas así las autoridades y los uribistas se hagan los locos. Las investigaciones de Claudia López indican que se presentaron votaciones atípicas en el pasado. Amenazas de los armados, niveles anormales de participación, candidatos que sacaron miles de votos de la nada y candidatos únicos, son noticias de dominio público. Estas, solo ratifican la intervención paramilitar en las elecciones del 2002, hechos denunciados hace 4 años ¿Refrendaremos el presunto fraude, como hicieron los gringos con Bush?
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