Columna publicada en Vanguardia Liberal, miércoles 5 de octubre de 2005
Se agudiza la preocupación de los vecinos de Curití, a raíz del desarrollo de las obras civiles que adelanta Incubadora Santander, en su proyecto agroindustrial de cría de aves y vacas (ver antecedentes en columnas anteriores). El viernes asistí a una reunión, convocada por el filósofo, escritor y docente Javier Rondon, de Ecoverde, en la que representantes de las gentes del municipio expusieron los motivos de su inquietud, con documentos en la mano.
Empezaron por mostrar una garrafa llena de agua completamente embarrada, tomada de los grifos que distribuyen el agua “potable” en este municipio santandereano. Según los expositores, la calidad del agua se ha deteriorado a partir de los movimientos de tierra realizados para construir vías, galpones y represas, entre otros. El sábado, sin conocer lo tratado en la reunión del viernes, otro amigo del ambiente sano me comentó que campesinos de la zona del proyecto, habían solicitado su asesoría. Ellos aseguran que los buldózer están pasando sobre los nacimientos de agua: “debajo de la máquina brota el agua”.
El viernes, representantes de la veeduría ciudadana y el Consejo de Curití, resaltaron en un mapa las numerosas corrientes que circulan por los predios afectados. Un concepto de la Sociedad Geográfica de Colombia concluye que estos terrenos deben ser declarados como zona de protección, considerando sus características y su importancia para los habitantes de siete municipios. Se recomendó paralizar las obras. Un concepto de funcionarios de la CAS de 2001 (basado en estudios oficiales), le recomienda al director de la época adquirir los predios “para adelantar políticas y programas conservacionistas” ya que “el área es reconocida por su riqueza hídrica”. Todos estos conceptos fueron acogidos en el Esquema de Ordenamiento Territorial de Curití.
Vale la pena recordar que la ley 99 de 1993 dispone que “los nacimientos de agua y las zonas de recargas de acuíferos serán objeto de protección especial”. Y que “en la utilización de los recursos hídricos, el consumo humano tendrá prioridad sobre cualquier uso”. La ley 99 también establece que “las autoridades y los particulares darán aplicación al principio de precaución”. Éste, no es una moda –como señalaba un colega columnista- sino un imperativo legal.
En la reunión del viernes se ratificó que las obras no cuentan con las correspondientes autorizaciones. Un oficio de julio 19 de 2005 del Secretario de Planeación e Infraestructura de Curití concluye: “esta dependencia no ha expedido licencia alguna para el citado proyecto”. Insisto, si el proyecto no cuenta con el visto bueno de las autoridades municipales ¿Cómo es posible que se estén adelantando obras? ¿Cómo se explica que el gobernador invite a la “apertura” de un proyecto no autorizado? ¿Qué opinan la Procuraduría y la CAS de todo esto?
Como muestra de solidaridad con los municipios afectados, se ha convocado a un Foro Ambiental en el parque de Curití y marcha a pescaderito para el próximo domingo. Un bus sale de la Biblioteca Gabriel Turbay a las 6:00 a.m. Informes: Javier Rondon (javierrondon47@hotmail.com), celular 3153391201. Ver Indymedia Colombia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario