Publicado en Vanguardia Liberal en julio 18 de 2012
Esto es el colmo. Caracol Radio
informó que el jueves de la semana pasada
cerraron las oficinas de la “Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) de
Bogotá por contaminación con un insecticida”. Se informó que 27 personas fueron
afectadas por la aplicación del plaguicida Curacron a “unas plantas localizadas
en el cuarto piso de la sede”. La aplicación ocurrió varios días antes, ya que
el martes anterior la revista Semana informó sobre una grave emergencia, que obligó a evacuar el
edificio de la SDA. El incidente fue motivado por “la filtración de una
sustancia química” no identificada que afectó a ocho personas.
Es
decir, el martes se presentó la aplicación del plaguicida que generó la
evacuación del personal, que poco después regresó a sus labores. El personal
regresó sin que los directivos hubiesen
verificado que la contaminación estaba
neutralizada. Ese error llevó a que solo hasta el jueves se percataran de la
gravedad del asunto, y así fueron intoxicadas otras 27 personas.
El
principio activo del Curacron es el insecticida organofosforado profenofos,
clasificado en categoría II, o sea “Altamente Toxico”. Los mismos distribuidores del insecticida
advierten que “este producto puede ser mortal si se ingiere o
se inhala, puede causar daños a los ojos y a la piel”. Por lo mismo, estos
productos se autorizan para ser aplicados en los campos de cultivo, no en
espacios cerrados, o cerca de ellos. Si son peligrosos al aire libre pues mucho
más en espacios cerrados.
Este tipo de equivocaciones
ocasionan muchas muertes en el mundo; el fin de semana pasado también se
informó que una madre mató
accidentalmente a su hijo al confundir un insecticida con vitamina C.
Ahora, que estos errores los
cometa un ciudadano de la calle, por simple desinformación, es un hecho
lamentable pero comprensible. Lo que si resulta difícil de digerir es que la
entidad encargada de “Promover el ambiente sano en el Distrito Capital” incurra
en este tipo de embarradas, que pueden ser mortales.
Claro que el mal ejemplo
viene de arriba. ¿Qué se puede esperar de un país donde
una ex ministra de ambiente (Beatriz
Uribe) fue incapaz de responderle a
un representante de la Unión Europea (y a
periodistas) una pregunta sobre la definición de Desarrollo Sostenible? Ver nota de El
Espectador: El “oso” de la Ministra.
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