viernes, mayo 18, 2012

¿Isagén desecó 22 quebradas en Caldas?

Publicado en Vanguardia Liberal en mayo 16 de 2012

Una nota publicada en El Espectador el sábado pasado (“Un mal cálculo de Isagén”) se refiere a los inesperados impactos generados por la construcción de un túnel que llevaría las aguas del río Manso hasta el embalse Amaní de la Central Hidroeléctrica Miel I, en el departamento de Caldas. Anota el periodista: “los habitantes de las fincas aledañas al proyecto notaron que al menos 22 quebradas que antes adornaban esas montañas e irrigaban los campos agrícolas y ganaderos se fueron secando, mientras las máquinas horadaban la montaña. El agua que antes fluía a la superficie comenzó a perderse bajo el suelo de la montaña, por culpa del incipiente túnel”.


Para evitar complicaciones, Isagén decidió comprar las fincas afectadas. Isagén reconoció que “se presentó un impacto no previsto. Las infiltraciones fueron superiores a lo esperado, según los estudios y diseños”. Y bien superiores, de 5 a 20 litros por segundo permitidos se “superaron los 300 l/s”, según comunicado “aclaratorio” de Isagén.


Aparte del tema económico directo, queda pendiente el tema ambiental. ¿Cómo van a evolucionar hacia el futuro los suelos y ecosistemas asociados, que antes eran irrigados por las quebradas? Isagén asegura que ya recuperó varias quebradas, pero solo el tiempo permitirá establecer los alcances reales del problema.


Este caso ratifica lo que ya ha sido señalado sobre los impactos que pueden generar en la superficie las excavaciones subterráneas. Esperemos que el Ministerio de Ambiente –que le otorgó licencia ambiental al errático túnel- tome nota de sus efectos, cuando evalúe proyectos de gran minería subterránea en zonas que son abastecedoras de agua potable para los municipios. Por ejemplo, los ríos que abastecen al área metropolitana de Bucaramanga.


Esperemos también que Isagén haya realizado bien sus estimativos sobre los efectos que tendrá la represa Hidrosogamoso en el área de influencia de la misma.


También en el diseño de otras hidroeléctricas en el departamento, caso del proyecto Piedra del Sol en el ya contaminado río Fonce. Este proyecto, clasificado como tipo “filo de agua”, está pendiente de la licencia ambiental. Sería interesante ver, por ejemplo, qué propone el estudio de impacto ambiental para manejar el tema de las aguas residuales que llegan a este río. Cuando aguas contaminadas son represadas (incluso en pequeñas represas), las aguas de baja velocidad se convierten en fuente de mayores problemas ambientales y sanitarios.

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