Publicado en Vanguardia Liberal en febrero 3 de 2009
Continúa la impredecible sequía que azota a Colombia y países cercanos. Una sequía inusualmente prolongada, pues hace dos meses me había referido a la misma en columna titulada “Racionamientos de agua a la vista” (diciembre 9/09). Los ríos están secos y no se sabe muy bien a dónde nos conducirá este fenómeno, ya que El Niño está siendo remplazado por la versión Modoki, que podría complicar aún más las cosas, en una dinámica relacionada con el calentamiento global. En el caso de Bucaramanga y otras ciudades, las altas temperaturas tienden a agravarse por otros fenómenos locales como las islas de calor y la inversion termica.
Por lo mismo hay que insistir en que las temperaturas reportadas para Bucaramanga, tomadas en el aeropuerto, no corresponden a la realidad.
Muchas personas se quejan del calor, pero también de las penetrantes radiaciones solares. Esto último puede estar relacionado con otro fenómeno: el debilitamiento de la capa de ozono, que permite un incremento de las radiaciones ultravioleta que nos llegan. Es conocido el hueco de ozono sobre la Antártida, pero poco se habla del incremento de estas radiaciones sobre la línea ecuatorial, afectando a países como Ecuador y Colombia. Lo más grave: se cree que la recuperación del ozono en la franja ecuatorial nunca será completa por “el nuevo patrón de los vientos estratosféricos”, problema también asociado al cambio climático.
La Agencia Espacial Civil Ecuatoriana advirtió que en el 2009 se registró en la zona ecuatorial un brutal “descenso en la densidad de la capa de ozono”. Ver figura arriba. Por ello “Algunas ciudades alcanzaron hasta 16 UVI (Índice Ultra Violeta)”, cifra muy superior al máximo establecido por la OMS de solo 11 UVI.
El incremento de estas radiaciones ha sido asociado con un aumento del cáncer de piel, envejecimiento prematuro y un deterioro de las defensas naturales. Todos somos afectados, en particular las personas que viven en los páramos, donde la capa atmosférica es más delgada. Se creía que eliminando los clorofluorocarbonados (aires acondicionados y otros) el problema se superaría, pero hoy se sabe que el protóxido de nitrógeno (N2O), además de calentar el planeta, también es un importante reductor del ozono. El N2O se origina en monocultivos intensivos (abonos nitrogenados) y quemas de bosques o de combustibles. Los incendios forestales, a su vez, agravan el problema del cambio climatico (que influye sobre El Niño) que, a su turno, ocasiona mas incendios forestales. Una espiral realmente infernal.
La cosa es más complicada de lo que dicen algunos. Con seguridad no se superará con pañitos de agua tibia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario