Mi amigo Juancho –vendedor de pescado en las calles- se queja de la desaparición de la pesca (y los pescadores) en el río Magdalena y sus afluentes. La situación es tan grave que hace un par de años, unas 3000 familias de pescadores del bajo Sinu enterraron simbólicamente al bocachico en el cementerio de Lorica. “Eso se acabo, patrón”, me dice Juancho mientras se seca el sudor y me muestra unos desmirriados bocachicos, que no cumplen con las tallas mínimas. Al lado de estos lleva, en los últimos meses, unos enormes “bocachicos” argentinos que -a pesar de que son traídos desde el lejano río Paraná (el segundo mas largo de Suramérica)- los vende más baratos que los bocachicos locales. La crisis de la pesca nacional ha arruinado a los pescadores artesanales pero ha beneficiado a los importadores, en Colombia y países vecinos. Esto resulta visible en los supermercados, en los que casi no se consiguen pescados nacionales, predominan la merluza, los salmones y otras especies importadas. Que no están exentas de sustancias químicas y parásitos, como ya se ha comentado en este espacio. Las truchas y las tilapias, aunque se cultivan en el país, son especies foráneas y su liberación en nuestro medio inquieta a algunos investigadores, pero ese es otro cuento.
En el caso del bocachico argentino, algunos estudiosos han advertido que el dramático incremento de las exportaciones de pescado en ese país, esta ocasionando una sobre explotación del río Paraná. Por parte de grandes pesqueras argentinas y brasileñas que mueven unos 50000 dólares diarios. Lo anterior a costa de la ruina a miles de pescadores artesanales. Muchos han debido emigrar a las zonas urbanas, donde no hay pesca ni trabajo. Solo contaminación, pobreza y cada vez mas violencia. Tanto allá como acá son los mas pobres lo que llevan del bulto. A este “bocachico” importado, le llaman en Argentina “sabalo” y corresponde a la especie Prochilodus platensis. El nuestro es Prochilodus magdalenae. Son parientes y ambos se alimentan “filtrando” los lodos de los fondos. Sin embargo, su sabor es diferente, mas bien simplon el argentino, tal vez por la prolongada congelación. Sin mencionar que –a principios de este año- las autoridades sanitarias decomisaron unos ejemplares con sabor a “hidrocarburos”.
En todo caso, su gusto no se compara con el otrora delicioso bocachico del Magdalena o del Sogamoso, donde abundaban los peces hace 30 años. Escribo otrora por que varios amigos me han comentado del extraño sabor de algunos bocachicos locales. Lo que pude comprobar la semana pasada, cuando me sirvieron un pescado de dudoso sabor y apariencia. Lo cierto es que la calidad de algunos pescados nacionales e importados ha sido puesta en duda por investigadores, en diferentes países. El profesor Jesús Olivero de la Universidad de Cartagena ha detectado la presencia de un nuevo grupo de contaminantes llamados PFOS (y parásitos) en peces colectados en la bahía de Cartagena y los ríos Magdalena, Sinu, Cauca y San Jorge.
4 comentarios:
Recien me acabo de comer un bocachico frito comprado en un supermercado local y con el primer bocado adverti que este no era criollo. Su sabor simplon no resulta agradable como el pescado del magdalena. Primera vez que pruebo este bocachico argentino puesto que a pesar de ser un comedor de pescado empedernido, el bocachico solo me gusta ir a comerlo a Magangue, comprado a los pescadores que llegan en las canoas a tempranas horas de la mañana. Solo un bocachico fresco, permite sentir todo su sabor. No hay punto de comparacion con el bocachico congelado que comi hoy.
por alla tambien se lo persigue, que cosa no:http://www.barrameda.com.ar/pecespar/sabasard.htm
En esta semana santa comí un bocachico que me vendieron como llanero, pero la verdad, por el sabor y la grasa me di cuenta que se trataba del bocachico argentino que no tiene punto de comparación con la variedad Magdalena el cual no he tenido el placer de disfrutar hace ya varios años
La verdad si tiene un sabor más simple que el criollo pero e tenido la oportunidad de comer ese pescado argentino no tiene mal sabor
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