Una reciente
investigación de las Universidades Nacional y Cartagena (UN Periódico, abril
2013) revela que, al analizar muestras de atún en lata, se encontró que el 59% superaba
las concentraciones de mercurio establecidas por la Organización Mundial de la Salud. Se
analizaron 41 muestras de atún de cuatro marcas diferentes. De estas marcas, solo la importada cumplía con las
normas de calidad citadas. Cuando hablamos de atún no nos referimos a una sola
especie sino a varias; que conforman un género. Por eso encontramos en las
latas atunes de diferentes colores; por lo mismo unas especies acumulan más
mercurio que otras.
En el año
2004, la Administración de Alimentos y Drogas
y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (http://www.epa.gov/mercury/) publicaron advertencias
dirigidas a mujeres embarazadas, madres lactantes y niños pequeños; sobre el riesgo de consumir
peces con altos niveles de mercurio. Incluían aquí a peces carnívoros; como el
tiburón, el pez espada o la caballa. Pero
también anotaban que “el atún albacora
(blanco) tiene más mercurio que el atún
claro enlatado”. Por lo mismo, en el 2011 el gobierno español recomendó a
embarazadas y menores de tres años “no consumir atún rojo por el alto contenido
de mercurio, considerado un neurotóxico”.
Los riesgos asociados al mercurio se
conocen desde los pasados años sesenta; luego de conocerse los resultados de investigaciones
sobre la tristemente célebre enfermedad de Minamata. Sin embargo, las investigaciones
sobre los efectos del mercurio no concluyen. Este año la revista Diabetes Care (abril 2013) publicó un estudio que relaciona la exposición de jóvenes al mercurio con el
riesgo de desarrollar diabetes.
Importante fuente de exposición: “consumo de peces como atún, caballa o lubina”. Sobre el
tema, Canadá lanzo advertencias a mujeres embarazadas y niños para reducir el
consumo de atún y otros.
Por lo anterior y otros problemas, 140 países acordaron en enero 2013 prohibir -a partir de
2020- el mercurio en baterías, lámparas, cosméticos, minería y odontología. Así
mismo, controlar emisiones de plantas térmicas,
cementeras y químicas, entre otras. En Colombia, luego de publicarse el estudio
de la Nacional, el Invima corrió a
pontificar: “no existe riesgo para la salud por el consumo
de atún enlatado”. Sería interesante que nos mostraran las “exhaustivas”
investigaciones que seguramente desarrollaron para emitir su apresurada
respuesta.
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