Publicada en Vanguardia Liberal en mayo 22 de 2013
Recientes
informes de economistas independientes sobre el TLC suscrito entre Colombia y los Estados
Unidos se refieren a los inquietantes resultados que se habían
advertido, desde el putrefacto gobierno anterior. Básicamente, hoy los
productores estadounidenses están felices pues han aumentado sus ventas a
Colombia después del TLC; mientras que nuestras exportaciones han caído. Lo anterior solo puede traernos más desempleo
y problemas sociales, en un país que registra
una dramática caída de su producción agrícola e industrial.
El
aumento de las importaciones constituye una amenaza directa para nuestros
productores, pequeños y grandes. Leo en la Vanguardia del sábado que –a raíz de la firma del TLC con Estados
Unidos- están llegando toneladas de pollo
congelado de ese país. Hecho que pone “en peligro una de las industrias que más genera empleo en Colombia”, de
acuerdo a Fenavi.
Según
la noticia, aparte de las implicaciones socio-económicas, en el proceso de
comercialización de este pollo congelado se rompe la cadena de frío; pues el
producto se descongela, se despresa y se vuelve a empacar y a congelar. La anterior
ruptura favorece el desarrollo de
microorganismos patógenos y la degradación del producto. Pero existen además
otros riesgos que deberían ser evaluados por las autoridades sanitarias.
Por
ejemplo, en las últimas semanas se han publicado diferentes informes que
advierten sobre los riesgos asociados al uso masivo de antibióticos en animales en Estados Unidos.
Según fuentes oficiales de ese país, el 80 % de los antibióticos se destinan a los pollos, vacas y cerdos que
consume la gente. En el mismo sentido, leo en un reporte médico de ABC News que
“Ocho millones de mujeres están amenazadas (en USA) por la presencia de
bacterias resistentes a antibióticos en pollos”. Se trata de mujeres con
infecciones en la vejiga ocasionadas por “superbacterias” (superbugs) que no
responden a tratamientos con antibióticos. Fármacos veterinarios que fueron
restringidos en Europa para varios usos desde el 2006.
Por
el anterior y otros problemas, la demanda mundial de pollos y huevos se orienta
hoy a la producción de animales criados bajo los principios de la agricultura
sostenible. Incluso campeones de la comida chatarra, como McDonald,
mayoritariamente ofrecen huevos (123 millones de
unidades) y mayonesa de pollos criados al aire libre, en sus
restaurantes europeos.