lunes, agosto 15, 2011

PETROLEO EN EL PARAISO

Publicado en Vanguardia Liberal en agosto 10 de 2011

Los pescadores venezolanos del Golfo Maracaibo están muy preocupados por las manchas de petróleo que afectan los cangrejos azules; crustáceo de vivos colores apetecido en el mercado internacional, donde una libra de su carne puede costar 40 dólares. Se trata de un problema de vieja data. "Las filtraciones de petróleo son constantes y el gobierno no tiene capacidad para ocuparse de ellas; valiosos ecosistemas están siendo dañados", advierten ambientalistas venezolanos. El desastre ocurrido en el Golfo de México hace un año, desatado por un derrame de cinco millones de barriles de crudo de la British Petroleum, ocasionó pérdidas incalculables al ambiente y la economía de la región. Es otro ejemplo de los enormes riesgos asociados a la explotación de petróleo en el mar.

Por supuesto que no sólo el petróleo, sino también el transporte de carbón puede ocasionar graves daños a las playas; como lo pueden testimoniar los visitantes a algunas "playas grises" de Santa Marta, afectadas por los puertos de carbón.

La preocupación aumenta cuando la explotación petrolera se pretende realizar en una Reserva de la Biosfera, como es el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina (Seaflower), reconocida como tal por la UNESCO en el año 2000.
Por lo mismo, están prendidas todas las alertas frente a la pretensión de la Agencia Nacional de Hidrocarburos de iniciar exploraciones de hidrocarburos en estos paradisiacos lugares. Proyecto que cuenta con la oposición de los raizales y también de CORALINA (Corporación para el Desarrollo Sostenible del Archipiélago) que -hace unos días- instauró una Acción Popular contra la Agencia de Hidrocarburos. Esta Corporación había expresado su preocupación porque dos bloques adjudicados hacen parte del Área Marina Protegida, donde no está permitido "ningún uso que no sea compatible con los objetivos de conservación de la biodiversidad que inspiraron su declaratoria".

Como en el caso Santurban, el gobierno pretende pasarse por donde sabemos la legislación ambiental nacional, los acuerdos internacionales y el sentido común. Todo por un supuesto "modelo de desarrollo" que solo le ha traído al país más deterioro ambiental y social y dependencia económica. Es precisamente ese deterioro social que explica la presencia creciente de bandas criminales en San Andrés, mal que afecta en menor medida a Providencia que ha preservado su forma de vida tradicional basada en la pesca y el ecoturismo, amenazados hoy por la lujuria petrolera.

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