Publicado en Vanguardia Liberal en febrero 9 de 2011
La semana pasada, la oficina encargada de la administración de drogas y alimentos (FDA) en los Estados Unidos redujo el límite permitido de acetaminofen en analgésicos a 325 miligramos, por su relación con daños hepáticos graves que pueden incluso ocasionar la muerte. Supongo que el Invima (entidad equivalente a la FDA en Colombia) tomó nota del asunto; pues los estudios que relacionan el acetaminofen con diferentes trastornos de salud son contundentes.
En Colombia se venden medicamentos con contenidos de acetaminofen de 500 miligramos; peor aún: varios amigos me comentan que consumen varias pastillitas al día para reducir la fiebre en casos de gripas y resfriados comunes o para calmar las migrañas y otros dolores. Y al sumar estas cantidades, fácilmente se superan las dosis toxicas. En el ámbito mundial el acetaminofen se comercializa en preparaciones con nombres como Dolex, Vicodin, Tylenol, Percocet, otros.
El acetaminofen, como se le conoce en América, o paracetamol, como se le llama en Europa, era considerado un fármaco seguro. Sin embargo, en los últimos años un número creciente de estudios lo han relacionado con insuficiencia hepática aguda. Y otros problemas: hace unos días un estudio suizo concluye que también podría elevar la presión arterial. Desaconsejado entonces para personas con problemas cardiovasculares, "a quienes se les había recetado el acetaminofen, considerándolo más seguro que la aspirina o el ibuprofeno" (Harvard Heart Letter, 2011).
Señala el Medical Journal de Australia: "acetaminofen es el agente analgésico de venta libre más usado en el mundo. Está implicado en muchos envenenamientos accidentales de niños y suicidios. Es el agente farmacéutico que motiva más llamadas a los centros de información toxicológica en Australia y Nueva Zelanda. El paracetamol es la causa más importante de la insuficiencia hepática aguda grave en los países occidentales". Muchos problemas –como ocurre con otros fármacos- se presentan generalmente por el abuso del consumo del producto.
La FDA recalca que muchas veces la sobredosis se presenta accidentalmente cuando una persona "que toma Vicodin, que contiene acetaminofén, para una lesión en la espalda, al mismo tiempo ingiere otra preparación, también con acetaminofén, para el dolor de cabeza". La toxicidad se multiplica si la persona consume además alcohol. Para completar, leo en Internet que algunas preparaciones en Colombia también contienen seudoefedrina (además de acetaminofèn); otro fármaco con problemas que ya he mencionado en este espacio. (Ver mi columna de abril 1 de 2009)
1 comentario:
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