miércoles, diciembre 22, 2010

¿Quienes responden por el desastre ambiental?

Publicado en Vanguardia Liberal en diciembre 22 de 2010

El sábado, desde el avión que me llevó a Cartagena, pude percibir la magnitud del desastre que afecta la costa norte. La extensión de las inundaciones es sencillamente asombrosa; nunca he visto nada parecido. Sin embargo, estos desastres fueron pronosticados hace décadas. A diferencia de los dramáticos cambios climáticos del pasado remoto en los que el Homo Sapiens no tuvo nada qué ver, la actual anomalía sí ha sido asociada a actividades humanas.

En el siglo 19, Svante Arhemius advirtió sobre perturbaciones atmosféricas asociadas a las quemas de carbón. Nadie le prestó atención y en el siglo 20 las quemas, no sólo de carbón sino de petróleo y gas, agravaron el problema.

Ahora, si decidimos emitir más carbono a la atmósfera por la quema de combustibles fósiles, lo lógico hubiese sido preservar los bosques (que retienen carbono) para contrarrestar el fenómeno. Pero no, nuestra especie decidió que también había que acabar los bosques, incluso en laderas inestables. Y más deforestación implica también más erosión y sedimentación de los ríos.

Para completar: a pesar de que sabíamos que llegarían sequías prolongadas seguidas de interminables períodos lluviosos, nos dedicamos a desecar las ciénagas y humedales que regulan las aguas, para hacer potreros, monocultivos y asentamientos humanos. Receta segura para un desastre.

Diferentes analistas atribuyen la responsabilidad de la actual catástrofe a las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR). Tienen parcialmente la razón, pues hay otros responsables. Recordemos que en los consejos directivos de las CAR calientan silla los gobernadores y representantes del gobierno nacional. Entonces, si se sabía que las CAR están podridas ¿por qué nunca dijeron o hicieron algo?

Más allá de las CAR, la ley 99 de 1993 creó el Sistema Nacional Ambiental, SINA, que nunca ha funcionado como un sistema pues cada uno de sus integrantes es una rueda suelta. Aquí existe una enorme responsabilidad del Ministerio de Ambiente que –para rematar- el señor Álvaro Uribe liquidó al fusionarlo con vivienda y entregarlo a extraños personajes, que le torcieron el pescuezo a la legislación ambiental.

Todo lo anterior en un contexto de degradación social y económica asociada al antimodelo de desarrollo -irracional, injusto y depredador- que adoptaron países como Colombia. Todos debemos ayudar a los millones de damnificados por la ola invernal, pero también debemos asegurarnos de que esto no vuelva a ocurrir.

TODOS CONTRA LA CORRUPCIÓN

Publicado en Vanguardia Liberal en diciembre 15 de 2010

Tres medios internacionales importantes (Times, The Economist y The Guardian) destacaron la semana pasada la interminable cola de escándalos de corrupción que dejó el gobierno del presidente Álvaro Uribe; “nube de escándalos golpea el legado de Uribe” tituló la revista Times. Sobre todo que muchos escándalos (Fondelibertad, Dirección de Estupefacientes, Impec y demás) han sido destapados o denunciados por el actual gobierno; sucesor designado del anterior. Los empresarios colombianos lo confirman: “un 61% de los empresarios aseguró que si no pagan sobornos, pierden la oportunidad de concretar negocios”, concluyó una encuesta reciente.

La corrupción es un cáncer que está devorando este sufrido país y es tal vez el origen de la mayor parte de los problemas que nos aquejan. Es que si los recursos destinados a la salud, las vías, la vivienda social, la educación pública y el apoyo a la producción se despilfarran, es muy difícil que algún día veamos la luz al final del túnel. Incluso la actual catástrofe ambiental tiene gran parte de su origen en el manejo corrompido del aparato oficial.

Por lo mismo hay que aplaudir las valerosas denuncias de nuestro joven colega columnista Manolo Azuero; relacionadas con los gastos que realiza el alcalde de Bucaramanga, muy aficionado a contratar mariachis. Lo más grave es que este señor fue elegido hace poco como el segundo mejor alcalde del país; a pesar de sus desastrosos resultados. Si este es uno de los mejores ¿Cómo serán los demás? Pobre país.

Existen muchas formas de corrupción que pasan desapercibidas. Por ejemplo el ingeniero Florentino Rodríguez, presidente de la Sociedad Santandereana de Ingenieros, ha propuesto que se aplique en Bucaramanga la contribución por plusvalía que establece la ley 388 de 1997. Es decir, cuando se cambia el uso del suelo de rural urbano, el precio de la tierra se multiplica “10 o 20 veces”; de ahí que lo más lógico es que el beneficiado aporte parte de sus ganancias. Esto se ha aplicado en otras ciudades ¿Por qué no aquí señores alcaldes?

El ingeniero Florentino ha sido también uno de los promotores del Comité por la Defensa del Agua de Bucaramanga; una experiencia interesante que ha unido a personas de diferentes estratos sociales y tendencias políticas en defensa de un recurso vital como el agua. Deberíamos montar un Comite similar contra la corrupción.

lunes, diciembre 13, 2010

Desastre invernal: fruto de decadas de imprevisión

Publicado en Vanguardia Liberal en diciembre 8 de 2010

En enero 20 de este año me refería a las sorprendentes declaraciones del ministro de ambiente de la época, quien dijo: “El comportamiento del clima es el esperado. Esperamos que en abril se regrese a condiciones climáticas normales”. En mi columna le recordaba al Ministro uribista publicaciones científicas (Nature 2009) que confirmaban que el comportamiento del clima precisamente no era el esperado. De ahí que una entrevista que me hicieron en Gente de Cabecera en Octubre 2009 se título: “Lo más grave está por llegar”.

http://www.gentedecabecera.com/2009/10/23/lo-mas-grave-esta-por-llegar/

No es que el suscrito sea un profeta de desastres; sino que los informes especializados advierten –hace décadas- que estamos frente a un cambio climático con pocos antecedentes en la historia humana conocida.

Ahora, las sociedades que escuchan a los estudiosos y se preparan desde hace rato, tienen y tendrán menos problemas que aquellas que no lo hacen, como la nuestra. Es que si el cambio climático llega a una cuenca ordenada, su efecto es mucho menos grave que si se precipita sobre cuencas hidrográficas devastadas, como las nuestras. Se estima que cada año desaparece en Colombia un área de bosques equivalente al departamento del Atlántico. Sobre todo cuando se deforesta una pendiente pronunciada al borde de la vía para sembrar yuca y plátanos; receta segura para un derrumbe masivo en periodo lluvioso.

Los sedimentos de la erosión -por su parte- terminan en los ríos y ciénagas que pierden su capacidad de canalizar las aguas. Ya en 1993 se reportaba (Inderena) que los sedimentos habían reducido “la profundidad media (del rio Lebrija) en la zona muestreada a 60 centímetros” (en sitios donde antes existían metros de profundidad). “Lo que puede amenazar la seguridad de los ribereños” por inundaciones.

El proceso se agravó por el desecamiento de ciénagas y humedales por parte de palmicultores, ganaderos y terratenientes “para agrandar los terrenos de sus fincas” (Sena, 1988). El desastre no empezó ayer ni se va a arreglar con teletones. Para completar: tenemos millones de personas (de todos los estratos) viviendo en terrenos inestables o en las márgenes de los ríos, donde son presa fácil de las inundaciones o los derrumbes.

Se trata de problemas estructurales y complejos que sólo serán superados en la medida que tomemos en serio el tema y hagamos las reformas agraria y urbana que debimos hacer hace 50 años.

viernes, diciembre 03, 2010

Licencia a Greystar es un imposible legal

Publicado en Vanguardia Liberal en diciembre 1 de 2010

El pasado 21 de noviembre se realizó en California la Audiencia Pública solicitada por diferentes ONG al Ministerio de Ambiente, dentro del trámite de la licencia ambiental solicitada por Greystar. Paradójicamente, la mayoría de los solicitantes no pudieron participar ya que –como se le había advertido al Ministerio- la vía estaba bloqueada. Sólo pasaron vehículos pequeños, no los buses.

Uno que no logró llegar fue el geólogo Julio Fierro, maestría en Geotecnia y exasesor del Minambiente, quien pidió y obtuvo una rectificación del periódico El Frente (el mismo que censuró dos importantes columnistas) que le atribuyó unas declaraciones favorables al proyecto de la Greystar en la Audiencia. Fierro ratifica que no pudo llegar y además advierte: “he expresado profundas reservas ante un proyecto que pretende dañar de manera irreversible el Páramo Santurbán, pues generaría casi mil millones de toneladas de residuos sólidos donde hay 100 veces más arsénico que oro”. Las inquietudes sobre el arsénico se suman a las ya existentes sobre el cianuro.

Un pronunciamiento importante en la Audiencia fue el de la Cdmb; la autoridad ambiental concluye: “Desde el punto de vista legal la Cdmb encuentra serias dudas para su licenciamiento ambiental, en razón a lo dispuesto en la Ley 1382 de 2010, en la cual se precisa como zona excluible de la minería el ecosistema de páramo, encontrándose un importante porcentaje del proyecto en este ecosistema”.

Igualmente confirma que la Greystar se le metio en el rancho a la Cdmb: “el proyecto está ocupando un predio de la Cdmb en la quebrada Angostura, adquirido para conservar este estratégico ecosistema”. Felicitaciones a la directora y funcionarios de la Cdmb, sometidos probablemente a fuertes presiones.

No veo cómo el Ministerio de Ambiente le va a otorgar una licencia ambiental a un proyecto que es claramente ilegal.

El prevaricato es un delito asociado al “incumplimiento de los deberes de un funcionario público” que -se supone- debe cumplir y hacer cumplir la ley; por lo que no puede “Emitir resoluciones, dictámenes o conceptos contrarios a la ley”, sobre todo a “sabiendas que dicha resolución es injusta”. Con el pronunciamiento de la CDMB, de la Asamblea, el Senado y otros, la ministra no puede alegar que no sabía en qué aguas pantanosas se sumergiría si llega a otorgar la licencia ambiental de marras.