Publicado en Vanguardia Liberal en marzo 3 de 2010
Un buen ejemplo de los riesgos que se corrían al re-reelegir al presidente Uribe, lo encontramos en la votación del putrefacto referendo reeleccionista en la Corte Constitucional. A pesar de los protuberantes vicios de forma y de fondo, dos magistrados de los nueve no compartieron la decisión de hundir el esperpento. ¿Por qué estos dos no acompañaron a sus colegas, a pesar del abrumador material probatorio? Coincidencialmente ambos son íntimos de Uribe, por lo que han debido declararse impedidos. El magistrado Mauricio Gonzáles fue su subalterno, uno que –al parecer- sigue guardándole lealtad (¿o temor?) a su antiguo jefe.
El otro es Jorge Pretelt, vecino del Uberrimo en Montería. Cuando fue elegido magistrado Semana advirtió: “Lo preocupante es que el Presidente, que designó a los candidatos y acordó su elección con sus mayorías en el Congreso, parecía más interesado en colocar fichas (en la Corte) que le fueran leales, a nombrar profesionales con destacada trayectoria constitucional”.
Ese es el meollo del problema. Si Uribe hubiese sido reelegido seguiría eligiendo magistrados que obedecen, no a la Constitución, sino a sus ímpetus mesiánicos. No solo magistrados, ahí vemos la presión que ejerce sobre la Corte Suprema para que elija un fiscal de bolsillo, dócil a la hora de exculpar a sus socios y familiares sindicados de narcoparapolitica. Un caso bochornoso es el del Procurador General, asesor espiritual de Uribe, quien recomendó avalar el adefesio aprobado por el Congreso. Un Congreso que –con las excepciones conocidas- no funciona como un poder independiente, sino como otra dependencia de la Casa de Nari.
De tal manera que otra reelección hubiese llevado a la desaparición total de la independencia de los poderes y a un régimen muy parecido al que ha impuesto el atarban de Chávez en Venezuela. Las Cortes, la Suprema y la Constitucional, han frenado esta carrera hacia el abismo dictatorial.
Uribe ha reiterado que el país debe continuar sus políticas y algunos candidatos repiten –como loros- lo mismo. Pero si juzgamos por los resultados, que es por lo que debemos juzgar, habría que preguntarse: ¿Reelegir que? ¿El crecimiento monstruoso del desempleo y la informalidad? ¿De la corrupción y la inseguridad urbana? ¿Reelegir el desastre sanitario y ambiental? Por lo mismo hay que votar por candidatos que han propuesto rectificar el rumbo ético, social y económico, como Jorge Enrique Robledo del PDA
1 comentario:
Seems like a Political Disaster..
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