sábado, marzo 07, 2009

Glifosato: más peligroso que "la mata que mata"

Columna publicada en Vanguardia Liberal en febrero 25 de 2009

El pasado febrero, el gobierno reinició las fumigaciones con glifosato en el valle del río Cimitarra en Santander y el sur de Bolívar, según denuncias realizadas por la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra. Se informó que las fumigaciones afectaron cultivos de pan coger y la fauna y la flora en la zona de influencia de las aspersiones. Desde que empezaron estas fumigaciones el gobierno insiste en que el glifosato es totalmente inocuo, que cualquiera puede hacer gárgaras con el herbicida.

Sin embargo, la opinión de los científicos es muy diferente. Las evidencias de los efectos nocivos del Roundup (glifosato más coadyuvantes) sobre las personas y el medio natural son hoy abrumadoras.

Profesores de la Universidad de Caen en Francia publicaron este año los resultados de una investigación en la que concluyen que las formulaciones del Roundup son “altamente toxicas” para las células humanas, a concentraciones que están por debajo de los niveles recomendados para actividades agrícolas (Chemical Research in Toxicology, 2009). La totalidad de las células expuestas al herbicida murieron en menos de 24 horas.

Muchos otros estudios realizados sobre los efectos negativos del Roundup se encuentran reseñados en el libro “El Mundo según Monsanto” publicado el año pasado. Las multinacionales involucradas en los escándalos de las dioxinas, los PCB y muchas otras sustancias tóxicas, han negado la peligrosidad de sus productos hasta que los venenosos hechos los obligaron a retirarlos del mercado.

En el caso del glifosato, el viejo truco de las multinacionales es que reportan la toxicidad correspondiente al producto puro (glifosato), cuando se sabe que la formulación (glifosato más aditivos) es mucho más toxica. Los funcionarios encargados del control - por su parte - o no tienen la más mínima idea de toxicología o se hacen los locos.

Si las fumigaciones sirvieran para reducir la producción de cocaína, al menos existiría un pretexto para las mismas. Pero no, después de décadas de fumigaciones la producción de cocaína se duplicó.

Una engañosa publicidad oficial pone a los niños a decir mentiras, las matas de coca o de amapola no matan a nadie, tienen incluso propiedades curativas. El problema es la cocaína o la heroína –sus derivados- que empezaron a distribuir famosas multinacionales hace más de 100 años, cuando las utilizaban para preparar anestésicos, jarabes y hasta bebidas gaseosas.

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