sábado, diciembre 06, 2008

Uribe y la masacre de El Aro

Columna publicada en Vanguardia Liberal en Noviembre 26 2008

En octubre de 1997, paramilitares llamados Mochacabezas se tomaron el corregimiento de El Aro (Ituango, Antioquia). Durante varios días mutilaron, torturaron, asesinaron y desplazaron a muchos y se robaron sus reses. La Corte Interamericana de Derechos Humanos concluyó que en esta masacre (y otras) hubo omisión e incluso colaboración de miembros de la Fuerza Pública.

Esto fue ratificado la semana pasada por Salvatore Mancuso (condenado por los hechos), en sus declaraciones desde Estados Unidos. Mancuso confirmó –una vez más- la colaboración de las autoridades y salpicó a dos generales y al fallecido Pedro Juan Moreno, en ese momento Secretario de Gobierno del Gobernador de Antioquia ese año: Álvaro Uribe Vélez.

Testimonios de sobrevivientes, confesiones de paramilitares e informes de la Fiscalía confirman que las autoridades colaboraron con una matanza anunciada. El abogado y defensor de derechos humanos Jesús María Valle Jaramillo, alertó a las autoridades en diferentes oportunidades. “Desde 1996 hay un grupo paramilitar en Ituango. Lo saben el Ejército y la Policía”. “Desde el año pasado pedí al Gobernador, Álvaro Uribe, al comandante de la IV Brigada (el fallecido general Alfonso Manosalva, salpicado por Mancuso), que protegieran a la población civil de mi pueblo, porque de septiembre de 1996 a hoy (julio 1997) han muerto más de 150 personas”. Valle fue desmentido y acusado por Uribe y acribillado en 1998 por sicarios.

Más tarde, Francisco Villalba, ex paramilitar condenado por la masacre, ratificó la complicidad de la fuerza pública, pero además sindicó directamente al presidente Álvaro Uribe. Después los medios informaron que Villalba se había retractado en carta dirigida al mismo Presidente. Sin embargo, Noticias Uno descubrió que la misiva no fue escrita por Villalba sino por otro convicto cercano a amigos de la Casa de Nari. Villalba ratificó sus denuncias contra el Presidente y su hermano Santiago en octubre 2008. El mandatario rechazó las acusaciones de Villalba, lo mismo que Mancuso, vecino de finca del presidente en Córdoba.

La matanza de El Aro fue anunciada, fueron implicados mandos cercanos al Presidente, participaron helicópteros oficiales y demoró varios días en los que se le informó a la Gobernación de lo que estaba pasando. Nadie hizo nada. Como en los falsos positivos, las pirámides, la parapolítica, el DAS, Tranquilandia y otros casos- Uribe no vio ni oyó nada. ¿Nos “gobierna” un Presidente autista?

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