Hace unas semanas, en la hoja de vida de Álvaro Uribe (página web de la Presidencia), se informaba que el mandatario era abogado “Especializado en Administración y Gerencia de la Universidad de Harvard” y que había sido “Profesor Asociado de la Universidad de Oxford”. Sin embargo, hoy se puede leer que no fue ni lo uno ni lo otro. Así, Uribe no tiene una especialización (postgrado) sino que “obtuvo sendos Certificados en Administración y Gerencia y Negociación de Conflictos de la Escuela de Extensión de la Universidad de Harvard”, corrigió la página de la Presidencia.
Esta rectificación se dio a partir de una columna publicada en el blog de Fernando Reyes, quien anota: “Es completamente diferente hablar de un diploma de especialización que de una certificación, que no es un título de educación formal”. Además, añade Reyes: “es diferente hablar de Harvard University que de Harvard University Extensión School, que es una escuela de educación continuada que otorga certificaciones, como la de Uribe”.Sobre su presunta labor como profesor, en respuesta a Reyes, el St Antony’s College de Oxford aclara que Uribe tampoco fue “profesor asociado” sino “Senior Associate Member” (como hoy se lee en la página presidencial), algo muy diferente a un profesor asociado.
Supongo que la presidencia aclarará este bochornoso incidente, que no es el único pues Uribe se encuentra inmerso en un entorno en el que parece imperar la mentira.
Después de la Operación Jaque, por ejemplo, que liberó a secuestrados por las Farc, el presidente afirmó que los militares le habían mentido cuando utilizaron el emblema de la Cruz Roja. En el oscuro caso Tasmania, la Fiscalía concluyó: “El Presidente fue engañado”. Sobre el destituido fiscal de Medellín, hermano del Ministro de Justicia, Uribe se declaró frustrado pues todos sabían –menos el- qué cosas raras pasaban en la Fiscalía de su tierra. Igual para el caso del tristemente célebre general Rito Alejo, homenajeado por Uribe y hoy acusado de crímenes mayores. El Presidente también fue engañado por los más de 50 funcionarios y congresistas que lo beneficiaron con sus votos y que hoy están salpicados por la parapolítica. También por los narcoparamilitares, que fueron sus vecinos de finca en el departamento de Córdoba, lleno de fosas comunes que tampoco vio.
Sólo queda por preguntarse: ¿Todos le mienten a Uribe o Uribe le miente a todos?
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