Columna publicada en Vanguardia liberal en enero 17 de 2007
Los debates en Colombia sobre el glifosato (y otros temas) pueden ser interminables debido –entre otras cosas- a que el gobierno y sus fieles, no consultan la literatura científica actualizada y acreditada, ni la experiencia que existe en el país y el mundo sobre el particular. En el caso del glifosato, la política oficial parece ser de renuncia al análisis sereno y de acatamiento total a los Estados Unidos y las transnacionales asociadas. De ahí que el gobierno se permite descalificar opiniones autorizadas, como es el caso de un informe de la Universidad Nacional, que cuestiono las fumigaciones en la frontera con Ecuador y el informe de la OEA que esgrime el gobierno.
Uribe ha afirmado que "ni un gramo de glifosato ha caído sobre Ecuador", pues “las aspersiones por vía aérea se realizan a baja altura y con una mezcla especial que permite la caída vertical del producto”. Los aditivos efectivamente limitan la deriva del producto, pero no la eliminan, no estamos hablando de balas de plomo, sino de gotas de herbicida. El asunto no es tan sencillo como lo plantea Uribe y sus voceros en la prensa uribista quienes, citando bibliografía obsoleta y dudosa, se permiten pontificar sobre la toxicidad del glifosato y la inocuidad de la aspersión aérea.
El doctor Maurice Millet de la Universidad Louis Pasteur de Francia, participo en el VII Seminario Internacional de Medio Ambiente de la UIS, donde dicto conferencias sobre la deriva de los pesticidas en la atmósfera. Millet señalo que se ha detectado la presencia de pesticidas a miles de kilómetros del sitio donde fueron aplicados (en el caso de Ecuador estamos hablando de sólo 10 kilómetros). Una parte es arrastrada por el viento cuando se fumiga, otra porción cae al suelo o el follaje pero no todo permanece allí, pues puede regresar al aire por volatilización o erosión eolica.
Millet resalto la importancia de la altura al fumigar, cuando le pregunte por que no se refería a las fumigaciones con avioneta, me respondió que en Europa no se utilizaban por ese motivo, la altura. Se usan helicópteros o aplicaciones en suelo, pero incluso éstas registran perdidas de entre 30 y 50%.
Los debates en Colombia sobre el glifosato (y otros temas) pueden ser interminables debido –entre otras cosas- a que el gobierno y sus fieles, no consultan la literatura científica actualizada y acreditada, ni la experiencia que existe en el país y el mundo sobre el particular. En el caso del glifosato, la política oficial parece ser de renuncia al análisis sereno y de acatamiento total a los Estados Unidos y las transnacionales asociadas. De ahí que el gobierno se permite descalificar opiniones autorizadas, como es el caso de un informe de la Universidad Nacional, que cuestiono las fumigaciones en la frontera con Ecuador y el informe de la OEA que esgrime el gobierno.
Uribe ha afirmado que "ni un gramo de glifosato ha caído sobre Ecuador", pues “las aspersiones por vía aérea se realizan a baja altura y con una mezcla especial que permite la caída vertical del producto”. Los aditivos efectivamente limitan la deriva del producto, pero no la eliminan, no estamos hablando de balas de plomo, sino de gotas de herbicida. El asunto no es tan sencillo como lo plantea Uribe y sus voceros en la prensa uribista quienes, citando bibliografía obsoleta y dudosa, se permiten pontificar sobre la toxicidad del glifosato y la inocuidad de la aspersión aérea.
El doctor Maurice Millet de la Universidad Louis Pasteur de Francia, participo en el VII Seminario Internacional de Medio Ambiente de la UIS, donde dicto conferencias sobre la deriva de los pesticidas en la atmósfera. Millet señalo que se ha detectado la presencia de pesticidas a miles de kilómetros del sitio donde fueron aplicados (en el caso de Ecuador estamos hablando de sólo 10 kilómetros). Una parte es arrastrada por el viento cuando se fumiga, otra porción cae al suelo o el follaje pero no todo permanece allí, pues puede regresar al aire por volatilización o erosión eolica.
Millet resalto la importancia de la altura al fumigar, cuando le pregunte por que no se refería a las fumigaciones con avioneta, me respondió que en Europa no se utilizaban por ese motivo, la altura. Se usan helicópteros o aplicaciones en suelo, pero incluso éstas registran perdidas de entre 30 y 50%.