miércoles, julio 12, 2006

Ojo con los cerros de Bucaramanga

Columna publicada en Vanguardia Liberal en julio 12 de 2006

Continúa en Bogotá la controversia por la decisión de las autoridades de derribar varias viviendas construidas en una zona de reserva de los cerros orientales de la capital. En los últimos años la proliferación de construcciones en estas zonas, es un hecho que ha afectado los recursos hídricos y seguramente la calidad del aire y el microclima de la ciudad. Esta experiencia negativa debe servirnos en Bucaramanga para evitar repetir los mismos errores.

De ahí que me parece pertinente la denuncia que ha presentado a la CDMB el arquitecto Claudio Beltrán (sobre los cerros de Bucaramanga) y que ya circula entre los ambientalistas de la ciudad. En los cerros orientales de Bucaramanga existe una importante vegetación “con árboles centenarios, es el sitio de nacimiento de varias quebradas y rincón de vida para numerosas especies animales como zorros grises, ardillas, osos hormigueros, armadillos e iguanas”.

Señala Beltrán en su oficio al director de la CDMB: “Hace aproximadamente cuatro meses, la firma URBANAS S.A. inició el proceso de venta al señor Guillermo Bohorquez de un terreno de 5,4 hectáreas, localizado en lo que se conoce como Hacienda Puyana, que está dentro del Distrito de Manejo Integrado, DMI, como Zona de Recuperación para la Conservación. El señor ha manifestado su intención de construir allí una vivienda y explotar el terreno con varios cultivos. Me he dirigido en varias oportunidades a la CDMB (carta del abril 4 al Ingeniero Hernando Guevara y a la Ingeniera Gloria Séfora Lozano), siendo infructuosa mi iniciativa”.

“El pasado 1º de julio el señor Bohórquez inició la roza y adecuación del terreno, comenzando la destrucción del sotobosque y alterando la configuración del paisaje, lo cual va a llevar con toda seguridad a que allí continúen estableciéndose otras personas, gracias a la ligereza de una firma urbanizadora que vende estos lotes a sabiendas de que allí no se puede construir ningún tipo de edificación ni transformar el medio natural existente”.
“El 1º de julio pedí la intervención de la Policía Ambiental, la que le advirtió al señor Bohórquez que no podía continuar con la macaneada del terreno. No obstante, este reinició los trabajos, habiendo destruido ya más de una hectárea de cobertura vegetal, sin que la CDMB se hubiera hecho presente a pesar de que notifiqué telefónicamente a la Ingeniera Gloria Séfora sobre este particular. Le solicito en forma respetuosa se me informe la razón por la cual la CDMB no se hizo presente para frenar esta agresión ambiental y que la Corporación, como autoridad máxima ambiental, proceda a apersonarse en forma INMEDIATA del caso, impidiendo la continuidad de la intervención por parte del señor Bohórquez, así como tomando las medidas determinadas en la Ley 99 de 1993 (entre otras)”.

Tengo entendido que los hechos han ocasionado roces entre los vecinos, por lo que resulta urgente la intervención de los funcionarios para evitar que la situación se complique. La CDMB y la Alcaldía tienen la palabra.

2 comentarios:

César-in dijo...

No entiendo la lógica humana a veces. No entiendo cómo se toman medidas cortoplacistsa y no se piensa en medidas de fondo para el beneficio general.

Christiane Lelièvre dijo...

Puès sí, las cosas son así y por eso mismo tenemos que denunciarlas y tratar de generar cambios.