Columna publicada en Vanguardia Liberal en mayo 24 de 2006
Unos estudiantes me regalaron unas canciones del venezolano Ali Primera. Que raro, me dije ¿Por qué se interesan estos jóvenes por tonadas de hace 30 años? Me bastó con volver a escuchar uno de sus éxitos -Las casas de cartón- para recordar que las cosas no han cambiado mucho, desde la época de Ali. “Que triste se oye la lluvia, en los techos de cartón. Que triste vive mi gente, en las casas de cartón”. El último informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados concluye que Colombia es, después de Sudan, el país que tiene el mayor número de desplazados del mundo. Para corroborar lo anterior es suficiente con visitar los suburbios de Bucaramanga u otras ciudades ¿Podemos considerar democrático a un régimen que propicia semejante iniquidad?
Mientras los banqueros han visto multiplicarse sus ganancias en este gobierno, las casas de cartón continúan invadiendo las urbes. Claro que otros pobres viven en ratoneras, no de cartón, sino de cemento, pero en medio de la misma promiscuidad y pobreza extrema. No son desplazados por la violencia o los desastres, sino por un sistema que no busca superar la desigualdad sino profundizarla. Ya que el desempleo no ha bajado, pero sí ha subido la inestabilidad laboral, el subempleo y una informalidad que condena a los pobres a la desesperanza. Son los esclavos del siglo XXI. La situación de millones en Colombia no tiende a mejorar, todo lo contrario. Y ¿cómo va a mejorar si Uribe no admite la existencia de una crisis humanitaria, ni las raíces del conflicto? ¿Si se empeña en firmar un TLC que complicará aun más la situación?
Unos estudiantes me regalaron unas canciones del venezolano Ali Primera. Que raro, me dije ¿Por qué se interesan estos jóvenes por tonadas de hace 30 años? Me bastó con volver a escuchar uno de sus éxitos -Las casas de cartón- para recordar que las cosas no han cambiado mucho, desde la época de Ali. “Que triste se oye la lluvia, en los techos de cartón. Que triste vive mi gente, en las casas de cartón”. El último informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados concluye que Colombia es, después de Sudan, el país que tiene el mayor número de desplazados del mundo. Para corroborar lo anterior es suficiente con visitar los suburbios de Bucaramanga u otras ciudades ¿Podemos considerar democrático a un régimen que propicia semejante iniquidad?
Mientras los banqueros han visto multiplicarse sus ganancias en este gobierno, las casas de cartón continúan invadiendo las urbes. Claro que otros pobres viven en ratoneras, no de cartón, sino de cemento, pero en medio de la misma promiscuidad y pobreza extrema. No son desplazados por la violencia o los desastres, sino por un sistema que no busca superar la desigualdad sino profundizarla. Ya que el desempleo no ha bajado, pero sí ha subido la inestabilidad laboral, el subempleo y una informalidad que condena a los pobres a la desesperanza. Son los esclavos del siglo XXI. La situación de millones en Colombia no tiende a mejorar, todo lo contrario. Y ¿cómo va a mejorar si Uribe no admite la existencia de una crisis humanitaria, ni las raíces del conflicto? ¿Si se empeña en firmar un TLC que complicará aun más la situación?
Por eso votaré el domingo por Carlos Gaviria. Porque guardo la esperanza de que en un futuro cercano no tengamos tantas casas de cartón ni millones de niños viviendo en ellas. El candidato Gaviria ha señalado: “Nunca había sido más claro el dilema para el pueblo colombiano: prolongar una propuesta autoritaria y retardataria o construir una propuesta democrática para el bien de Colombia”. Ese es el dilema. ¿Por qué tanto miedo a la izquierda democrática? Recordemos que los gobiernos de Lucho Garzón en Bogota, Lula en Brasil, Bachelet en Chile o Zapatero en España no han acabado la democracia, todo lo contrario, buscan consolidarla.
Uribe, que posa de muy religioso, considera que los que se preocupan por los pobres son “comunistas disfrazados” y privilegia los medios violentos para solucionar los problemas sociales. Jesús de Nazareth dijo: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” y “Bienaventurados los que trabajan por la paz, por que serán llamados hijos de Dios” ¿Será que Jesús también era comunista?
Amigo lector, vote por el que usted quiera, pero vote. A pesar de lo que sostienen algunos, nada esta definido. Las encuestas sugieren que Uribe ganará, pero el viernes perdió frente a Carlos Gaviria en la Plaza de Bolívar de Bogota. Si no me creen, vean las siguientes fotos.