Vanguardia Liberal, septiembre 14 de 2005
En agosto 27 de 2004, en una columna titulada Proyecto agroindustrial en Curití, hice referencia en este espacio, a las inquietudes que me formularon diferentes personas, en torno a la construcción de un gran proyecto de cría de aves, cerdos y vacas en este municipio. La gente se preocupaba por los efectos del proyecto sobre el hermoso paisaje local, muy visitado por niños y adultos que buscan esparcimiento y reposo. De la misma manera, se inquietaban por el impacto sobre los caudales disponibles y la calidad del agua de la quebrada Curití; que no es la mejor desde hace décadas y por eso se construyo la planta de aguas residuales. Sin embargo, esto no debe ser motivo para agravar el deterioro de la corriente, sino un aliciente para su recuperación pues la importancia de la microcuenca para los municipios aledaños es evidente.
Después de publicada la columna de marras, recibí la llamada telefónica de un directivo de Incubadora Santander, empresa que lidera el proyecto, quien me explicó que habían reducido la magnitud de las obras y que tomarían todas las medidas del caso, para evitar la contaminación del lugar.
Hace un par de semanas me llegaron mensajes, anunciando una movilización de protesta contra el proyecto en la Provincia Guanentina, ésta se llevó a cabo el pasado 3 de septiembre. Delegados de los municipios afectados marcharon “contra la intervención y privatización de los humedales y cuencas hidrográficas de la región”. La convocatoria fue formulada por la Veeduria Ambiental Guanentina, la CUT de San Gil, la Gran Coalición Democrática, El Común, el Movimiento Comunal y la Pastoral de San Gil.
La Defensoría del Pueblo, por su parte, declaró que entablará una acción popular orientada a derogar la concesión de aguas que expidió la CAS a favor de Incubadora Santander. Mi opinión sobre el tema la exprese en la columna de agosto/2004, así que reproduzco a continuación, algunos de los argumentos presentados por el Comité Cívico de Veeduría Ambiental.
“La Sociedad Geográfica de Colombia, organismo consultivo del estado, revisó las decisiones de Esquema de Ordenamiento Territorial, en materia de áreas de protección y concluyó que las microcuencas de Cuchicute y Curití deben ser administradas bajo criterios de protección y conservación, dada su fragilidad e importancia socio-ambiental y allí debe evitarse la implementación de usos o actividades incompatibles con el uso principal del suelo”.
“A la empresa le va a quedar muy complicado, sino imposible, obtener licencia de construcción en Curití, puesto que de acuerdo con la ley 388 de 1997 y la ley 810 de 2003, no se puede otorgar licencia de construcción para proyectos industriales en suelos de protección, por incompatibilidad en el uso del suelo ya que el ordenamiento de Curití, considera como actividad prohibida en áreas de protección a la Industria Avícola”. “El proyecto requiere Licencia de Construcción por parte del Municipio y no la tiene”. Si no la tiene ¿Cómo se explica que ya estén construyendo obras?
Después de publicada la columna de marras, recibí la llamada telefónica de un directivo de Incubadora Santander, empresa que lidera el proyecto, quien me explicó que habían reducido la magnitud de las obras y que tomarían todas las medidas del caso, para evitar la contaminación del lugar.
Hace un par de semanas me llegaron mensajes, anunciando una movilización de protesta contra el proyecto en la Provincia Guanentina, ésta se llevó a cabo el pasado 3 de septiembre. Delegados de los municipios afectados marcharon “contra la intervención y privatización de los humedales y cuencas hidrográficas de la región”. La convocatoria fue formulada por la Veeduria Ambiental Guanentina, la CUT de San Gil, la Gran Coalición Democrática, El Común, el Movimiento Comunal y la Pastoral de San Gil.
La Defensoría del Pueblo, por su parte, declaró que entablará una acción popular orientada a derogar la concesión de aguas que expidió la CAS a favor de Incubadora Santander. Mi opinión sobre el tema la exprese en la columna de agosto/2004, así que reproduzco a continuación, algunos de los argumentos presentados por el Comité Cívico de Veeduría Ambiental.
“La Sociedad Geográfica de Colombia, organismo consultivo del estado, revisó las decisiones de Esquema de Ordenamiento Territorial, en materia de áreas de protección y concluyó que las microcuencas de Cuchicute y Curití deben ser administradas bajo criterios de protección y conservación, dada su fragilidad e importancia socio-ambiental y allí debe evitarse la implementación de usos o actividades incompatibles con el uso principal del suelo”.
“A la empresa le va a quedar muy complicado, sino imposible, obtener licencia de construcción en Curití, puesto que de acuerdo con la ley 388 de 1997 y la ley 810 de 2003, no se puede otorgar licencia de construcción para proyectos industriales en suelos de protección, por incompatibilidad en el uso del suelo ya que el ordenamiento de Curití, considera como actividad prohibida en áreas de protección a la Industria Avícola”. “El proyecto requiere Licencia de Construcción por parte del Municipio y no la tiene”. Si no la tiene ¿Cómo se explica que ya estén construyendo obras?
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