lunes, junio 03, 2013

La paz es desarrollo sostenible para todos

Publicado en Vanguardia Liberal en mayo 29 de 2013

Progreso para todos, no para unos pocos, como ocurre en Colombia y otros países de América Latina.  La región del mundo con mayor desigualdad en el ingreso”, según recientes informes del  Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Esta tremenda desigualdad social y económica resulta un excelente caldo de cultivo para la proliferación de graves problemas sanitarios y ambientales. Y también,  por supuesto, en este inequitativo contexto se incuban la mayoría de los hechos de violencia y criminalidad que padecemos en estos países. 

 He señalado en columnas anteriores que los países de Centro América que hicieron acuerdos de cese de hostilidades  con los grupos armados hace décadas, enfrentaron posteriormente (y enfrentan) graves problemas derivados de la aparición de bandas integradas por miles de  jóvenes delincuentes (Maras) que aterrorizan a la población. En estos países, los grupos armados dejaron las armas pero no se hicieron  reformas sociales pertinentes y eficaces.

 En todo caso, aparte de los locuaces desadaptados del gobierno anterior, la mayoría de los colombianos (según las encuestas) apoyamos los recientes acuerdos entre el gobierno y las Farc.  Sobre todo que estos primeros acuerdos  plantean “un ambicioso plan de adjudicación de tierras a campesinos”, y políticas que consideren a “los desplazados y a los que han sufrido despojos”. Ahora, ya se sabe que la distribución de tierras no es suficiente si no existen apoyos en términos de asesoría, capacitación y créditos que permitan mejorar los bajos rendimientos agrícolas que caracterizan la producción colombiana. Según han declarado las partes, estos aspectos también han sido incluidos en los acuerdos.

La declaración oficial también advierte que el acuerdo “contiene acciones para preservar el medio ambiente”. No podría ser de otra manera ya que la producción agrícola y pecuaria mundial se orienta hacia la agricultura sostenible; eliminando malas prácticas asociadas al uso intensivo de agro tóxicos que afectan la calidad de productos, que cada vez tienen menos demanda en el mercado internacional.

“La agricultura sostenible armoniza los intereses de la gente, la competitividad y el cuidado del planeta”, dice Marty Matlock, profesor de Ingeniería Agrícola de la Universidad de  Arkansas.

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