miércoles, marzo 06, 2013

LA MARIHUANA NO ES DROGA “SUAVE”

Publicado en Vanguardia Liberal en febrero 27 de 2013

El pasado mes de enero, en el contexto del debate sobre “despenalización” de drogas sintéticas, el senador Roy Barreras advirtió que el  “gran problema de Colombia con relación al narcotráfico está vinculado con las drogas suaves, como la marihuana y la cocaína” (Caracol Radio). Vale la pena hacer algunas precisiones, pues la clasificación entre drogas “suaves” y “duras” es cuestionada  pues es como decir blanco y negro, ignorando los matices.

Para completar, en las escalas basadas en estudios académicos que clasifican las drogas, la cocaína no se encuentra en la misma categoría que la marihuana. (Entre otros, David Nutt y asociados, revista médica The Lancet, 2007). En esta escala, la cocaína es considerada mucho más dañina  que la marihuana en términos de dependencia y daños físicos ocasionados.  Se incluyen otras, en categorías intermedias, como el alcohol y algunas  drogas sintéticas. (Development of a rational scale to assess the harm of drugs of potential misuse, Revista médica The Lancet, 2007, 369: 1047–53). 

No parece entonces conveniente meter en la misma canasta a la marihuana con la cocaína. Más peligrosa que la cocaína  es el basuco, llamada la droga de los pobres, a la que ya he hecho referencia en este espacio (Ventajas de legalizar drogas ilegales, Noviembre 2011). Esta no  aparece en listados académicos pero es fabricada masivamente con residuos de cocaína y otras porquerías químicas en las ollas que proliferan en las barriadas pobres de las ciudades colombianas.  De tal manera que hablar de drogas “suaves” o “duras” es simplificar en extremo un tema muy  complejo.

En el caso de la marihuana, se considera que sus efectos son menos nocivos que otras pero esto no significa que no genere ningún efecto nocivo. Por ejemplo, la revista de divulgación científica  francesa Science y Vie (febrero de 2013) presenta una revisión de los efectos de la marihuana sobre la salud; sobre todo  para personas que empiezan a consumirla en la adolescencia. Se citan estudios que asocian su consumo con la esquizofrenia, la depresión, la disminución de las capacidades intelectuales e incluso con aumento de cáncer de testículo.

La profesora Daniela Parolaro de la Universidad de Insubria (Italia) concluye: “La evidencia epidemiológica sugiere que el consumo de cannabis es un factor de riesgo para la esquizofrenia y contribuye a la exacerbación de los síntomas y al empeoramiento del pronóstico en individuos con predisposición”. (Consumo de cánnabis de los adolescentes y esquizofrenia: Evidencias epidemiológicas y experimentales, Adicciones, 2010 · vol. 22 núm. 3).
 
El neurotoxicólogo de la Universidad de Utrecht, Raymond Niesink, explica por su parte que  “el consumo de cannabis durante la adolescencia puede perturbar el desarrollo de la corteza prefrontal, y por lo tanto puede llevar al desarrollo de trastornos psicóticos y síntomas psicóticos”. (Revista científica Progress in Neurobiology,  2010 Jul 15).
 
Otros estudios  relacionan el consumo de marihuana con la depresión, la disminución de las capacidades intelectuales (Science & Vie, febrero 2013) e incluso con aumento de cáncer de testículo (http://www.cancer.org/cancer/news/news/study-links-marijuana-use-to-testicular-cancer).

Publicaciones de este año sugieren  que “Fumar marihuana puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular en adultos jóvenes” (CBS News, febrero 2013). “El cannabis ha sido considerado por el público como una droga relativamente segura, aunque es una sustancia ilegal", advirtió el Dr. Alan P. Barber, profesor de neurología clínica de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, en un comunicado a la Asociación Americana del Corazón. Y añade "Este estudio muestra que podría  no ser el caso, ya que puede provocar un accidente cerebrovascular". http://www.cbsnews.com/8301-204_162-57567943/marijuana-smoking-may-increase-stroke-risk-for-young-adults/

Sea como fuese -drogas duras, blandas o intermedias- el caso es que,  como ya lo han señalado numerosos especialistas, la estrategia represiva fracasó. Lo que los adictos necesitan es asistencia médica y apoyo familiar, no cárcel, como propone la caverna nacional.  Ahí sí que el “remedio” resulta peor que la enfermedad.

 

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