Columna publicada en Vanguardia Liberal en marzo 19 de 2008
En diferentes oportunidades me he referido en este y otros espacios a los estudios que relacionan la prolongada exposición a teléfonos celulares con el cáncer. Como ya se ha mencionado, algunos estudios han asociado las exposiciones a este tipo de campos electromagnéticos con daños en el material genético y con la aparición de tumores malignos en la cabeza. Así mismo, un estudio húngaro concluyó que el uso de celulares en bolsillos -o en la cintura- podría afectar la fertilidad de los hombres. Otra investigación británica recomienda que los niños sólo deben utilizar estos aparatos en caso de emergencia (Por supuesto que nadie le ha parado muchas bolas a la anterior recomendación pues cada vez vemos más niños con celulares). Estudios –sobre todo patrocinados por los fabricantes- niegan todos estos efectos.
De ahí que un nuevo trabajo que relaciona el uso de celulares con el riesgo de padecer tumores benignos y malignos en la glándula parótida ha generado un nuevo revuelo entre los especialistas. Esta glándula produce saliva, es muy voluminosa y está localizada en ambos lados de la cara, cerca de la oreja, por lo que está expuesta directamente a los campos. La Doctora Siegal Sadetzki, epidemióloga de la Universidad de Tel Aviv (y colegas), publicó los resultados de su investigación en la reconocida revista American Journal of Epidemiology, a finales del año pasado.
El estudio incluyó a 402 pacientes con tumores benignos y 58 con malignos, diagnosticados en Israel. Además tomó como referencia a una población sana de 1266 personas. Los autores concluyeron: “Nuestros resultados sugieren una asociación entre el uso de los celulares y este tipo de cáncer”. “Entre más tiempo se pase en el celular, el riesgo aumenta”, anota Sadetzki.
La metodología usada es la recomendada por el estudio internacional INTERPHONE, que pretende establecer los efectos adversos del uso de celulares. Los resultados globales de INTERPHONE se conocerán durante este semestre, por lo que existe gran expectativa entre los estudiosos. Mientras esto ocurre, los especialistas insisten en sus recomendaciones: usar extensiones, no hacer visitas a través del celular, no gastar los minutos sobrantes cuando se acerca la fecha de renovación y no comprarle celulares a niños. Cada vez tenemos más niños/as y jóvenes con cáncer, y esto no es un castigo divino sino una elección humana
En diferentes oportunidades me he referido en este y otros espacios a los estudios que relacionan la prolongada exposición a teléfonos celulares con el cáncer. Como ya se ha mencionado, algunos estudios han asociado las exposiciones a este tipo de campos electromagnéticos con daños en el material genético y con la aparición de tumores malignos en la cabeza. Así mismo, un estudio húngaro concluyó que el uso de celulares en bolsillos -o en la cintura- podría afectar la fertilidad de los hombres. Otra investigación británica recomienda que los niños sólo deben utilizar estos aparatos en caso de emergencia (Por supuesto que nadie le ha parado muchas bolas a la anterior recomendación pues cada vez vemos más niños con celulares). Estudios –sobre todo patrocinados por los fabricantes- niegan todos estos efectos.
De ahí que un nuevo trabajo que relaciona el uso de celulares con el riesgo de padecer tumores benignos y malignos en la glándula parótida ha generado un nuevo revuelo entre los especialistas. Esta glándula produce saliva, es muy voluminosa y está localizada en ambos lados de la cara, cerca de la oreja, por lo que está expuesta directamente a los campos. La Doctora Siegal Sadetzki, epidemióloga de la Universidad de Tel Aviv (y colegas), publicó los resultados de su investigación en la reconocida revista American Journal of Epidemiology, a finales del año pasado.
El estudio incluyó a 402 pacientes con tumores benignos y 58 con malignos, diagnosticados en Israel. Además tomó como referencia a una población sana de 1266 personas. Los autores concluyeron: “Nuestros resultados sugieren una asociación entre el uso de los celulares y este tipo de cáncer”. “Entre más tiempo se pase en el celular, el riesgo aumenta”, anota Sadetzki.
La metodología usada es la recomendada por el estudio internacional INTERPHONE, que pretende establecer los efectos adversos del uso de celulares. Los resultados globales de INTERPHONE se conocerán durante este semestre, por lo que existe gran expectativa entre los estudiosos. Mientras esto ocurre, los especialistas insisten en sus recomendaciones: usar extensiones, no hacer visitas a través del celular, no gastar los minutos sobrantes cuando se acerca la fecha de renovación y no comprarle celulares a niños. Cada vez tenemos más niños/as y jóvenes con cáncer, y esto no es un castigo divino sino una elección humana
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