En enero 2013 en Concord
(Massachusetts), un pueblo de Estados Unidos, prohibieron la venta de agua en botellas de plástico de un litro o menores; a
base de PET, siglas en inglés de Poly
(Ethylene Terephthalate). El propósito se suma a otros para reducir las 31
millones de toneladas anuales de residuos plásticos que (según la EPA, autoridad ambiental) produce Estados Unidos. En otras ciudades gringas, organizaciones
ciudadanas y legisladores adelantan campañas para adoptar medidas similares.
Aparte de los impactos ambientales asociados al plástico, existen
igualmente inquietudes relacionadas con la salud humana. Un estudio de la Universidad
de Puerto Rico concluyó que un 68% de niñas que tuvieron un desarrollo precoz
de sus pechos registraron en su sangre trazas de ftalatos, sustancias usadas en
la fabricación de plásticos flexibles. Este desarrollo precoz puede aumentar la
posibilidad de padecer un cáncer de seno.
En Canadá, en el año 2008,
prohibieron biberones de plástico
fabricados a base de Bisfenol A (BPA). Este es un perturbador endocrino, neurotóxico
y relacionado también con la infertilidad, el cáncer y la diabetes. Algunas de
las empresas afectadas eliminaron desde entonces el BPA en sus productos; una
prueba adicional de que no son sustancias irremplazables. Lo anterior fue
posible gracias a las alertas tempranas
que lanzaron los científicos. El año pasado el parlamento francés aprobó una
legislación prohibiendo el BPA en biberones
a partir de 2013 (en Estados Unidos la prohibición rige desde el 2012) y en
2015 para otros usos, como latas de conservas, botellas y materiales dentales.
Me
había referido en columnas anteriores a la tendencia mundial de prohibir las
bolsas de plástico desechables en tiendas y supermercados; por motivaciones
económicas, ambientales, sanitarias y de seguridad. Las autoridades en
Bucaramanga han iniciado una campaña para aumentar los índices de reciclaje
pero –como ya se ha dicho- también hay que trabajarle a la reducción de la
producción de residuos. ¿Por qué no prohibir la distribución de bolsas de plástico desechables
en tiendas y supermercados? Bucaramanga sería la primera ciudad Latinoamericana
en adoptar la medida.
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