Columna publicada en Vanguardia Liberal en septiembre 5 de 2007
En los últimos meses algunas marcas de margarinas y demás productos preparados con ácidos grasos, advierten en sus etiquetas que el producto no contiene Grasas trans. Estas son producidas a partir de la hidrogenación de aceites vegetales en estado líquido, para sintetizar un producto sólido, es el caso de la margarina. De ahí que también se utilizan en la preparación de ponques, galletas, helados y muchos otros productos similares. Cuando estas grasas de origen industrial se lanzaron al mercado, hace muchas décadas, se presentaron como una alternativa vegetal saludable al uso de grasas animales saturadas. Pero los estudios realizados en los países industrializados son concluyentes: el remedio resulto peor que la enfermedad.
En los últimos meses algunas marcas de margarinas y demás productos preparados con ácidos grasos, advierten en sus etiquetas que el producto no contiene Grasas trans. Estas son producidas a partir de la hidrogenación de aceites vegetales en estado líquido, para sintetizar un producto sólido, es el caso de la margarina. De ahí que también se utilizan en la preparación de ponques, galletas, helados y muchos otros productos similares. Cuando estas grasas de origen industrial se lanzaron al mercado, hace muchas décadas, se presentaron como una alternativa vegetal saludable al uso de grasas animales saturadas. Pero los estudios realizados en los países industrializados son concluyentes: el remedio resulto peor que la enfermedad.
Las grasas trans no solo aumentan los niveles de “colesterol malo” sino que reducen los de “colesterol bueno”. El resultado es que se produce un incremento notable de los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes. Señala el profesor Meir Stampfer de la Escuela de Salud Publica de Harvard: las grasas trans son “un autentico veneno para el cuerpo humano”. Stampfer estima que la eliminación total de las trans evitaría la muerte prematura –solo en Estados Unidos- de entre 70000 y 100000 personas cada año. De ahí que las autoridades de esos países aplican normas cada vez más severas para obligar a las empresas a erradicar las trans. La alcaldía de Nueva York decreto el pasado mes de julio que todas las comidas expedidas por restaurantes de comida rápida no deberían contener mas de 0.5 gramos de grasa trans de origen industrial. En Dinamarca –hace tres años- las trans se incluyeron en la categoría de sustancias ilícitas, cuando el alimento sobre pasa el 2%. Los infractores pueden ir a la cárcel hasta por dos años.
El pasado mes de agosto, la cadena internacional Dunkin' Donuts anunció una reducción “sustancial de los ácidos grasos trans de sus alimentos, incluyendo sus célebres "donuts" o rosquillas". Se informo que Dunkin: “ha desarrollado un aceite de cocción alternativo, con el cual reformuló más de 50 productos”. Claro que los problemas de este tipo de comida no son solo las trans. Como advierte Jeff Cronin del Centro para la Ciencia por el Interés Público: “en lo que se refiere a las rosquillas de Dunkin, todavía estamos hablando de una comida que es principalmente harina blanca, azúcar y grasa”.