martes, diciembre 06, 2005

¿El sobrepeso mata más gente que el hambre?

Publicado en Vanguardia Liberal en diciembre 7 de 2005

Seis millones de niños mueren cada año en el mundo por problemas relacionados con el hambre y la malnutrición. Esto significa que otro niño morirá cuando usted termine de leer esta frase. Un sector importante de la población mundial –sobre todo en los países del sur- se enferma y millones mueren a causa del hambre, el esfuerzo físico excesivo y sus secuelas. No porque la comida producida en el mundo sea insuficiente, sino porque se encuentra mal administrada y distribuida.

Lo paradójico es que –mientras muchos son víctimas de carencias nutricionales- otro sector de la población se enferma, y muchos perecen, por lo contrario: comen demasiado y mal. Las cifras sugieren que el exceso de comida (sobre todo de mala comida) y el sedentarismo matan más gente que el hambre. Las enfermedades no trasmisibles (cardiovasculares, pulmonares, hipertensión, diabetes, cáncer) son la principal causa de muerte en el planeta y estos males se encuentran asociados a la contaminación, el estrés, la falta de ejercicio y los malos hábitos alimenticios.

Y los colombianos –según la última Encuesta Nacional de Nutrición (publicada hace un par de semanas)- nos alimentamos muy mal. Unos por ignorancia y otros por que lo que ganan no les alcanza para comprar comida de calidad; es el caso de los millones de subempleados y los que ganan el salario mínimo, que el gobierno se encarga de desvalorizar cada año que pasa.

Los estudios sugieren que los casos de sobrepeso y obesidad tienden a ser más frecuentes en las clases populares. En los medios profesionales de altos ingresos, que cuentan con un mayor acceso a la educación y que pueden comprar comida de mejor calidad, los casos de obesidad son menos frecuentes. ¿Cómo explicar esta aparente paradoja? El caso es que la pobreza tiene sus grados. En el nivel más bajo, se encuentran personas que no tienen ningún tipo de ingresos y aguantan hambre todo el tiempo y por ello tienen una apariencia esquelética.

Por encima de los más deprimidos, existen otros pobres que devengan algunos ingresos, que les permiten comprar alimentos baratos, de baja calidad. El consumo de pieles o grasas de pollo y cerdo, huesos, vísceras, aceites usados y muchas harinas es común en estos medios. Es la comida chatarra de los más pobres, que conduce a similares problemas de sobrepeso y enfermedades relacionadas. Estos seudoalimentos producen –según las autoridades sanitarias- el mismo tipo de dolencias que el consumo de comida chatarra tipo McDonald, que la compran los que la pueden pagar.

Ahora, según la Encuesta de Nutrición el primer “alimento” que consumen los colombianos son las gaseosas; la comida chatarra se suele acompañar con bebidas chatarra. Algo inexplicable en un país como Colombia donde las frutas abundan y muchas toneladas se pierden en los campos. Los fabricantes de bebidas azucaradas promueven “la idea de que no todo el azúcar es malo”. Y es cierto, un consumo moderado es aceptable. El problema es el consumo desmedido que promueve la publicidad de las bebidas chatarra, como lo demuestra la encuesta citada.

No hay comentarios.: