miércoles, enero 15, 2014

Y ahora: ¿quién podrá…medir la calidad del agua y del aire?

Publicada en Vanguardia Liberal en septiembre 25 de 2013

Infortunadamente el señor director de la CDMB no logró participar en el debate del jueves pasado en la UNAB, ya que fue afectado por una dolencia en la garganta que le impedía hablar. Llegó poco después de iniciado el debate y se comunicó por señas con los presentes. Esperemos que ya se encuentre restablecido. Uno de los temas tratados fue el deterioro de los equipos de monitoreo de la calidad del aire de la ciudad; el remplazo del director de la CDMB, doctor Carlos Suarez, explicó que varios equipos “están a punto de cumplir su vida útil y no tenemos recursos para reemplazarlos”. (¿Hay plata para turismo “religioso” pero no para arreglar la red de monitoreo?).

Efectivamente, leo en la página de la CDMB en el último informe (2012) que no se reportan datos para julio, agosto y septiembre de material particulado (PM 10) pues “el muestreador estuvo fuera de servicio”. Este y otros contaminantes (como el ozono) se mantienen durante buena parte del año en calidad entre regular y mala, para Bucaramanga. Grave pues son contaminantes asociados a enfermedades respiratorias y cardiacas y cáncer de pulmón, entre otras. Si la presunta autoridad ambiental no mantiene los equipos y estos parámetros no se miden adecuadamente ¿Cómo sabremos si las acciones adelantadas están mejorando o empeorando la calidad del aire?

Otro tema relacionado es la suerte del laboratorio de aguas y suelos, localizado en la finca la Esperanza. Este laboratorio suministra los datos de la calidad del agua de las corrientes que atraviesan Bucaramanga; en sus informes se puede leer que la calidad de las quebradas y ríos se deteriora cuando entran a Bucaramanga y su área metropolitana por descargas de residuos.

Caso del Rio Frio, sobre todo después de la planta de tratamiento. El último informe de la CDMB (2012) señala: “El punto RFB ubicado aguas debajo de la PTAR presentó una calificación de pésima”; antes la calidad del agua es “dudosa”. Es decir, la planta no solo no limpia el agua sino que la contamina aún más. Y encima nos la cobran en la factura. ¿Qué será del laboratorio de aguas y suelos de la CDMB con la “venta” de estos predios al santísimo negocio?

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