sábado, febrero 12, 2011

Muertes asociadas al acetaminofen

Publicado en Vanguardia Liberal en febrero 9 de 2011

La semana pasada, la oficina encargada de la administración de drogas y alimentos (FDA) en los Estados Unidos redujo el límite permitido de acetaminofen en analgésicos a 325 miligramos, por su relación con daños hepáticos graves que pueden incluso ocasionar la muerte. Supongo que el Invima (entidad equivalente a la FDA en Colombia) tomó nota del asunto; pues los estudios que relacionan el acetaminofen con diferentes trastornos de salud son contundentes.

En Colombia se venden medicamentos con contenidos de acetaminofen de 500 miligramos; peor aún: varios amigos me comentan que consumen varias pastillitas al día para reducir la fiebre en casos de gripas y resfriados comunes o para calmar las migrañas y otros dolores. Y al sumar estas cantidades, fácilmente se superan las dosis toxicas. En el ámbito mundial el acetaminofen se comercializa en preparaciones con nombres como Dolex, Vicodin, Tylenol, Percocet, otros.

El acetaminofen, como se le conoce en América, o paracetamol, como se le llama en Europa, era considerado un fármaco seguro. Sin embargo, en los últimos años un número creciente de estudios lo han relacionado con insuficiencia hepática aguda. Y otros problemas: hace unos días un estudio suizo concluye que también podría elevar la presión arterial. Desaconsejado entonces para personas con problemas cardiovasculares, "a quienes se les había recetado el acetaminofen, considerándolo más seguro que la aspirina o el ibuprofeno" (Harvard Heart Letter, 2011).

Señala el Medical Journal de Australia: "acetaminofen es el agente analgésico de venta libre más usado en el mundo. Está implicado en muchos envenenamientos accidentales de niños y suicidios. Es el agente farmacéutico que motiva más llamadas a los centros de información toxicológica en Australia y Nueva Zelanda. El paracetamol es la causa más importante de la insuficiencia hepática aguda grave en los países occidentales". Muchos problemas –como ocurre con otros fármacos- se presentan generalmente por el abuso del consumo del producto.

La FDA recalca que muchas veces la sobredosis se presenta accidentalmente cuando una persona "que toma Vicodin, que contiene acetaminofén, para una lesión en la espalda, al mismo tiempo ingiere otra preparación, también con acetaminofén, para el dolor de cabeza". La toxicidad se multiplica si la persona consume además alcohol. Para completar, leo en Internet que algunas preparaciones en Colombia también contienen seudoefedrina (además de acetaminofèn); otro fármaco con problemas que ya he mencionado en este espacio. (Ver mi columna de abril 1 de 2009)

¿Vamos hacia una nueva Edad de Hielo?

Publicado en Vanguardia Liberal en febrero 2 de 2011

Entre el siglo XIV y mediados del siglo XIX se registró un periodo de bajas temperaturas que afectó sobre todo al hemisferio norte; a esta anomalía climática se la conoce como Pequeña Edad de Hielo (PEH).

No fue un fenómeno comparable con las auténticas Edades de Hielo o glaciaciones, en las que los hielos invaden grandes áreas continentales afectando incluso zonas tropicales. Sin embargo, en estas PEH sí se presentan trastornos asociados a las bajas temperaturas como son tormentas catastróficas y efectos negativos sobre la producción de alimentos, factor asociado a hambrunas en Europa.

Las PEH han sido relacionadas con erupciones volcánicas mayúsculas. Estas, al arrojar a la atmosfera grandes cantidades de gases azufrados y partículas (que reducen la penetración de la radiación solar), pueden ocasionar enfriamientos de importancia. Esto fue comprobado con la erupción del volcán Pinatubo de Filipinas en 1991. Las PEH de los siglos pasados también han sido asociadas con reducciones en la actividad solar.

Pues bien, hace un par de años los científicos detectaron una reducción de la actividad solar, similar a la registrada durante las PEH del pasado. Los estudios se sustentan en tres anomalías: 1) Reducción dramática en las manchas solares, las manchas del actual ciclo sólo son un tercio de las registradas en el ciclo anterior. Según Matthew Penn (Observatorio Solar de Arizona) es un debilitamiento del campo magnético asociado a las manchas. 2) Diminución de los vientos solares y 3) Reducción del espectro luminoso.

Lo anterior no significa que el sol haya entrado en una decadencia definitiva, ya que ésta sólo ocurrirá dentro de 5000 millones de años, cuando haya consumido todo su combustible nuclear (mucho antes habrá desaparecido nuestra especie). Pero sí puede significar que estemos entrando en un ciclo de debilitamiento temporal de la actividad solar que podría llevarnos a otra PEH.

Las olas de frío registradas en Estados Unidos y Europa en los últimos años, pueden ser un anticipo de lo que podría ocurrir. Los científicos piensan que -en todo caso- las condiciones de la atmosfera actual son diferentes a las del siglo XIV, ya que estamos en un proceso de calentamiento global relacionado con actividades humanas. ¿Qué resultará de la mezcla de estos dos fenómenos opuestos? Es una inquietante pregunta que nadie hoy está en condiciones de responder.

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