jueves, octubre 23, 2008

Contaminación fecal: un problema nacional

Columna publicada en Vanguardia Liberal en octubre 22 de 2009

La semana pasada se realizo en Cartagena el XI Seminario Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, liderado y organizado por la Universidad Industrial de Santander (CEIAM y ASEDUIS); con la co-organización de las Universidades de Cartagena, Tecnológica de Bolívar y Santo Tomas. Participó una importante delegación nacional e internacional que abordó diferentes problemas relacionados con el tema del Seminario.

Uno de los aspectos que preocupa es la generalizada contaminación fecal que experimentan las playas y los ríos colombianos, problema derivado del notorio déficit de sistemas de tratamiento de aguas residuales urbanas. Lo tragicómico es que, cuando estas plantas existen, no funcionan, ya que se encuentran en un abandono total.

Hace poco estuve visitando la planta de aguas residuales de Curiti con un grupo de estudiantes de Química Ambiental de la Universidad Santo Tomas. Para nuestra sorpresa encontramos sumergido, al interior del sistema de tratamiento, a un pobre caballo, que no se ahogo en las pútridas aguas por que los estudiantes alertaron a su dueño. Recordemos que aguas abajo de Curiti esta San Gil.

Infortunadamente la pésima condición sanitaria es una característica de casi todas las corrientes del departamento de Santander y del pais. Me he referido en diferentes oportunidades a la desastrosa situación en que se encuentran todos los ríos y quebradas que atraviesan el Área Metropolitana de Bucaramanga. Preocupa que muchos niños y jóvenes de la ciudad nunca hayan visto una corriente limpia.

A nivel nacional, la Universidad de Pamplona presento en el Seminario de Cartagena estudios sobre la contaminación microbiológica del río Pamplonita que alertan sobre “los altos riesgos para la salud de centenares de personas que utilizan estas aguas para bañarse, cocinar o en irrigación de hortalizas”. Y añade que aguas abajo “se capta el agua para ser tratada y distribuida a cerca de 700.000 personas” (Cúcuta).

En el caso del Departamento del Atlántico, una ponencia de la Corporación Universitaria de la Costa concluyo “solo el 30% de los municipios dispone de redes de alcantarillado funcionales y solo el 17% posee sistemas de tratamiento que funcionan en condiciones regulares o buenas”. En fin, el desastre sanitario continúa y no se observan indicios de que las cosas vayan a mejorar en el país más feliz de la tierra.

Felicitaciones en todo caso para la UIS y las organizadoras del XI Seminario de Medio Ambiente.

¿Colombia es un pais democratico?

Publicado en Vanguardia Liberal en octubre 15 de 2009

Nelson Mándela advertía: “Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento”. Muchos colombianos piensan que en Colombia existe una democracia por que se realizan elecciones.

Sin embargo, como apuntaba Mándela, si los problemas esenciales no tienden a solucionarse sino a agravarse, la democracia se desploma. La pobreza, la ignorancia, la violencia y la corrupción explican por que en Colombia casi siempre son elegidos los peores candidatos. No es casual que más de 60 funcionarios y congresistas, elegidos por el pueblo, están en la cárcel o son investigados por concierto para delinquir.

La gran mayoría de los encartados ayudaron a elegir al Presidente Uribe. Hay que preguntar ¿Desde cuando los delincuentes ayudan a elegir a los que los combaten? La historia reciente sugiere que más bien los asesinan y que ayudan a los que les retribuyen su apoyo. Sea como fuese, la arremetida del presidente contra la rama judicial despegó cuando los jueces empezaron a judicializar a sus aliados y familiares.

Pero la cosa tiende a complicarse pues el presidente colocó sus fichas en el Consejo Uribista –perdón- Superior de la Judicatura, que puso a tambalear procesos que se siguen contra los parapolíticos y otros aliados de Uribe, es el caso del Ministro Palacios salpicado por la Yidispolítica. ¿Podemos llamar democrático a un país donde el presidente (ejecutivo) influye de tal manera sobre el poder judicial? ¿En qué quedó la separación de poderes?
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Tampoco hay democracia cuando no se respetan los derechos elementales. Ahí tenemos a los corteros de caña del Valle, trabajando en condiciones de esclavitud y sin derecho a protestar, por que el presidente sostiene que detrás del paro esta la guerrilla. O los funcionarios judiciales, que han sido criminalizados por pedir que se cumpla una ley.
Por lo anterior y más, en julio, el Tribunal Permanente de los Pueblos condenó al gobierno colombiano por “establecer un marco legal e institucional que permite la violación generalizada de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales, ambientales y culturales”. ¿Es eso lo que queremos re-reelegir?