miércoles, mayo 24, 2006

Votemos por la Democracia

Columna publicada en Vanguardia Liberal en mayo 24 de 2006

Unos estudiantes me regalaron unas canciones del venezolano Ali Primera. Que raro, me dije ¿Por qué se interesan estos jóvenes por tonadas de hace 30 años? Me bastó con volver a escuchar uno de sus éxitos -Las casas de cartón- para recordar que las cosas no han cambiado mucho, desde la época de Ali. “Que triste se oye la lluvia, en los techos de cartón. Que triste vive mi gente, en las casas de cartón”. El último informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados concluye que Colombia es, después de Sudan, el país que tiene el mayor número de desplazados del mundo. Para corroborar lo anterior es suficiente con visitar los suburbios de Bucaramanga u otras ciudades ¿Podemos considerar democrático a un régimen que propicia semejante iniquidad?

Mientras los banqueros han visto multiplicarse sus ganancias en este gobierno, las casas de cartón continúan invadiendo las urbes. Claro que otros pobres viven en ratoneras, no de cartón, sino de cemento, pero en medio de la misma promiscuidad y pobreza extrema. No son desplazados por la violencia o los desastres, sino por un sistema que no busca superar la desigualdad sino profundizarla. Ya que el desempleo no ha bajado, pero sí ha subido la inestabilidad laboral, el subempleo y una informalidad que condena a los pobres a la desesperanza. Son los esclavos del siglo XXI. La situación de millones en Colombia no tiende a mejorar, todo lo contrario. Y ¿cómo va a mejorar si Uribe no admite la existencia de una crisis humanitaria, ni las raíces del conflicto? ¿Si se empeña en firmar un TLC que complicará aun más la situación?

Por eso votaré el domingo por Carlos Gaviria. Porque guardo la esperanza de que en un futuro cercano no tengamos tantas casas de cartón ni millones de niños viviendo en ellas. El candidato Gaviria ha señalado: “Nunca había sido más claro el dilema para el pueblo colombiano: prolongar una propuesta autoritaria y retardataria o construir una propuesta democrática para el bien de Colombia”. Ese es el dilema. ¿Por qué tanto miedo a la izquierda democrática? Recordemos que los gobiernos de Lucho Garzón en Bogota, Lula en Brasil, Bachelet en Chile o Zapatero en España no han acabado la democracia, todo lo contrario, buscan consolidarla.

Uribe, que posa de muy religioso, considera que los que se preocupan por los pobres son “comunistas disfrazados” y privilegia los medios violentos para solucionar los problemas sociales. Jesús de Nazareth dijo: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados” y “Bienaventurados los que trabajan por la paz, por que serán llamados hijos de Dios” ¿Será que Jesús también era comunista?

Amigo lector, vote por el que usted quiera, pero vote. A pesar de lo que sostienen algunos, nada esta definido. Las encuestas sugieren que Uribe ganará, pero el viernes perdió frente a Carlos Gaviria en la Plaza de Bolívar de Bogota. Si no me creen, vean las siguientes fotos.

martes, mayo 23, 2006

Manifestación de Carlos Gaviria en Plaza de Bolivar, Bogota, domingo 21 de mayo 2006

Los desastres y la gestión ambiental

Publicado en Vanguardia Liberal en mayo 17 de 2006

Muchos colombianos todavía piensan que la causa de los desastres es “la ira divina”. Me parece que Dios no castiga a nadie, más bien las sociedades cosechan lo que siembran. En Colombia hemos sembrado (y continuamos) injusticia social, ignorancia y corrupción ¿Qué esperamos cosechar aparte de más pobreza y violencia? Así ocurre con la gestión ambiental, relacionada con las catástrofes que vienen azotando al país y el mundo. Si no tomamos en serio, por ejemplo, el principio mundial de precaución: ¿Cómo esperar que las cosas mejoren?

Es que muchas –tal vez todas- estas tragedias podrían haber sido evitadas -o minimizados sus efectos- si se aplicara lo que recomiendan la legislación, la ciencia y la ética. Es el caso de Girón o Nueva Orleáns en el 2005 o de la laguna de Fuquene y muchos otros, este año. ¿Acaso fue Dios el que propuso o permitió la construcción de barrios e industrias en el cauce del Río de Oro? ¿Fue él el que decidió no reparar las murallas que protegían la ciudad estadounidense, por que era más importante continuar con la masacre en Irak? ¿El que impulsó la desecación y eutrofización de la Laguna de Fuquene?

Sobre las tragedias asociadas al invierno que azota al país, señala el IDEAM: “esta temporada tiende a ser más intensa por, además del ciclo normal del invierno, la posible formación del fenómeno La Niña y el efecto invernadero”. La Niña es el evento frío del Pacífico, contrario al evento cálido: El Niño. El efecto invernadero es un fenómeno benéfico, porque regula la temperatura de la tierra. Sin embargo, los estudios advierten sobre cambios en el invernadero terrestre, producidos por la emisión de gases por parte de las sociedades humanas. Las catástrofes ocurridas son poca cosa, comparadas con lo que podría ocurrir si las tendencias no cambian. Por ello se firmó el protocolo de Kyoto, que ha sufrido la oposición de las trasnacionales asociadas al gobierno del presidente Bush.

A pesar de que las limitaciones intelectuales y éticas de Bush resultaban evidentes desde el principio, los estadounidenses lo reeligieron. Claro que ahora están muy arrepentidos de votar por uno de los peores gobernantes de los Estados Unidos. Hoy le están retirando su apoyo hasta miembros de su propio partido. El caso es que Dios no eligió ni reeligió al desacreditado mandatario, fueron los gringos. ¿La voz del pueblo es la voz de Dios? Sólo si el pueblo tiene acceso a información apropiada y suficiente, lo que no ocurre ni en Colombia ni en Estados Unidos.

En el país, nos acercamos a otra elección crucial. No se trata de elegir a una u otra persona sino una u otra forma de enfrentar y solucionar los problemas. Si tenemos muchos problemas de contaminación y desastres ¿Es lógico que se pretenda acabar –como se lo ha propuesto este gobierno- con lo poco que había en términos de legislación e instituciones ambientales? Minambiente se quedo sin ambiente y en la legislación de aguas y bosques vamos para atrás, como el cangrejo.

jueves, mayo 11, 2006

Los recursos naturales: ¿para quien?

Columna publicada en Vanguardia Liberal en mayo10 de 2006

En su columna del domingo, el senador Hugo Serrano se refiere a la irregular distribución de las ganancias derivadas de la explotación del petróleo colombiano. Explica como el incremento de los precios internacionales del crudo no beneficia al colombiano del común y concluye: “Es ilógico que mientras los colombianos somos cada día más pobres, las multinacionales se estén llenando los bolsillos con nuestro petróleo ¿Es esto justo?” Si existiera la voluntad política, esta situación podría ser cambiada a través de mecanismos legales, como los que propone el senador o los aplicados en otros países, como Bolivia.

Es un tema de mucho interés pues esta iniquidad explica –en parte- por que existe tanta pobreza en un país con muchos recursos naturales, como Colombia. Nuestro país posee petróleo, gas y carbón. Pero también oro, níquel y otros minerales. Así mismo, agua, biodiversidad, todos los climas y miles de kilómetros de costas. No vivimos, entonces, en un país “pobre”, sino en un territorio pobremente administrado; por gobiernos comprometidos, más con los intereses de unas elites locales y las transnacionales de los negocios, que con el pueblo colombiano.

En el caso del carbón, la congresista wayuu Orsinia Polanco del Polo Democrático, propone que se nacionalice, pues en las actuales condiciones este recurso poco beneficia a los colombianos. Polanco señala que en el Cerrejón “Ni siquiera se habla español, sólo ingles. Ninguna mina es colombiana. Eso es aberrante” Por supuesto que para algunos uribistas, como Rudolf Hommes, la nacionalización de los recursos –como la planteada por Evo Morales en Bolivia- es un viaje “al pasado”. ¿Por qué debemos considerar un retroceso el que los recursos naturales beneficien -primero que todo- a los dueños de los mismos?

Ahora, los buenos negocios se encuentran en la valorización de los recursos naturales, a través de procesos científicos y tecnológicos. Y es aquí donde tenemos otro punto débil pues el conocimiento no lo regalan, esta protegido por patentes. De ahí que mientras estos países no tomen en serio los temas investigación-educación poco avanzaremos. En este sentido, recientes informes (Procuraduría y Banco Mundial) sobre los resultados educativos-investigativos en el país en los últimos años son -en extremo- preocupantes.

Es ya tradicional –desde los años del senador McCarthy- que cuando algún líder o partido político del sur plantea un uso más equitativo de los recursos naturales, sea tildado de “comunista”. Así lo ha planteado con claridad el candidato presidente y lo repiten con entusiasmo sus seguidores. A pesar de que nadie ha propuesto empobrecer a los que ya tienen, sino de mejorar la situación de los que nada tienen. Esto finalmente nos beneficiaría a todos, pues menos pobreza implica una mayor demanda interna de bienes, más recaudo de impuestos y sobre todo menos inseguridad.

En su novela El Triunfo, acida critica a la intervención de los gringos en América Latina, el gran economista John Kenneth Galbraith (asesor de varios presidentes de Estados Unidos, fallecido hace poco) señalaba que el comunismo es algo muy diferente al socialismo y que “Sólo los ignorantes confunden las dos cosas”.

sábado, mayo 06, 2006

Carlos Gaviria en Bucaramanga

Columna publicada en Vanguardia Liberal en mayo 3 de 2006

El país atraviesa por una grave crisis, el asesinato de la hermana de Cesar Gaviria (un duro crítico del proceso Uribe-paramilitares) es el último episodio de una situación que tiende a degradarse. Aunque no se sabe quienes fueron los responsables del crimen, el hecho es que se registro una insólita falla en la seguridad. ¿Cómo es posible que mientras al paramilitar Jorge 40 le prestan un carro blindado de uso presidencial a la empresaria le eliminan la precaria seguridad con que contaba?

A este y otros asesinatos, se suma el fracaso rotundo de los programas de lucha contra las drogas, el rearme paramilitar, la infiltración armada en las instituciones y la inquietante expansión de la miseria y violencia urbanas. Hay que reconocer que esta es una inseguridad bien democrática, por que nos afecta a todos, claro que sobre todo a los de la oposición, que ya habían manifestado sus temores antes del crimen de Liliana Gaviria.

De ahí que las elecciones del 28 de mayo son cruciales. Se trata de decidir sobre cuál es el país que queremos. En el fondo, todos (o casi todos) aspiramos a vivir en una sociedad más amable y justa donde la mayoría tenga acceso al empleo, la vivienda, la salud y la educación. Así que el meollo del asunto no es el “que” queremos, sino el “como” lo logramos. Por ejemplo, la semana pasada el candidato presidente prometió en Bucaramanga “plena cobertura educativa” y “contratos indefinidos” para todos, lastima que no explico como lo haría, sobre todo que en el campo laboral su gobierno ha hecho todo lo contrario.

Ahora, no hay que olvidar las relaciones causa efecto. ¿Es posible la educación en medio de la hambruna? ¿Es viable la salud en medio de la ignorancia y la promiscuidad? ¿Florecerá la paz en medio de la miseria y la injusticia? ¿Habrá más empleo y menos pobreza con proyectos neoliberales como el TLC?

Las últimas encuestas abren la posibilidad de una segunda vuelta electoral. Según los analistas, el único candidato que puede detener la reelección (si no lo matan) se llama Carlos Gaviria. De ahí la importancia de tener claridad sobre lo que propone uno y otro candidato. Básicamente, frente a los problemas, las respuestas del candidato presidente son de tipo correctivo, léase militar y policial. En el Polo opuesto, Gaviria cree que es mejor y más barato prevenir que lamentar. Frente a la dosis personal y el narcotráfico el candidato presidente propone penalizar, fumigar, extraditar. Gaviria ofrece educar, prevenir, mejorar la calidad de vida.

Uribe no reconoce las causas históricas del conflicto armado, por lo que su propuesta es continuar indefinidamente la guerra. Gaviria sostiene que “las causas del conflicto armado provienen de las desigualdades sociales, la discriminación y la miseria” y plantea “que con un verdadero estado de derecho estas causas desaparecerán”. Carlos Gaviria visita Bucaramanga el sábado, almuerzo en el Club de Profesionales, Concentración en Plaza Galán a las 3 p.m. Informes: 6328288